Mi opinión
Esta guía de viajes carreteros que entregó a sus lectores el diario Clarín hace unos días es notable, está buenísima, se las dejo para que la guarden para cuando les toque visitar ese país de ensueño, de tantos contrastes geográficos y culturales.
Esta mañana he revisado al vuelo mis notas que dan cuenta de un viaje verdaderamente magallánico por el sur argentino y la mítica Ruta 40 que realicé hace casi diez años y sí, lo vuelvo a decir, el territorito de la Argentina es para conocerlo en auto y en muchos días.
De esa travesía por el sur más sur del continente tengo grabado en el recuerdo los nombres del lago General Carrera, El Chaltén, Bajo Caracoles, por supuesto que la carretera 40 y sus contornos –“están construyendo sobre el ripio una pista de asfalto, anoté, cuando me toque volver esta será una autopista más”-, el Fitz Roy y el Parque Nacional Los Glaciares con sus bosques de lengas antiquísimas, el lago Capri, la regia ciudad de El Calafate, el Perito Moreno poblado de cóndores y muchísimos destino más.
Claro, también un viaje verdaderamente On The Road desde El Calafate hasta el Gran Buenos Aires: 2,768 kilómetros de paisajes majestuosos, 32 horas de felicidad extrema.
Lindas remembranzas, los dejo, voy a seguir revisando mis notas argentinas. Disfruten este bocatto di cardinale, guárdenlo, yo me he tomado el tiempo de elegir como pendiente la navegación por las carreteras argentinas que se introducen por la selva de Misiones, contigua al Paraguay, una zona de Sudamérica bastante desconocida donde los ríos, que son inmensos, se detienen para que los animales y el bosque pueblen el planeta de bellezas extraordinarias.
¡Qué país!
Un viaje en auto por caminos que atraviesan paisajes espectaculares es sin dudas una gran experiencia. Admirar las postales pasando al otro lado de las ventanillas, conocer pueblos que hasta entonces eran solo puntos en un mapa o nombres intrigantes, compartir con la familia, amigos o quien sea una buena charla en una ruta desolada, parar por un buen café en una estación de servicio, detenerse a orillas de un lago o sobre la playa por unos mates, parar sin haberlo previsto en un puesto al costado del camino para charlar con la gente, comerse unas buenas empanadas o comprar alguna mermelada casera recién hecha para disfrutar más tarde sobre un pan de campo.
Desviarse del camino diagramado por un buen consejo dado a tiempo o una corazonada… un viaje de ruta suele tener miles de variantes e imprevistos, y por eso lo esencial es estar dispuesto a dejarse llevar. Parar cada vez que el viaje lo decida, y por el tiempo que el propio viaje demande.
Por la costa, la montaña, el desierto o la selva, en la Argentina hay rutas paisajísticas para todos los gustos (Getty Images)
En la Argentina hay paisajes y recorridos para todos los gustos; de zigzagueos a orillas de lagos majestuosos a rectas infinitas en la estepa; de rutas que bordean al océano a otras que se internan en la selva o ascienden las laderas de los Andes hasta miles de metros sobre el nivel del mar. Aquí, solo algunas de las muchas propuestas posibles para disfrutar de viajes inolvidables por las rutas argentinas, y de paso, conocer paisajes majestuosos, pueblos e historias.
Los únicos consejos serían “precaución y paciencia”. Despacio se llega mejor y se disfruta más, que es el objetivo de este listado: no simplemente llegar, sino saborear el camino.
Ruta Azul
Itinerario: Camarones – Comodoro Rivadavia – Rada Tilly – Caleta Olivia – Puerto Deseado (Chubut-SantaCruz). Distancia: 553 km.
Ruta Azul: Un tramo de la ruta 3 por la costa patagónica.
No es esta toda la Ruta Azul, claro, sino un tramo singular de la ruta 3, que une destinos más que interesantes de la Patagonia atlántica. Un recorrido para hacer en no menos de cuatro o cinco días que arranca en Camarones, una tan pintoresca como poco conocida localidad costera, de unos 2.000 habitantes, ubicada 260 km al norte de Comodoro Rivadavia.
