Mi opinión
Y uno que se anda quejando de todo. Esta abuelita rusa que se prepara para cumplir los noventa ha puesto de vuelta y media las redes sociales con su historia. Elena Mikhailovna, la abuela Lena como la han empezado a llamar en el cyber espacio, empezó a viajar a los 83 y desde entonces no ha parado. No les cuento más, busquen su nombre en Google y verán que es una sensación. Con su mochila y bastón, viajando en moto y comiendo donde las “tías Veneno” de la ruta, Beba Lena vuelve a reiterar lo que a veces olvidamos: viajar no es un vicio reservado a los jóvenes y ricos del primer mundo, se puede hacer desde cualquier punto del globo y a cualquier edad, solo es un asunto de entusiasmo y buena salud mental. Buen domingo, viajeros
Tiene 89 años, y lleva desde los 83 recorriendo el mundo. Hablamos de Elena Mikhailovna, la nueva sensación de internet en Rusia gracias al post de una compatriota viajera, Ekaterina Papina. Esta la encontró por casualidad en un restaurante de Vietnam, donde «Baba Lena» (la «abuela Lena»), como ahora la llaman, intentaba evitar el picante en la comida.
«La abuela Lena voló desde Krasnoyarsk hasta Vietnam sola con 89 años. Decir que me sorprendió es poco», explica Ekaterina en el ppst de Facebook que se hizo viral. En él cuenta la historia de esta incansable aventurera, que creció huérfana y sobrevivió a la Segunda Guerra Mundialtrabajando en la retaguardia, en Oremburgo, arando los campos con bueyes para la siembra.
El resto de su vida continuó dedicándose tanto al campo como a las tareas del hogar. Se casó con un militar, de quien dice que todo fue bien hasta queempezó a beber y a golpearla a ella y a su hija. Pero todo aquello quedó atrás: ahora, Elena tiene, además de aquella niña, dos nietos y una pensión que estira para poder viajar, como mínimo, dos veces al año.
La abuela ha visitado ya Turquía, Polonia y Vietnam, pero, sin duda, su destino favorito es República Checa, adonde ha volado cinco veces. Procura ir al menos una vez al año durante tres semanas, para descansar en las fuentes termales de Karlovy Vary, que, según ella, le sanan. Allí, por cierto, conoció a una turista alemana, que la invitó a pasar unos días en su casa. De este modo, aumentó en uno más la nómina de países visitados por la alegre anciana, siempre dispuesta a hacer amigos.
Eugene Evtikhiev, la agente de viajes de Elena, en Krasnoyarsk, ha afirmado a una publicación rusa que, en sus siete años de trabajo en el turismo, es la primera vez que ve que alguien de esta edad posee «la fuerza y la salud» para viajar más de 7.000 kilómetros. No obstante, la señora sí que tiene algunos problemas de la vista, por lo que va a volver a operarse los ojos este año -el pasado, la intervención no tuvo éxito-.
Esta, que parece ser la mayor dificultad que posee Elena, ha animado a muchos internautas a pedir su número de cuenta, para intentar ayudarla tanto con la operación como en la consecución de sus sueños. Por lo demás, la abuela Lena se defiende sin problemas: viaja sólo con un bastón (¡y una mochila!), siempre cuenta con alguien dispuesto a echarle una mano y se atreve con todo: viajes en moto y en camello, baños en el mar, subidas a las alturas, platos exóticos…
El año que viene, esta nueva celebridad, a la que no para de entrevistar la televisión rusa, tiene pensado viajar a Israel. Para entonces, tendrá 90 años y muchas ganas de demostrar que la edad no es más que un estado menta.
Beba