Mi opinión
Si hace unas semanas nos sumamos a la denuncia del tráfico inmisericorde de pihuichos en Bagua nos toca referirnos ahora a otra bestialidad propia de la sinrazón humana: la matanza con fines comerciales de chuitas y guanayes en la costa norte de Lima.
Las chuitas o cormoranes de pata roja (Phalacrocorax gaimardi) hace mucho que fueron incluidas en la lista de especies amenazadas de la UICN y en la actualidad brillan por su ausencia en los rocadales de Lima y gran parte del litoral donde antes era común verlas. Junto a cushuris y guanayes fueron en épocas pretéritas la base de la riqueza guanera de nuestro país. Hoy su carne es buscada, como antes la de los delfines, para la preparación de ceviches y picantes. Tremendo.
Lo mismo sucede con las colonias de guanayes (Phalacrocorax bugainvilii), otrora las más numerosas
de la corriente de Humboldt. Nosotros, de niños, llamábamos a los individuos de la especie simplemente patillos.
En Chile, donde arriban en una determinada época del año en busca de las concentraciones de anchoveta que se refugian en busca de las aguas más frías, recibe diferentes nominaciones: pato cholo, pato Lilo, pato Yeco, pato de mar.
Hay que frenar esta matanza. Los guanayes cumplen una función importante en los ecosistemas marinos que habitan y el sistema de protección que el Perú creó en sus islas y puntas guaneras más representativas les sirve como espacio de nidificación. Mano dura contra estos criminales y que se activen las reglamentaciones que penan este delito.
En Culebras, Huarmey, policía decomisa 240 cormoranes, entre las variedades de chuita y guanay, las cuales son consideradas especies en peligro de extinción y en claro atentado contra la biodiversidad marino-costera de la provincia de Huarmey y nuestro país.
Estos delincuentes reciben el apelativo de «PATEROS» y aprovechan la oscuridad de la noche para acercarse a las islas aledañas, ricas en bio-diversidad, donde encuentran estas aves durmiendo, a las cuales matan con suma crueldad y las transportan a las orillas de playas alejadas (en este caso Lobitos) para despellejarlas y luego llevarlas a Huarmey para venderlas a inescrupulosos quienes las comercializan para el consumo humano, sin siquiera pensar en el daño que le hacen a la naturaleza y que además, se encuentran en peligro de extinción.
Cabe resaltar que esta intervención se produce en coordinación con la Policía Ecológica, Capitanía de Puertos, Inteligencia y con el apoyo de la ONG GEO VIVA, para la protección de la Naturaleza, en una clara lucha contra quienes cometen atentados contra la vida y naturaleza, por lo cual pedimos a las autoridades que les caiga el peso de la ley y un castigo ejemplar contra estos delincuentes, con el fin de disuadir a quienes se atrevan a cometer dichos actos delictivos.
Si existen estos delincuentes, asesinos de la naturaleza, es porque hay gente que demanda estos productos.
«NO COMPRES NI CONSUMAS CHUITA, ES ILEGAL»
Correo
Atentado contra el ecosistema. Conmoción ha causado en la provincia de Huarmey, en la región Áncash, la intervención de un pescador con 240 aves marinas muertas, conocidas como chuitas, que habría cazado junto a otros hombres de mar. La especie está en serio peligro de extinción.
Jorge Luis Aguilar Villanueva (41) fue detenido por personal de la Policía Ecológica y el Ministerio Público en el kilómetro 318 de la carretera Panamericana Norte, a la altura de la Playa El Patillo.
Tal como muestran las fotografías publicadas por el programa radial Diálogo Directo en su cuenta de Facebook, gran parte de las especies estaban desplumadas y fueron exhibidas en las afueras de la comisaría de Huarmey, ante el asombro de los ciudadanos que jamás habían visto tanta crueldad.
En el lugar también se halló una mototaxi azul de placa NI 208112, que también fue trasladada a la delegación policial.
Las autoridades decidieron enterrar a las aves. Este grave hecho ocurre precisamente cuando se viene realizando el IV Festival Ecoturistico y de Conservación de Aves Marinas en el distrito de Culebras.
La chuita o cormorán de pata roja tiene la particularidad de limpiar nuestro contaminado mar, pues construye su nidos con plásticos y restos inorgánicos que arrojan los pescadores.
Más información
«Adicionalmente las aves guaneras son victimas de los pescadores artesanales que ilegalmente las cazan para venderlas para el consumo humano, siendo este un problema de pobreza. Las aves guaneras son vendidas en los mercados frecuentados por gente de bajo nivel. En junio del 2003 los guardacostas capturaron una embarcación pesquera con 2,000 aves guaneras muertas a bordo, destinadas para la venta para el consumo humano.» (Mundo Azul)
04/03/2015