Quizás lo primero que lo sorprenda de la zona de Camarones es su variedad de playas (acantiladas, rocosas, de restinga, de arena, de canto rodado), típicamente patagónicas y enmarcadas por una bahía. Allí se encuentra el límite norte del parque interjurisdiccional marino costero Patagonia Austral, que incluye una gran zona marítima y también islas e islotes, y protege un rico patrimonio paisajístico, cultural y natural. Por ejemplo, 13 de las 16 especies de aves marinas que nidifican en la costa argentina lo hacen en esta zona. También se pueden ver lobos marinos de uno y de dos pelos, ballenas, delfines y orcas. Además, Camarones tiene una interesante historia que narra en su discreto pero completo Museo Perón, dedicado a los años en los que la familia Perón pasó en la localidad, cuando el futuro presidente era aún un niño. Hay objetos de época, fotos y manuscritos, además de utensilios, ropa, juguetes y el mobiliario que acompañó a la familia en estas tierras.
Camarones, con el parque interjurisdiccional costero marino y el Museo Perón.
De Camarones a Comodoro son 260 km por la ruta 3 en lo alto de la estepa. La que por muchos años fue la ciudad más grande de la Patagonia -ahora desplazada por Neuquén- es una urbe típicamente petrolera, a orillas del mar, con varios hoteles de buen nivel y una joya cercana: la espectacular playa de Rada Tilly, una inmensa lengua de arena protegida entre dos despeñaderos que se adentran en el mar. Hoy es una ciudad con casi 12.000 habitantes y vida propia. En el extremo de la punta sur de la rada, Punta Marqués, podrá ver una colonia de lobos marinos y una vista de la costa patagónica desde lo alto que lo dejará sin aliento.
Punta del Marqués, en Rada Tilly, con una lobería en el extremo.
Siguiendo por la 3 hacia el sur, el siguiente tramo lleva hasta Caleta Olivia -unos 80 km- casi acariciando el mar, así que el paisaje es una delicia (no el estado de la ruta, en eterna “construcción” desde hace años).
La ría de Puerto Deseado.
Poco después de atravesar Caleta Olivia, la 3 se aleja del mar y se interna en la árida meseta patagónica. Unos 15 km al sur del paraje Fitz Roy, el desvío a la izquierda por la ruta 281 lo llevará directo a Puerto Deseado, una maravilla de la naturaleza, con su espectacular ría en la que anidan decenas de especies de aves, su rica historia y las excursiones a sitios como los miradores de Darwin y la fantástica Isla Pingüino, donde se puede admirar la única colonia de pingüinos penacho amarillo accesible de la costa patagónica.
De los Siete (once) Lagos
Itinerario: Junín de Los Andes – San Martín de los Andes – Villa La Angostura – Bariloche (Neuquén-Río Negro). Distancia: 232 km.
La Ruta de los Siete Lagos permite disfrutar en realidad de 11, además de montañas y volcanes.
No necesita presentación; es posiblemente la ruta más conocida de la Argentina. Sólo que aquí proponemos una versión apenas un poquito más extensa, que merece varios días de recorrido, para tomar todos los desvíos posibles y disfrutar de tanto paisaje junto. Proponemos arrancar de Junín de los Andes en lugar de San Martín, para conocer de entrada uno de los grandes paraísos de la pesca con mosca, con eje en el río Chimehuin. Para empezar con los lagos, muy cerca están el Huechulafquen, el Curruhue, el Curruhue Chico, el Epulafquen, el Paimún y el Lolog. Aunque quien atraiga buena parte de las miradas sea posiblemente el volcán Lanín.
Siete Lagos: un delicioso serpenteo por los bosques patagónicos.
