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Ciencia ciudadana para salvar la Amazonía

Mi opinión

Los viajeros responsables, aquellos que no quieren dejar una huella tóxica en el planeta y que, además, reclaman ser convocados en todas las tareas que intentan restaurar lo que otros destruyeron, son una tribu, felizmente, en franco crecimiento.

En Refugio Amazonas, el albergue que gestiona Rainforest Expeditions en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, es posible convertirse en un investigador ocasional aportando registros, observaciones, datos, a la comunidad científica, sin renunciar a ser un turista de paso por el paraíso.


El programa Wired Amazon de Rainforest Expeditions

En el segundo piso del salón principal del Refugio Amazonas del río Tambopata, un grupo de doce turistas escucha con animosidad y mucha atención la charla introductoria del biólogo a cargo de recibirlos en las selva de Madre de Dios.

Los viajeros han llegado a media tarde después de navegar por un río calmo en cuyas orillas pudieron observar, lo acaban de comentar, capibaras, caimanes, tortugas y aves de diferentes plumajes.

Y guacamayos de un azul iridiscente y un amarillo descomunal. Están deslumbrados.

Juan Diego Shoobridge, miembro del equipo científico del Rainforest Expeditions, la empresa de ecoturismo que gestiona el albergue que visitan estos días, les está explicando los pormenores del programa Wired Amazon, una iniciativa de ciencia ciudadana que intenta convertir a los visitantes que llegan a este rincón de la Amazonía peruana en investigadores y, por si fuera poco, en eventuales descubridores de nuevas especies.

Juan Diego Shoobridge es biólogo con una especialidad en ecología por la Universidad Cayetano Heredia de Lima. Conoce la zona del Tambopata desde que era un niño: su padre Diego Shoobridge, comunicador y apasionado de la Amazonía, ha estado ligado desde un inicio a la historia de Rainforest Expeditions.

Siete de la noche: desde mi ubicación donde me encuentro el espectáculo no puede ser más estimulante. El imponente ambiente central del Refugio Amazonas, un área que hace las veces de comedor, bar, sala de reuniones y punto de encuentro para visitantes de todo el mundo, ha sido iluminado con discreción buscando la perfecta sincronía con un paisaje intocado desde el inicio de los tiempos: la selva del Tambopata, uno de los últimos reductos de la vida silvestre del planeta.

Juan Diego comenta que la iniciativa Wired Amazon nació en el año 2016, cuando los directores de la empresa, Eduardo Nycander, arquitecto y fotógrafo de naturaleza, y Kurt Holle, ingeniero forestal y apasionado en transformar los sueños comunes en realidad, decidieron convertir a sus pasajeros en aliados de la conservación amazónica.

“¿Saben cuántas especies de insectos habitan la Tierra?”, pregunta de pronto Shoobridge a su audiencia.

¿Cien mil?”, trata de adivinar un adolescente que ha llegado desde Detroit, Estados Unidos, con sus padres.  

“Hasta ahora, debidamente identificadas, un poco más de un millón… pero se calcula que deben existir ocho o diez millones de especies que no han sido descubiertas todavía. Están allí, muchas de ellas en el bosque amazónico, esperando a su descubridor…”, responde Juan Diego.

“¿Saben cuántos científicos se necesitan para terminar la tarea que nos queda por hacer?”, vuelve a la carga el biólogo del equipo de Rainforest Expeditions.

¿Diez mil?”, pregunta con intriga otro de los participantes.

“Muchos más, asiente el expositor, la ciencia contemporánea necesita miles de aliados…”

En Refugio Amazonas los visitantes tienen la oportunidad de colocar e instalar cámaras trampa en las trochas por donde se mueve la fauna silvestre que habita sus bosques.

Treinta años haciendo ciencia en el Tambopata

“Siempre quise que en  nuestros albergues se haga ciencia y que la conservación de la naturaleza sea una actividad en manos de la propia gente”, ha comentado Eduardo Nycander, fundador de una empresa líder en ecoturismo de la más alta calidad que acaba de celebrar treinta años de operaciones en la cuenca el río Tambopata.

Lo lograron  rápidamente en el albergue del Tambopata Research Center (TRC), con la puesta en marcha del icónico proyecto Guacamayo.

En el conocido albergue al lado de la collpa Colorado, la compañía ha recibido a cientos de investigadores que han contribuido al desarrollo de la ciencia amazónica y a la conservación de la vida silvestre en sus bosques y ríos. “Decidimos entonces, acota, poner la ciencia al servicio de la gente, finalmente la conservación de la naturaleza no debería estar solamente en manos de los científicos. Eso es Wired Amazon”.

Wired Amazon es una iniciativa de ciencia ciudadana que intenta enlazar las necesidades de la ciencia contemporánea con el deseo que tienen los visitantes de cuidar lo que nos pertenece a todos.

Los viajeros responsables, aquellos que no quieren dejar una huella tóxica en el planeta y que, además, reclaman ser convocados en todas las tareas que intentan restaurar lo que otros destruyeron, son una tribu, felizmente, en franco crecimiento.

En Refugio Amazonas y en los demás espacios que gestiona y conserva Rainforest Expeditions es posible convertirse en un investigador ocasional aportando registros, observaciones, datos, a la comunidad científica, sin renunciar a ser un turista de paso por el paraíso.

