Mi opinión
A veces toca escribir con los dientes apretados y a toda prisa. El día de ayer, en Pucallpa, en la comunidad intercultural Victoria Gracia donde vivía, Olivia Arévalo Lomas, la conocida maestra shipibo conibo, fue asesinada a mansalva por un sicario que le disparó cinco tiros a quemarropa antes de huir.
Su muerte ha conmocionado al movimiento indígena de todo el mundo y representa un baldón para nuestro país y nuestros gobernantes, incapaces los últimos de dar con los culpables del crimen de Edwin Chota y sus acompañantes en la comunidad de Saweto, también en Ucayali, hace tres años y medio y del asesinato de José Napoleón Tarrillo, comunero de la comunidad campesina de Santa Catalina de Chongoyape, suceso acaecido en enero de este año.
Todos, hechos vinculados a la ocupación a mansalva de las tierras indígenas y a la defensa del territorio por parte de sus verdaderos dueños.
Mientras preparo estas notas apuradas y tristes, Cecilio Soria, periodista shipibo con residencia en Pucallpa, denuncia en su cuenta de Facebook las amenazas de muerte recibidas hace pocas horas por los dirigentes Magdalena Flórez y Bernardo Murayami, de la comunidad intercultural Nueva Era, también en las proximidades de la capital de Ucayali.
La impunidad y el desamparo total. Es necesario poner fin inmediatamente a tanta barbarie y restablecer el orden y la tranquilidad en los territorios indígenas. No hay mucho más que decir por ahora.
Lamentable pérdida. Ayer jueves, Olivia Arévalo Lomas, conocida curandera y cultora de los saberes tradicionales del pueblo Shipibo-Konibo, fue asesinada de tres balazos en la puerta de su casa.
Olivia Arévalo, de 74 años, era defensora de las costumbres indígenas de nuestra Amazonía y además era conocida por cultivar la medicina tradicional y los cantos sagrados de su pueblo, los llamados íkaros, considerados Patrimonio Cultural del país.
El crimen ocurrió en la Comunidad Intercultural “Victoria, Gracia”, distrito de Yarinacocha, provincia de Coronel Portillo (Ucayali). Como se recuerda, en la misma provincia también fueron asesinados Edwin Chota y otros tres dirigentes indígenas amenazados por taladores ilegales.
Según las primeras indagaciones, la líder indígena fue llamada desde la calle por un desconocido. Cuando ella salió recibió tres disparos, luego el asesino fugó en una motocicleta. La Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep), exigió una inmediata investigación para atrapar al asesino.
Por su parte, el Ministerio de Cultura lamentó esta pérdida e informó que “ha tomado contacto con la familia y con la comunidad para brindarles el apoyo necesario. Asimismo, se encuentra realizando las gestiones con las autoridades correspondientes, a fin de que se esclarezcan los hechos con la mayor celeridad posible”.
La Defensoría del Pueblo también se pronunció: “Repudiamos enérgicamente el cruel asesinato de Olivia Arévalo, miembro del pueblo indígena Shipibo-Konibo. Estamos haciendo seguimiento a la Policía Nacional y la Fiscalía para que se investigue a fondo. Pedimos a las autoridades protección para familia afectada”.
Escucha un íkaro interpretado por Olivia Arévalo:
DATO:
El pueblo Shipibo-Konibo habita en los departamentos de Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Huánuco. Según el Ministerio de Cultura, se estima que su población es de 31 266 habitantes, y figura entre los pueblos más numerosos de la Amazonía peruana, junto con los Awajún, Asháninka y Kukama.
20/4/2018