A 41 km al sur de Junín, empieza “oficialmente” la Ruta de los Siete Lagos: en San Martín de los Andes, a orillas del lago Lácar. De allí hacia Villa La Angostura son 108 km de curvas y contracurvas -totalmente asfaltados- y lagos y más lagos: se pasa a orillas del Lácar, el Meliquina, el Hermoso, el Falkner, el Villarino, el Correntoso, el Espejo Grande y el Nahuel Huapi. Sí, contamos 8. Y llegamos a 9 si sumamos el bellísimo Traful, a unos pocos km de desvío. Y si no le molesta desviarse un poquito más, son 10: lago Totoral. Y por qué no, 11: Filo Hua Hum, más pequeño y oculto, al que se accede por la ruta 63, del lado este. De Villa La Angostura puede seguir 82 km más, darle la vuelta al extremo del Nahuel Huapi, cruzar el puente donde nace el río Limay y llegar a Bariloche a saborear un buen chocolate caliente.
En todo el viaje, además, puede optar por cruzar a Chile por alguno de los varios pasos -Carirriñe, Huahum, Cardenal Samoré-, como para seguir encantándose con paisajes imposibles de describir en palabras.
De las Altas Cumbres
Itinerario: Córdoba capital – Alta Gracia – Parque Nacional Quebrada del Condorito – Villa Dolores (Córdoba). Distancia: 210 km.
De Córdoba Capital a Traslasierra, cruzando las Altas Cumbres entre cóndores y cascadas.
Del ruido y el movimiento de una gran ciudad a cumbres solitarias habitadas por los cóndores y el viento, en unos pocos minutos. La Ruta de las Altas Cumbres cordobesa fue una importante obra de ingeniería que reemplazó al antiguo Camino de los Puentes Colgantes, y es capaz de sorprender con sus curvas y contracurvas que ascienden hasta los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y al otro lado, con otras tantas curvas y contracurvas, desciende hacia el pintoresco Valle de Traslasierra.
Las Altas Cumbres cordobesas, territorio de cóndores.
Puede partir de la ciudad por la ruta 5 hacia Alta Gracia o por la Autovía 20 hacia Carlos Paz. Si va por el primer recorrido, podrá visitar el Museo Che Guevara, donde el Che vivió de niño para tomar luego la sinuosa ruta que pasa junto a la Estación Astrofísica de Bosque Alegre -un observatorio que se puede visitar- y al ratito se cruza con la ruta 34, que asciende y asciende zigzagueando hasta las alturas del Parque Nacional Quebrada del Condorito, que protege a una población de cóndores que colonizaron desde siempre los altos de este cañadón de roca desnuda. Por allí, la Pampa de Achala es una cabeza de cuenca que capta precipitaciones formando las nacientes de importantes ríos de Córdoba, donde puede ver numerosas vertientes y cascadas, como la que da nacimiento al río Mina Clavero, de 100 metros de altura. Se ve con sólo caminar 600 m desde la ruta.
Al descender hacia el Valle de Traslasierra, se suceden los pueblitos con encanto mágico: Mina Clavero, Cura Brochero, Nono, Las Rosas, San Javier, Yacanto, La Paz, Loma Bola. Piérdase por sus calles sin tiempo para, quién le dice, quizás reencontrarse consigo mismo en rincones únicos.
De la Luna a la cuesta de Miranda
Itinerario: San Agustín del Valle Fértil – Parque Provincial Ischigualasto – Parque Nacional Talampaya – Villa Unión – Cuesta de Miranda – Chilecito (San Juan-La Rioja). Distancia: 288 km.
La ruta va entre el Valle de la Luna y Talampaya, y luego surca la hermosa Cuesta de Miranda.
San Agustín del Valle Fértil suele ser la puerta de entrada al Parque Provincial Ischigualasto, más conocido como Valle de la Luna, en San Juan. Si hace noche allí, puede visitar el parque por la mañana, luego hacer unos pocos km más y, ya entrando en La Rioja, recorrer los imponentes paredones y formaciones rojizas del Parque Nacional Talampaya, y sus cañadones surcados por cóndores.
Cuesta de Miranda, La Rioja.
