Mi opinión
En agosto pasado, con Deyanira Venegas y Pedro Botero, colombianos, sobrevolé la sabana del departamento del Meta para conocer el escenario donde se va a construir un brazo de la carretera Marginal con el objetivo de unir el Parque Nacional Sierra de Macarena con el Parque Nacional Natural Sierra de Chiribiquete, dos espacios de abundante diversidad biológica y cultural. Nuestro Cessna hizo escala técnica en el aeropuerto de la Macarena, una zona que se encuentra a un paso de Caño Cristales, el destino turístico top de una región donde se intersectan las últimas estribaciones andinas, la Orinoquia y la exultante Amazonía.
No pudimos conocer Caño Cristales, ganas no nos faltaron, lamentablemente teníamos apuro en llegar a San José del Guaviare para entrevistar a las autoridades del gobierno nacional convocadas para evitar que la bendita carretera no ponga en peligro ecosistemas tan fabulosos. Lo que vimos no fue muy auspicioso, tampoco lo que escuchamos de algunos pobladores locales acostumbrados a vivir de la deforestación y las invasiones de tierra.
Por eso es que aplaudo la decisión, en segunda instancia por cierto, del Ejecutivo colombiano de detener la explotación petrolera en las cercanías de Caño Cristales. Se trata de una medida que va a poner salvaguardas sobre un territorio que ha empezado a llenar de orgullo a los colombianos y que puede convertirse en una Meca para el turismo amazónico.
Caño Cristales recibe anualmente cuatro mil visitantes. Cifra liliputiense si la comparamos con la que aporta Tambopata al total del turismo que se viene generado en las Áreas Naturales Protegidas de la Amazonía nuestra. En Colombia, sin embargo, esos números, y la renovada fe en la conservación de su biodiversidad de mucha de su población, fueron suficientes para que la opinión pública levantara su voz de protesta y se detuviera una obra que no contaba con la licencia de la gente. Tampoco con los debidos resguardos ambientales.
Les dejo las notas que hemos recogido de El País de España y El Espectador de Colombia.
Los ambientalistas celebran y las casi 3.000 personas, entre habitantes y líderes de la región en donde se ubica Caño Cristales, respiran tranquilos. La Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) echó para atrás una decisión que generó polémica en Colombia y que había obligado hasta que el mismo presidente Juan Manuel Santos pidiera que se suspendiera. Se trataba de una licencia otorgada a la empresa estadounidense Hupecol para la exploración de 150 pozos petroleros en un área de 30.887 hectáreas en la serranía de La Macarena, en donde además de Cristales, el río de cinco colores, se ubican otras joyas naturales.
La nueva decisión fue anunciada por el director del Anla, Fernando Iregui Mejía, quien hasta hace apenas unos días defendía a capa y espada el proyecto, bajo el argumento de que la exploración se encontraba a casi 70 kilómetros de distancia de Caño Cristales. Hoy, sin embargo, su posición es otra. Aseguró que se había tenido en cuenta el concepto de Cormacarena (instancia encargada de promover la conservación de los recursos naturales) y que la licencia había sido revocada.
Las autoridades la zona habían manifestado su rechazo desde que se conoció la licencia, argumentando que la exploración de hidrocarburos podría afectar el turismo comunitario y el desarrollo sostenible que ha permitido que al año este lugar reciba al menos 4.000 turistas. La determinación conocida hoy tuvo un impulso desde la academia y los ambientalistas que no dejaron de señalar las razones por las cuales no convendría ese tipo de exploraciones en la región, sobre todo teniendo en cuenta que allí convergen los ecosistemas de la Amazonía, la zona Andina y la Orinoquía.
Aunque la empresa estadounidense tiene diez días a partir de hoy para interponer un recurso jurídico ante esta decisión, es poco probable que prospere debido a que fue la máxima autoridad en este sentido en Colombia la que tomó la determinación.
Así informó El Espectador:
Gobierno suspende licencia de explotación petrolera en La Macarena
El presidente Juan Manuel Santos junto con el ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo tomaron la decisión de suspender la resolución 0286 del 18 de marzo de 2016 que autoriza la explotación petrolera en la Serranía de La Macarena que, de acuerdo a una denuncia revelada por El Espectador, afectaría directamente a Caño Cristales y los ríos Guayabero, Duda y Lozada.
La Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) ha sido fuertemente criticada desde distintos sectores por otorgar la licencia ambiental a la empresa Hupecol para realizar la exploración de hidrocarburos en 150 pozos de la región, a pesar de que el alcalde del municipio, Ismael Medellín Dueñas, el Concejo, ambientalistas y hasta la misma población expresaron un ‘NO’ rotundo, porque consideran causaría realmente una destrucción ambiental.
Luego de que El Espectador hiciera la revelación, las voces en contra y a favor no se hicieron esperar. Por un lado, la ANLA salió a desmentir que esta explotación de hidrocarburos afectaría el ecosistema. Su presidente, Fernando Iregui, aseguró que estos proyectos se llevarían a cabo lejos de esta reserva. “Se desarrollará a 68 kilómetros de Caño Cristales, a 25 km del río Guayabero y a 48 km del río Duda”, señaló. Incluso indicó que de ocasionarse algún daño ambiental la empresa podría ser objeto de un proceso sancionatorio.
A su vez, Hupecol, la empresa a la cual se otorgó la licencia, enfatizó en que el bloque petrolero adjudicado está ubicado entre los departamentos del Caquetá y Meta. “Para el ingreso al área, la vía que se utilizará es la que conduce de Florencia a San Vicente del Caguán, Las Delicias y centro poblado de San Juan de Lozada y en ningún momento, se tendrá movilización de vehículos por la vía; que de Las Delicias conduce a la Macarena, ni en la zona turística de Caño Cristales. Nuestro proyecto se encuentra aproximadamente a diez horas por carretera de este lugar, y no se tiene contemplado el uso de fuentes hídricas que hacen parte de la región del parque la Macarena como erróneamente se ha informado”.
Contrario a esto, el alcalde del municipio aseguró que el ecosistema evidentemente se vería afectado gravemente porque las explotaciones se harían muy cerca del nacimiento de los ríos Guayabero, Duda y Lozada, que resultarían contaminados y podrían llegar hasta secarse. Recordó que en La Macarena no se le permite a los turistas llevar perfumes o aerosoles, ni nada que resulte contaminante, por lo que mucho menos se podría permitir la explotación petrolera.
La decisión del Gobierno es clara, se mantendrá suspendida la licencia ambiental al menos hasta que se garantice que no se afectará el ecosistema. Por eso, el Ministerio de Ambiente le solicitó a la ANLA revisar la resolución teniendo en cuenta el Plan de Manejo de Cormacarena.
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