Mi opinión
Que los cultivos de pitahaya prosperen en el ámbito del Bosque de Protección Alto Mayo es una buena noticia… y que la producción de esta cactácea centroamericana obtenida en los emprendimientos agrícolas asociados al proyecto que lídera el SERNANP sea el fruto de los llamados “acuerdos de conservación”, los compromisos que asumieron los campesinos para no deforestar las áreas protegidas que usufructúan de alguna manera, es un milagro en estos tiempos de rebeldías sociales y sálvense quien pueda. Me satisface que este modelo de conservación haya persistido en el tiempo y se esté replicando en otros países de la Amazonía. Si hacemos bien la tarea, organizadamente y con la gente de a pie, #otromundoesposible. Parabienes a los involucrados…
- La pitahaya es un tesoro desde el punto de vista nutricional, contiene antioxidantes, mucílagos, ácido ascórbico, fenoles. Es rica en Vitamina C, también contiene vitaminas del grupo B, minerales como calcio, fósforo, hierro, y tiene alto contenido en agua y posee proteína vegetal y fibra soluble. Las semillas, que son comestibles, contienen ácidos grasos beneficiosos. Y una de sus propiedades más destacadas es su acción antiinflamatoria y antioxidante, por todo ello la OMS recomienda su consumo.
- Desde hace varios años, las familias locales beneficiadas vienen trabajando conjuntamente con el Sernanp y sus socios Conservación Internacional y la Asociación Ecosistemas Andinos, aprovechando sosteniblemente este cultivo nativo del bosque. En el año 2019 recolectaron 11 7 55 kilos, mientras que, en el año 2020 la producción de pitahaya alcanzó 15 266 kilos; obteniendo ingresos aproximados de 94 mil soles y 120 mil por año, respectivamente.