Al salir, recorra 52 km más y -consejo- pase la noche en Villa Unión, un pueblo en medio de un valle enmarcado por la Sierra de Famatina y la precordillera riojana, y donde hay varios alojamientos, algunos de ellos bastante nuevos. Si al otro día tiene ganas, puede seguir laderas arriba para visitar Laguna Brava, en la alta montaña, aunque la ida y vuelta le va a llevar más de medio día. Si no, parta directamente por la ruta 40 hacia el este para disfrutar de uno de sus tramos más deliciosos: la Cuesta de Miranda, un multicolor zigzagueo de más de 400 curvas, en la quebrada del río Miranda. Cruza un abra entre las sierras de Famatina y Sañogasta, con una altura máxima de 2.040 metros. En otros tiempos supo ser uno de los tramos desafiantes de la ruta 40, porque era angosto, de ripio y de cornisa. Pero hoy está totalmente pavimentado y es muy placentero de recorrer. De Villa Unión a Chilecito son 112 km, pero le va a llevar varias horas si lo que pretende es disfrutar; despacio y deteniéndose a observar y sacar fotos.
Paisajes de alto impacto desde la Cuesta de Miranda hasta el Parque Nacional Talampaya y Laguna Brava (Turismo Dpto. Felipe Varela)
Una vez en Chilecito, no se pierda la fantástica historia del cable carril hacia la mina La Mejicana, declarado Monumento Histórico Nacional, y disfrute de una limonada en alguna de las mesas en torno a la plaza principal, que cada anochecer veraniego es el epicentro de la vida social.
De la Selva
Itinerario: San José – Leandro N. Alem – Oberá – Aristóbulo del Valle – San Pedro (Misiones). Distancia: 250 km.
Ruta 14, por el corazón de la selva misionera.
Bien podría ir la ruta 12 entre Posadas y Puerto Iguazú, con el río a un lado y la selva al otro. Pero aquí nos permitimos recomendar otro recorrido, por el corazón de la selva y con menos tránsito, como para ir paseando tranquilo y disfrutando del mundo verde y rojo de Misiones. La ruta 14 va por unos buenos km casi paralela a la 12 pero por el centro de la provincia, atravesando localidades como Leandro N. Alem -con su orquideario y circuito de agroturismo- y Oberá, una gran ciudad que es capital de la región de las Sierras Centrales y está rodeada por una exuberante vegetación. Se la llama también “Capital del Monte”, y bien podría ser la capital de los inmigrantes, porque en ella conviven más de 15 colectividades -ucranianos, polacos, italianos, rusos, alemanes- que mantienen bien vivas sus tradiciones, que se exhiben con orgullo en cada Fiesta Nacional del Inmigrante.
Selva verde y tierra colorada: ruta 14 en Misiones.
Por las serranías coloradas misioneras, la ruta sigue su curso noroeste rumbo a Campo Viera, Campo Grande y Aristóbulo del Valle, la “capital de saltos y cascadas” de la provincia. Porque Misiones no es sólo Iguazú, claro: en los alrededores de Aristóbulo del Valle están, por ejemplo, el salto Alegre, el salto Piedras Blancas y sobre todo el Salto Encantado, un parque provincial que protege una caída de casi 65 m del arroyo Cuñá Pirú. En el parque hay otras cascadas y senderos para disfrutar de la infinita vida de la selva.
Al llegar a San Vicente, puede tomar hacia la derecha por la ruta 13 rumbo a El Soberbio, y allí tomar la ruta 2 por las entrañas de la selva hasta los Saltos del Moconá. En cualquier caso, será un viaje fascinante por el corazón de la selva y sus lomadas de tierra colorada, yerbatales e historias de inmigrantes.
De los Alerces milenarios
Itinerario: Trevelin – Parque Nacional Los Alerces – Cholila – Epuyén – El Hoyo – El Bolsón (Chubut-Río Negro). Distancia: 182 km.
De Trevelin a El Bolsón, entre lagos, montañas y alerces de más de 2.600 años de edad.
La ruta provincial 71, de ripio, va rumbo norte por el corazón del Parque Nacional Los Alerces, en el noroeste de Chubut, sitio que el año pasado fue declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la Unesco. Desde el hermoso pueblo de Trevelin (“Pueblo del molino”) y sus historias galesas hay pocos km hasta el ingreso al parque, y a partir de allí, una panzada de paisajes espectaculares, salpicados por campings, hosterías y algunas que otra cabaña. La 71 recorre todo el borde este del inmenso lago Futalaufquen, luego el río Arrayanes, sobre el que pende un hermoso puente colgante. Crúcelo y haga la excursión por el lago Menéndez hasta el Alerzal Milenario, un bosque único en el mundo, que maravilla con ejemplares de más de 2.600 años de edad y la altura del Obelisco porteño.
