Mi opinión
Simbólico, el presidente de los Estados Unidos en su terco afán por acabar con los flujos migratorios que han forjado su nación, se zurra en el carácter sagrado de los saguaros del desierto de Sonora, un cactus de talla superlativa reverenciado desde siempre por los indígenas de esa frontera, mandándolos a cortar a la mala. Una bestia, más pueden las consideraciones “geopolíticas” y el ego infinito que la tradición y el respeto por la flora, en este caso, representativa de un territorio poblado por pueblos antiguos y ricos en cosmovisiones. Todo vale en nombre del poder y las cuestiones de Estado. Otro síntoma más de la agonía de nuestra civilización.
Los majestuosos saguaros del Desierto de Sonora, algunos con más de siete décadas de existencia, están siendo arrancados por maquinaria pesada para construir el muro fronterizo del presidente estadounidense Donald Trump, algo que ecologistas y activistas han calificado de “tragedia ecológica”.
También conocidos como los “gigantes del desierto”, los inmensos cactus están siendo removidos por excavadoras para abrir paso a una valla de nueve metros de altura, que forma una profunda cicatriz entre las reservas ecológicas del Monumento Nacional del Organ Pipe Cactus, en Arizona, y la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, en Sonora.
En un video que circula en las redes sociales se puede apreciar como ejemplares de esta especie endémica y en peligro de extinción, que puede vivir más de 175 años y alcanzar alturas de 16 metros, yacen en la arena aplastados por trascabos. Mientras imágenes difundidas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos pretenden demostrar que son trasplantados exitosamente para asegurar su supervivencia, Dan Mills, coordinador del programa de conservación de Sierra Club en Arizona, aseguró que “es difícil trasplantar un saguaro que ya se encuentra crecido”.
Agregó que “una vez que que esté terminado el proyecto se reemplazarán 70 kilómetros de vallas, lo que representa cientos y cientos de saguaros, cactus y otras plantas que serán removidos”. La divisón física e intensas luces de la barrera también afectará las aves, especies nocturnas e insectos polinizadores de vital importancia para el ecosistema.
Cabe mencionar que los saguaros han formado parte integral de la gastronomía y rituales de pueblos indígenas como los Tohono O’odham, quienes han habitado el Desierto de Sonora desde hace miles de años y se encuentran divididos por la frontera militarizada entre México y Estados Unidos.