Solo Para Viajeros

Gabriel Herrera ama intensamente a los suyos

Mi opinión

Gabriel Herrera es intensidad, amor por lo nuestro, atento pasajero de un planeta a punto de implosionar, también periodista, reportero gráfico, editor, amigo de sus amigos, que son legión, buen padre de familia, cinéfilo, amantísimo consorte, viajero hasta perder el juicio, melómano, buen camarada, cocinero todos los días, lector como pocos, coleccionista de libros y últimamente la voz cantante y el dínamo que necesitábamos para convertir nuestro sueño en una espada en el aire, en un medio de comunicación y una fábrica de sueños dispuesta a sacarle la mugre a los lugares comunes y al desánimo. Con Gabo se puede asaltar el cielo y desde allí poder prender todas las luces que se necesitan para iluminar el futuro que nos merecemos.


¿Qué olor te devuelve a la infancia?
El olor del aserrín fresco que se acumulaba en el taller de carpintería donde trabajaba mi padre, en el Jr. Orbegoso, en Breña.  Una época en que los maestros ebanistas trabajaban con cedro, caoba e ishpingo, maderas hoy casi extintas de nuestros bosques.

¿Cuál fue tu primer viaje?
A los 15 años, con mi padre. Un viaje a Cajamarca para visitar a mi tío Lucho quien vive allí desde hace tres décadas. Una travesía inolvidable en la que hice la firme promesa de nunca dejar de viajar.

⁠¿Costa, sierra o selva?
Imposible decidir en este maravilloso país en el que nos ha tocado vivir. Pero si me dan a elegir, hay dos lugares donde vive mi corazón viajero: la cordillera Huayhuash, a la que vuelvo una y otra vez para llenarme de montaña y Cocha Cashu, en el corazón del Manu, la selva más hermosa del Perú.

⁠¿Cuál es tu comida favorita?
El arroz con pollo que preparo cada vez que retorno del campo. Mi madre era una cocinera criolla de marca mayor y ese plato me la devuelve por un ratito.

⁠¿Un peruano que te llene de orgullo?
Cualquier peruano que se levanta cada día a trabajar honestamente, que cría a sus hijos con amor, que se sobrepone después de cada golpe y que encuentra un motivo para amar a los suyos y sonreír. Un peruano como mi papá.

En el nombre del padre. Gabriel y Alejandro, amigos inseparables, compañeros de cuitas…

⁠¿Qué ave propondrías como ave símbolo del Perú?
El gallito de las rocas me parece bien, pero le pisa la cola el colibrí maravilloso, un ave  endémica y de una belleza única.

¿Y qué flor?
La delicada cantuta, la flor de nuestros Andes; pero también el brillante amancae, una efímera joya de nuestras lomas costeras.

⁠¿Un libro de viajes o aventura?
“Kerabán el testarudo”, de Julio Verne, un alocado, innecesario y vibrante viaje alrededor del Mar Negro por un turco testarudo y su flemático amigo holandés.

¿Tú escritor favorito?
Soy un lector empedernido desde muy temprana edad. Mi padre me enseñó a Julio Verne, que fue mi adoración durante la infancia; Vargas Llosa y Arguedas en estas tierras; García Márquez y Cortázar si hablamos del boom; Stendhal, Victor Hugo, Tolkien. Mi último gran amor literario es Arturo Pérez Reverte.

¿Qué te hace sentir orgulloso de nuestro país?

Que a pesar de nuestra inestable historia política y de personajes que buscan secuestrar nuestro futuro, seguimos bregando desde cada rincón de este territorio en busca de un lugar mejor. Nuestra resistencia y capacidad de salir adelante. Y claro, nuestra asombrosa diversidad natural y cultural.

⁠¿Qué personaje te haría cambiar de acera?
Cambiarnos de acera cancela el diálogo y nos separa. Es tiempo de conversar y concertar. Aunque algunos personajes de nuestra política realmente apestan.

¿Un lugar del Perú o del mundo para vivir el resto de tu vida?
Una plataforma a orillas de la Estación Biológica Cocha Cashu, en el Manu.

⁠¿Una canción?
“All things must pass”,de George Harrison.

⁠¿Qué es lo que nunca falta en tu equipaje?
Papel higiénico, los libros de turno y mis audífonos.

⁠¿Un viaje soñado?
En el Perú, recorrer desde sus inicios la cuenca del río Manu, desde el istmo de Fitzcarraldo hasta Bocamanu. Afuera, recorrer los Himalayas.

⁠¿Cuál es el objeto que más valoras?
Mi biblioteca.

¿Una ruta o destino que recomiendas?
Manu Road, desde el abra de Acjanaco hasta Bocamanu, la ruta más hermosa de este país que conecta los altos Andes con los bosques más diversos del país. Y donde viven varios de mis amigos más queridos.

⁠¿En dónde queda el paraíso?
El paraíso está en mi casa, donde me esperan la sonrisa de Emilia, las preguntas de Alejandra mientras escribe sobre ciencia y los dedos largos de Bernardo con los que toca el bajo. Y claro, cuando chocamos copas con mis hermanas gemelas que adoro y en las interminables tardes de películas clásicas con mi papito. Y en la ruta, claro, con Wilito.

Emi y Gabo, toda una vida de sueños compartidos e historias comunes.
Gabriel Herrera (Lima, 1978) nació y se crió en las calles de Breña, en  un barrio bravo donde cultivó a sus mejores amigos y compinches. Formado como periodista en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza rápidamente destacó entre sus pares por su versatilidad para cubrir como reportero gráfico las manifestaciones políticas que permitieron el retorno a la democracia en el año 2002. Amante del cine, la música, los cómics y los libros – Gabriel fue parte del equipo del librero Felipe Degregori, impulsor de la mítica librería El Caballo Rojo-   dos referentes de la artes gráficas, Ángel Hermosa y Alejandro Balaguer, se encargaron de mostrarle los  caminos de la diagramación y la fotografía de la naturaleza, los mismos que ha recorrido por 25 años para convertirse, junto con Walter Wust, otro de sus referentes y compañero de andanzas, en uno de los más prolíficos editores de libros de nuestro país: en su haber se contabilizan más de 500 publicaciones en todos los formatos habidos y por haber. Viajero impenitente, extraordinario fotógrafo y coleccionista de amigos por donde pasa, Gabo se integró a la plana del Grupo Viajeros al inicio de la crisis pandémica para convertirse en poco tiempo en uno de sus adalides. Socio principal de esta casa, Gabriel es sobre todo un militante de los afectos infinitos  y el amor incondicional por los suyos. Esposo atento de Emilia Albarrán y padre de dos joyas: Alejandra y Bernardo, Gabo es la mejor apuesta que ha hecho esta casa para consolidarse como lo que es: una usina de quimeras y #OtroMundoesPosible . Gracias a él somos lo que somos. Me olvidaba, Gabriel es el hijo del gran Alejandro Herrera  y de Haydee Sánchez, la Negra, y el hermano querido de Cecilia – la Chatín- y Carmen, las dos gemelas que lo apañan y lo quieren como se lo merece. En esta esquina del ciberespacio y en las oficinas de Viajeros por el mundo lo amamos (Wilito)

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