Pasarela sobre el río Arrayanes, en el Parque Nacional Los Alerces.
Más adelante, la ruta pasa junto al lago Verde, con su muelle y mirador panorámico, y pocos km más allá, el lago Rivadavia, una costa de 14 km donde encontrará tanto campings agrestes como organizados. Luego saldrá del parque, pero los paisajes seguirán deslumbrándolo. A pocos km está el pueblo de Cholila, con aquella fascinante historia de los bandidos Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place, y los pequeños lagos Carlos Pellegrini, Lezama y Cholila, ideales para la pesca con mosca. Enseguida la 71 se une con la 40 para pasar por el pueblo de Epuyén, en un extremo del lago del mismo nombre, y a pocos km, El Hoyo, “capital nacional de la fruta fina”. Deténgase por unas frambuesas, casis, moras, guindas o boysenberries, y si por casualidad es enero, esté atento a la Fiesta Nacional de la Fruta Fina. Muy cerquita, puede encantarse con las aguas verdes del lago Puelo o seguir camino a El Bolsón y disfrutar del Bosque Tallado o un inolvidable atardecer desde la cima del cerro Piltriquitrón.
De los Valles Calchaquíes
Itinerario: Santa María – Cafayate – San Carlos – Angastaco – Molinos – Seclantás – Cachi (Catamarca-Salta). Distancia: 236 km.
Por la ruta 40 entre Santa María y Cachi, por los colores de los Valles Calchaquíes.
Puede partir de Santa María si viene por la ruta 40 desde el sur, o desde Amaicha del Valle si estuvo primero en la tucumana Tafí del Valle. En cualquier caso, lo primero con que se va a encontrar en los Valles Calchaquíes es con las Ruinas de Quilmes, restos del mayor asentamiento precolombino del país, a los pies del cerro Alto del Rey. Siga con rumbo norte, con el río Santa María a su derecha, y luego de cruzar por Colalao del Valle ingresará a la provincia de Salta, ya cerca de Cafayate, un remanso a los pies de la cordillera que lo atrapará con su plaza central, rodeada de restaurantes donde saborear los mejores cabritos y unas empanadas imposibles, un moderno Museo de la Vid y el Vino y una Ruta del Vino deliciosa, que va de antiguas y tradicionales bodegas como Etchart a resorts del más alto nivel mundial, como Patios de Cafayate.
La Quebrada de las Flechas, un sorprendente tramo de la 40 en los Valles Calchaquíes.
De allí hacia el norte la ruta 40 se vuelve mágica. Eso sí, el asfalto dura poco: solo hasta San Carlos, unos 25 km. Luego es de ripio y puede cortarse en algunos tramos durante el verano, por las lluvias: esté atento. Pero los paisajes que va a disfrutar son impagables. Empezando por la Quebrada de las Flechas, con sus sorprendentes formaciones rocosas puntiagudas inclinadas que forman estrechos desfiladeros con paredes de hasta 20 metros de alto. Apenas cruzándolo está el pueblo de Angastaco -con hostería, Centro Cívico con un pequeño museo arqueológico, plaza con artesanías, vinos regionales y pateros- y pocos km más adelante, Molinos, con su iglesia de San Pedro de Nolasco, que guarda los restos momificados del último gobernador realista de Salta, Nicolás Severo de Isasmendi.
Los ponchos son el gran clásico de la Ruta de los Artesanos salteña, con epicentro de Seclantás.
