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[Opinión] Juan Stoessel: “Machu Picchu: ¿Maravilla mundial o piñata?”

Mi opinión

De acuerdo con Juan Stoessel, el CEO de Casa Andina: debemos llegar a un acuerdo entre todos para poner al margen de las tempestades políticas a Machu Picchu, la joya de la corona del turismo de nuestro país y el símbolo más elocuente de la peruanidad si es que de verdad queremos potenciar una actividad económica que ha demostrado su inmensa capacidad para generar desarrollos locales y autoestima entre los peruanos. Hace varias semanas que Stoessel viene manifestándose sobre éste y otros temas del sector en diferentes medios de comunicación. Su mensaje es claro: debemos reconocer errores y cerrar filas en aquello que nos une; para el caso de la industria que en este espacio defendemos, sus inmensas competencias para crear empleos y dignificar a las familias que más lo necesitan.

El turismo bien planteado, gestionado desde el sentido común y las buenas prácticas, tiene mucho que darle al país y no es cierto, como dice el empresario de la cadena de turismo más importante del Perú, que el golpe artero que ha sufrido el sector como consecuencia de la crisis social que nos aflige perjudica solamente a las empresas limeñas y a las transnacionales. En el Cusco y en especial en el distrito de Machu Picchu la cadena de valor generado por el turismo se ha roto dañando severamente a los propietarios y trabajadores de “innumerables albergues, restaurantes, bares, transportes, agencias de viajes, comercios y artesanías. Se trata de miles y miles de personas empleadas directa o indirectamente en turismo, que deberán ser los primeros en exigir que Machu Picchu no se manosee”. Les dejo el comentario de esta mañana de Stoessel en Perú 21.


Juan Stoessel para Perú 21

La Unidad de Gestión de Machu Picchu anunció la reapertura de nuestro mayor atractivo turístico –cerrado desde el 20/1– para el próximo miércoles. Saludamos que se llegue a un acuerdo, pero no podemos soslayar el tremendo daño generado. Más del 80% de la población local vive del turismo.

La pérdida de ingresos en Machu Picchu Pueblo, Valle Sagrado y Cusco en general no va a recuperarse. Además, los visitantes no reaparecerán mágicamente con solo reabrir: estos viajes se planifican con muchísima anticipación. Cuanto antes abran las puertas, antes comenzará el largo camino de recuperación. Resulta indispensable que, una vez que vuelva a operar, Machu Picchu no se clausure más. Si queremos recuperar la confianza del viajero y reinsertarnos en el circuito, necesitamos estabilidad. Todos los actores involucrados deben comprometerse a que, cuando surjan diferencias, las resolverán sin afectar el acceso a la llaqta.

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Es cierto que el actual cierre fue fruto de la crisis posterior al golpe de Pedro Castillo, pero también que en los dos años previos Machu Picchu se cerró más de 10 veces. Nuestra maravilla mundial es tratada como piñata por politiqueros interesados en conquistar votos, sin importar lo que sufra la población local. Los principales perjudicados no son las transnacionales ni las grandes empresas limeñas, que no representan ni 5% de la infraestructura turística del Cusco, sino los innumerables albergues, restaurantes, bares, transportes, agencias de viajes, comercios y artesanías. Se trata de miles y miles de personas empleadas directa o indirectamente en turismo, que deberán ser los primeros en exigir que Machu Pcchu no se manosee. Y que castiguen a los funcionarios y políticos que promuevan nuevos cierres, negándoles sus votos.

Juan Stossell viene recorriendo el país para evaluar los impactos de la crisis en el sector y animar a los empresarios locales y emprendedores sociales a seguir en la tarea de construir un turismo para todos.

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