Mi opinión
Ya me he ocupado del trabajo de Alessandra Yupanqui, la muchachita que a los veintipocos años ha sabido empinarse sobre la medianía de casi todos los influencers de su generación para enhebrar contenidos en sus redes sociales heterodoxos, combativos y singulares.
Sí, singulares en extremo porque la nieta de doña Rufina, la mujer campesina, de Jata Palpa Palpa, en Chumbivilcas, Cusco, que se afincó en los extramuros de la ciudad que habitamos para dejar atrás la pobreza y las injusticias, se ha empeñado en denunciar los maltratos que le hacemos a Gaia y a visibilizar también a sus habitantes más vulnerables: en nuestro país las poblaciones indígenas, los afrodescendientes, los defensores de la tierra, los colectivos LGTBIQ y una larga, larguísima, relación de seres humanos que soportan “la sutileza de las interacciones”, esa forma de ser y actuar tan común de los citadinos que se caracteriza por tirarle barro a los otros, cholearlos, con el propósito de mantener incólumes las estructuras sociales y raciales que heredamos, por desgracia, de la colonia.
Considero que el trabajo que viene realizando Alessandra, reguetonera y andina, en las redes que maneja es verdaderamente revolucionario. Sus tomas de posición y las denuncias que hace en sus cuentas personales y en la plataforma Sapiens que echó a andar con dos de sus compinches hace buen tiempo, utilizando, además las mismas herramientas que abundan en el ciberespacio para vender más de lo mismo, son una inspiración para todos. Un modelo. Lo máximo, su historia es inspiradora y potente, la pueden conocer escuchando su charla “Andina y sinvergüenza” en ted.com La suelo ver cada cierto tiempo para llenarme de ilusión, #OtroMundoesPosible
Por Alessandra Yupanqui, tomado de su cuenta en FB
AAYY!! Lo logramos Gracias eternas a mi mantay Rufi, la mujer más poderosa que conozco.
Cuando me invitaron a ser keynote speaker de esta edición de Forbes Perú que reúne a las mujeres más poderosas del Perú, supe que tendría la oportunidad de contarle a una audiencia preciosa, llena de mentes brillantes y que tienen la capacidad de transformar la realidad en sus organizaciones, mi mirada sobre cómo la aspiracionalidad promedio obnubila la lucha que más debería capturar nuestra atención en pleno 2024; el bienestar del único planeta capaz de albergar a andinos, amazónicos, afrodescendientes, LGTBIQ+, flacxs, gordxs, artistas y empresarios: la tierra.
Leer más en Alessandra Yupanqui: redefiniendo los estereotipos de la mujer andina
Comenté también que desde que me mudé de Lima, ciudad que encarna el “moderno” modelo de desarrollo que se propone desde las urbes y que es más bien la segunda capital sudamericana con peor calidad de aire después de Santiago de Chile y que con +500 mil casos, ha colocado a la ansiedad y la depresión como patologías más frecuentes según el MINSA solo en 2023, a una casa en la montaña, me permití reflexionar aún más sobre el peligroso juego de pretensiones en el que está sumida la gran mayoría. Un juego que lejos de cumplir su falsa promesa de sofisticación, nos ha hecho ver más bien ridículos girando una rueda de apariencias absurdas y que además, nos enferma.
Más info en Millones de seguidores y 4.000 metros de altura: los ‘influencers’ que viralizan la cultura andina
Me alegra saber que todo este camino de reflexiones transitadas, trajo a la vida a Sapiens, el medio de comunicación que junto a Jorge Carrasco y Josefina Toribio fundamos para realmente democratizar información sobre sostenibilidad y deselitizar información que por mucho tiempo se pensó exclusivamente desde y para la academia.
Sapiens nos ha cambiado la vida de muchas formas, se ha convertido en nuestra constante escuela, una que despierta a diario nuevas curiosidades y nos invita a dejar de lado el activismo ciego y antropocéntrico para converger en nuestras multiplicidades nuevas soluciones para habitar esta biosfera viva e inteligente.
¡Gracias por tanto!
Les quiere con el alma,
Ale Yupanqui (o Ali, para mi abuela).
Vestido: Escvdo
Hairstylist: Karina de Atelier Sian
Makeup: Ale Cáceres