Para ello el equipo que convocó Kurt Holle, en la actualidad director ejecutivo de la sucursal peruana de WWF, la organización conservacionista más famosa del planeta, sí, la del osito panda, ha diseñado hasta ahora tres programas cuya capacidad para convocar prosélitos nadie discute.

Los programas de Wired Amazon

El ánimo y el interés de los participantes ha ido creciendo. En el primer nivel de Refugio Amazonas ya van llegando los demás grupos de turistas convocados por los aromas que llegan de la cocina. Ya va siendo la hora de la cena en la selva del Tambopata.

Juan Diego continúa su disertación.

“El primer programa de Wired Amazon, lo hemos llamado AmazonCam Tambopata, se trata de utilizar la tecnología –en este caso las cámaras trampa-para monitorear a través de las imágenes capturadas el estado de conservación de las poblaciones  más representativas de la Reserva Nacional Tambopata”. 

Una de ellas, el jaguar (Panthera onca), el elusivo felino sudamericano que se mueve confiadamente por las playas del río Tambopata y en el interior del bosque de más de 200 hectáreas que protege Rainforest Expeditions.

El equipo de AmazonCam ha escalado cientos de árboles y ha recorrido cientos de kilómetros por la selva recopilando miles de fotos y videos de la vida en el bosque. A ese estupendo material se puede acceder a través de una plataforma que permite que cualquier científico ciudadano  pueda participar del proyecto ayudando en la categorización de las fotos.

Más de ciento cincuenta cámaras han registrado datos de interés científico de la vida de jaguares, pumas, armadillos, puerco espines, monos maquisapas, perros de monte y también águilas harpías.

De hecho, la cámara trampa que los investigadores lograron colocar en las proximidades de un nido de harpías cuyos huevos estaban a punto de eclosionar permitió a los científicos del Instituto Global del Zoológico de San Diego –aliados del proyecto- avanzar sustancialmente en el estudio del comportamiento de la especie.

“El segundo programa, continúa Juan Diego Shoobridge, lo hemos denominado Descubre nuevas especies. Se trata de una iniciativa liderada por el Dr. Juan Grados de la Universidad de San Marcos, de Lima, que invita a los visitantes que deseen a colectar especímenes de cuatro familias de insectos que frecuentan, sobre todo en las noches, los alrededores del Refugio Amazonas”. 

Si los insectos recogidos durante las caminatas de los turistas son raros, por decirlo de alguna manera, desconocidos en apariencia, los encargados del programa envían una muestra del mismo a la Universidad de Guelph, en Ontario, Canadá, donde sus especialistas indicarán si se trata realmente de una nueva especie para la ciencia. O no.

Hasta el momento más de 1500 científicos ciudadanos han participado en el programa.

Wired Amazon trabaja con 4 familias taxonómicas: Arctiinae o Tiger Moths , Cicadellidae o Leaf Hoppers , Membracidae o Treehoppers e Ichneumonidae o Scorpion Wasps .

La mayoría no dio en el blanco, pero once visitantes del Refugio Amazonas tuvieron la suerte de descubrir una especie que nadie había identificado antes. Y por supuesto, participar en la elección de su nombre científico.

Nueve especies de polillas tigre y dos avispas escorpión nuevas para la ciencia es el saldo del trabajo de los “cazadores” de especies del Tambopata. Fantástico.

No tuve tanta suerte como la que tuvieron esos once afortunados. Sí, en cambio, tuve el placer de acompañar a Juan Diego y a dos turistas australianos, a un borde de la propiedad para atrapar insectos en la trampa de luz –una sábana blanca con un foco de gran potencia al frente que atrae a polillas y otros bichos- que los investigadores del proyecto colocan para el deleite de los aventureros.

El tercer programa de Wired Amazon es el de Aerobotánica. “En Aerobotánica, continúa Juan Diego, utilizamos los drones para monitorear los patrones de floración y fructificación de las castañas (Bertholletia excelsa) de la concesión que la empresa gestiona”.

La recolección y comercialización de castañas –o nueces de Brasil- es una de las actividades económicas de más importancia para la población de Madre de Dios, monitorear permanentemente el desarrollo de los frutos de los inmensos árboles de castaña resulta imprescindible para predecir la productividad de las futuras cosechas.

“No solo estamos conociendo más detalles de nuestros castañales, continúa explicando el biólogo, también estamos investigando la abundancia de otras especies del Tambopata como el huasaí (Euterpe oleracea), una palmera típica de estos bosques y por supuesto los shihuahuacos y lupunas, los otros gigantes de estos bosques tan llenos de vida..»

Juan Diego termina su exposición y las preguntas se multiplican.

Los doce visitantes han sido ganados, no me queda ninguna duda, a la causa de la ciencia ciudadana. Después de la cena, ellos y yo, nos pondremos las botas de jebe y con nuestras linternas en ristre saldremos a atrapar alguna especie de polilla tigre o avispa escorpión que esté buscando un descubridor para salir del anonimato.

“Mamá, le dice el joven de Detroit a su madre mientras bajamos al comedor, ¿crees que podré ponerle el nombre de mi chica a la polilla que logre atrapar?”.

El ruido ensordecedor de las chicharras y demás seres vivos que pueblan la noche del Tambopata no me dejan escuchar la respuesta.

HarpyCam está configurada para filmar el nido de un par de harpías llamados Kee-wai y Baawaja.

 

 


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