El recorrido sigue valle arriba y atraviesa Seclantás, “cuna del poncho” salteño. Aviso: al llegar a la capilla Santiago Apóstol, gire a la derecha y cruce el puente sobre el río Calchaquí. Así pasará por el centro del pueblo y, poco más adelante, podrá recorrer el Camino de los Artesanos, donde verá, uno tras otro, a tejedores y alfareros en plena tarea. Luego vuelva a cruzar el río por el otro puente y regrese a la 40; ya estará muy cerca de Cachi, con su iglesia de madera de cardón, la gran plaza central y su hermoso museo arqueológico. Y no muy lejos, las nieves eternas del Nevado de Cachi. Para un cierre ideal, atraviese el Parque Nacional Los Cardones y descienda las incontables curvas de la Cuesta del Obispo, tapizadas de verde, para saborear unas buenas empanadas en la plaza de Salta.
De Alta Montaña
Itinerario: Mendoza – Cacheuta – Potrerillos – Penitentes – Puente del Inca – Parque Aconcagua – Cristo Redentor (Mendoza). Distancia: 198 km.
De Mendoza hasta el límite con Chile, y si se anima, hasta el Cristo Redentor de los Andes.
Desde los hermosos portones del Parque General San Martín, en pleno centro de Mendoza, tome por la avenida Boulogne Sur Mer hacia el sur, que luego será Avenida Las Tipas, a continuación Corredor del Oeste y al llegar a Chacras de Coria ya estará en la ruta 82, que lo llevará por los faldeos de la precordillera hasta Cacheuta, famoso centro termal con hotel y piscinas donde darse una buena recauchutada. El que este año haya inaugurado el túnel de Cacheuta le permitirá continuar por esta ruta para ascender desde las termas hasta las aguas verdes-turquesa del lago de Potrerillos, ya entrando en las fauces de la Cordillera y tomando la ruta internacional 7. Al borde del río Mendoza, y atravesando túneles y más túneles, la ruta va ganando altitud, y los paisajes, imponencia. Al llegar a Uspallata ya estará a casi 1.900 msnm, y en un lugar de importancia histórica, pues es donde se reunieron dos ejércitos, al mando de Las Heras, antes del cruce libertador de la Cordillera.
Laguna de los Horcones, punto panorámico para admirar el cerro Aconcagua, la cumbre más alta de América (Coco Yáñez).
Siguiendo por la ruta 7 junto al río Mendoza, poco más adelante se cruzará con lo más interesante: el paraje Punta de Vacas, enseguida las instalaciones del centro de esquí Los Penitentes, y 7 km montaña arriba, Puente del Inca, una extraordinaria formación natural de casi 59 m de largo por 28 de ancho suspendida a 27 metros sobre el río, de un llamativo color ocre y salpicada de estalactitas . En el lugar hay refugios y paradores, y si sigue apenas 4 km, llegará al mirador del cerro Aconcagua, el techo de América. Deje el auto al costado del camino y camine unos pocos minutos hasta la laguna de Horcones, para tener un panorama inolvidable del gigante.
El camino hasta el Cristo Redentor de los Andes, en la frontera entre Argentina y Chile.
Desde allí hasta el ingreso al túnel que lleva a Chile hay solo 21 km, pero en la localidad de Las Cuevas puede desviar por un empinado camino de ripio con impresionantes curvas y contracurvas que trepa hasta el monumento al Cristo Redentor de los Andes, a 3.850 msnm y en el límite entre Argentina y Chile. Un símbolo de paz entre los dos pueblos, y de voluntad de quien llegahasta allí por unas buenas fotos.
De los Andes fueguinos
Itinerario: Río Grande – Tolhuin – Ushuaia (Tierra del Fuego). Distancia: 212 km.
De Río Grande a Ushuaia, con el único cruce de la Cordillera sin salir del país.
Planicie desértica, horizonte infinito, vientos eternos. El norte de la isla de Tierra del Fuego es un muestrario perfecto de la estepa patagónica, sin ondulaciones a la vista y con muy poca vegetación. Tan diferente a Ushuaia, con su cordillera de nieves eternas, sus ríos y lagunas y sus tupidos bosques de lengas. En solo 200 km, el tramo más sureño de la ruta nacional 3 invita a cambiar drásticamente de ambiente, y a cruzar -literalmente- la Cordillera de los Andes.
