Mi opinión
Cuenta la leyenda urbana que la clásica Delicia de Limón, la reina y señora de la repostería sambartolina, fue un invento de Natita, la cuñada de Pedrito Manco, el propietario del mítico restaurante Pedrito, una industriosa mujer que tratando de elaborar un helado de limón inventó sin querer queriendo un postre único e insuperable. “Qué delicia tu heladito de limón, Pedrito”, le decían los clientes al patriarca. “Qué postre tan delicioso”, comentaban otros. Delicia de Limón, ese fue el nombre que le dieron al helado de este historia sus agradecidos comensales.
Hace muchos años, cuando San Bartolo era el balneario más chic del sur de Lima, no había otra mesa mejor servida –y atendida- que la de Pedrito Manco, el hijo mayor de don Flaviano Manco Cuya, de Chilca, y de doña María Eulogia Navarro Castillo, de Pucusana, la pareja de pescadores que se asentó en estas playas, allá por 1934, para echar a andar una apacible villa al lado de un mar extremadamente fecundo.
El restaurante de Pedrito, frente al mercado, se fue convirtiendo con el correr de los años en un clásico del balneario antes, mucho antes, que prosperarán El Tiburón, La Barca, Rosita, Chelulo’s y Rocío. En la esquina donde todavía viven los Manco los lenguados, los locos, las chitas, el pulpo y los cangrejos de tenazas poderosas se convertían, por arte de magia, en suculentos platos prestos a ser devorados por los agradecidos comensales.
Pedrito fue una institución en el distrito. No solamente por el buen trato y don de gentes que lo caracterizaron sino también por una de sus contribuciones más notables a la repostería de Lima: la famosa Delicia de limón, ese dulce, en realidad ese helado casero y tan sambartolino, que pedían los parroquianos de su restaurante una vez acabado el bitute que solo él y los suyos sabían preparar.
Cuenta la leyenda urbana que el helado del que hablo y los invito a saborear si es que no lo han hecho todavía, fue un invento de Natita, doña Natalia Jiménez, la cuñada de Pedrito, una industriosa mujer que tratando de elaborar un helado de limón inventó sin querer queriendo un postre único e insuperable: la delicia de limón made in San Bartolo.
“Qué delicia tu heladito de limón, Pedrito”, le decían sus clientes. “Qué postre tan delicioso”, comentaban otros.
El postre, la delicia que doña Natita puso en boca de todos, solito, sin floro o verso que lo acompañe, se convirtió en una tradición vespertina en el quehacer de los sambartolinos de varias generaciones. Al igual que los guargüeros de Cua-Cua, otro grande de estas playas o los helados de Fresia, las delicias de limón de Pedrito fueron, son y seguirán siendo parte de la idiosincrasia de los vecinos del distrito fundado en 1946.
La Esquina de las Delicias
Lo cierto es que el restaurante del que hablo fue perdiendo bríos al partir hacia otros cielos el buen Pedrito Manco Navarro y también Yolanda, su distinguida esposa. Natita, que aún vive, tuvo que dejar a un lado el perfil bajo y asumir de cualquier forma el negocio que andaba de tumbo en tumbo. A pesar de los golpes de la vida y las ausencias sus clientes la siguieron buscando para llevarse una delicia de limón a la boca.
En la actualidad en La Esquina de las Delicias, retirada de los afanes del trabajo la siempre recordada Natita, gobierna Marco Antonio Manco, sobrino nieto de don Pedrito, miembro de la cuarta generación de una de las cuatro familias fundadoras del distrito.
Marco, que desde muy niño se integró al negocio de sus mayores cuidando los carros de los clientes, es ahora el amo y señor de las delicias, que se han multiplicado como el maná y el administrador en jefe de una empresa que se ha modernizado para preservar el legado recibido y adecuarse a los nuevos tiempos.
Más de doce sabores le dan realce al invento de sus mayores: a la clásica Delicia de limón se le han sumado las Delicias de mango, fresa, chocomaní, maracuyá, moka, vainilla, guanábana, chocolate, pisco, lúcuma, coco y chirimoya. Todas riquísimas y bien presentadas, frozen o casi frozen, como quieran sentirlas; todas cumpliendo los estándares de calidad y sabor de las delicias de limón de los tiempos aurorales. Todas bañaditas en la inconfundible y delicada capa de galleta pulverizada de Doña Natita, esa marca registrada del restaurante del gran Pedrito Manco.
Como ha dicho Paola Miglio, crítica gastronómica y afinada periodista, «ahí, en una esquina del mercado, siempre estuvo Pedrito y su delicia de limón, una suerte de pie helado con galleta pulverizada de vainilla que es el más rico de todos los pies de limón del mundo».
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Y por si fuera poco La Esquina de las Delicias también es la esquina de las tortas de chocolate, los cheesecakes, las tres leches y el arroz con leche, la mazamorra morada, las cremoladas. La fiesta de los postres después del cebichito y/o los demás platos del banquete marino que les ofrece la variada propuesta gourmet de un balneario, ahora distrito, que no ha perdido el entusiasmo por la buena mesa y la conversación interminable.
La Esquina de las Delicias en el corazón de San Bartolo, una casita de los postres hechos a la medida del sol del verano y el viento fresco que se avienta desde allende los malecones el resto del año.
La Esquina de las Delicias, una ofrenda, un regalo bien conservado de los fundadores a los que seguimos poblando esta caleta dominada por una cruz en su cerro más altivo y tantas historias para rememorar…
Heladería La Esquina de las Delicias
Heladería tradicional. Dulces tradicionales de excelente calidad. Negocio familiar.
Los Barcos 127 San Bartolo
Teléfono 938 300 309
Atención
De Lunes a Viernes de 12:00 m a 21:30 pm
Sábados y Domingos de 10:00 am a 22:00 pm
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En su segundo local (a una cuadra del primero) ofrece:
Cremoladas , jugos y sánguches .
Av. San Bartolo 414 (avenida principal)
Atención por recojo y delivery
Delivery a :
San Bartolo a partir de S/ 18
Pago adicional de envío a :Punta Negra, Punta hermosa y Santa María
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