Apenas partir de Río Grande, la ruta se pega al mar, como para que esos horizontes y cielos infinitos queden grabados en las retinas. Luego de pasar el cabo Auricosta -una reserva que es hábitat de aves playeras migratorias-, se va metiendo tierra adentro y ondulándose: son las primeras estribaciones de la Cordillera, que espera pocos km más adelante. Aparecen también las primeras lengas, aún un poco dispersas y azotadas por el viento. A la derecha se ve la ruta provincial H, que lleva a los lagos Chepelmuth y Yehuin, y un poco más adelante llega la primera parada obligada: el pueblo de Tolhuin, a orillas del inmenso lago Fagnano y a mitad de camino: 105 km de Río Grande y 111 de Ushuaia.
Paso Garibaldi, el cruce de la Cordillera entre Río Grande y Ushuaia.
Luego el camino recorre la margen sur del Fagnano y el paisaje se va haciendo más escarpado. Se ven las cimas nevadas de la Cordillera de los Andes y el lago Escondido allí debajo. Enseguida la ruta trepa hasta su punto más alto: el Paso Garibaldi, único paso carretero que atraviesa el encadenamiento de los Andes fueguinos, y la única posibilidad de cruzar la Cordillera sin salir de Argentina. Con 450 msnm, el Garibaldi es el paso carretero cordillerano más austral del mundo. Al otro lado de los Andes se ecotnrará con el centro de esquí Cerro Castor, y luego desandará una ruta que discurre por el Valle de Tierra Mayor, repleto de centros de actividades invernales, que de pronto se asomará a la parte alta de Ushuaia, con el Canal Beagle y la isla Navarino (Chile) como telón de fondo.
Si quiere seguir hasta el finalísmo del recorrido, atraviese Ushuaia y continúe hasta la Bahía Lapataia, en el Parque Nacional Tierra del Fuego, para sacarse la foto con el famoso cartel que anuncia el fin de la ruta 3: “Buenos Aires, 3.079 km, Alaska, 17.848 km”.
De la Quebrada y la Puna
Itinerario: Purmamarca – Cuesta de Lipán – Salinas Grandes – Susques (Jujuy-Salta). Distancia: 133 km.
La Cuesta de Lipán y las Salinas Grandes, dos hermosos destinos antes de llegar a Susques, en plena Puna.
Purmamarca es una de las joyas de la Quebrada de Humahuaca. A los pies del Cerro de los Siete Colores, sus calles de tierra y en subida, su plaza-mercado y sus rincones son una delicia de sabores, arquitectura típica, tejidos y artesanías. A un lado del pueblo, recostada contra el Río de la Quebrada de Purmamarca, la ruta 52 encara montaña arriba, en un viaje que desde “aquí abajo” no preanuncia lo que viene enseguida: pocos km más adelante comienza la Cuesta de Lipán, un antiguo camino de mulas que bajaban de la Puna a la Quebrada y que hoy es uno de los tramos de ruta más espectaculares -totalmente asfaltado-, con curvas y contracurvas que ascienden vertiginosamente: en menos de 20 km van de los casi 2.200 msnm de Purmamarca hasta los 4.170 msnm del Abra de Potrerillos. Allí, el mirador exige parar a tomar más de una foto, para seguir luego camino, ya en bajada:la ruta desciende hasta las espectaculares Salinas Grandes, un inmenso desierto blanco ubicado a 3.450 msnm.
Curvas y contracurvas de la impresionante Cuesta de Lipán, en Jujuy.
Para muchos este es el fin de la travesía: fotos en las Salinas, y de vuelta a Lipán, ahora cuesta abajo. Sin embargo, vale la pena hacer 65 km más hasta Susques, un pequeño pueblo en medio de la Puna, en el cruce de las rutas 52 y 40 con una antigua capilla del siglo XVI de paredes de adobe y vigas de madera de cardón. Y si se anima, 107 km más al oeste está el Paso de Jama, y al otro lado, un descenso rápido hasta San Pedro de Atacama, corazón del desierto más árido del mundo. Un viaje espectacular.
Artículo original Viajes imperdibles por rutas escénicas de la Argentina