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El ceibo, el gigante dormido del bosque seco piurano

Mi opinión

El ceibo de los bosques secos del norte, un árbol tan piurano como los algarrobos, es un gigante bastante frecuente en los descampados y bosques del extremo norte y el sur ecuatoriano que ha ido perdiendo, lamentablemente, presencia y utilidad. Otrora sus frutos que forman curiosas copas de algodón servían para rellenar almohadas y colchones y lo frondoso de su follaje y buen porte de refugio para criaturas de todos los tamaños, murciélagos incluidos. Su verde intenso favorece la fotosíntesis y la parte inferior de su tronco, protuberante e insólito, le permite guardar el agua tan útil en las temporadas secas. Esa panza gorda ha motivado que lo llamen árbol borracho o árbol botella. Hay que abrazarlos con fuerza, la perdida de sus espacios de vida cercanos a las ciudades del bosque seco piurano debido al crecimiento urbano y el aumento de la frontera agrícola están diezmando sus poblaciones. Les dejo esta bonita nota que recogí hace algún tiempo en la prensa regional. Me anima el deseo de que, en cada región del Perú, sus ciudadanos conozcan la flora oriunda de su localidad y la empiecen a proteger de los que cuando ven un árbol piensan inmediatamente en carbón o en madera para armar lo que sea. Buen fin de semana, a seguir cuidándose.


Es bastante común calificar a Piura, como una región donde proliferan los algarrobales y es verdad. El desierto es adecuado para su reproducción y sus raíces profundas tanto como sus frutos tienen una utilidad que no ha sido desperdiciada. Sin embargo, subiendo un poco y en las laderas de los cerros, se observan imponentes los ceibos, los cuales tiene en el bosque seco tropical su principal hábitat.

En diversas partes de la región Piura se muestra irredento la grandiosidad del ceibo. En muchos distritos, han caído por acción humana, desconociendo cual es su valor sobre todo hidrológico. Sus raíces tienen una alta importancia en la estabilización y control de la erosión y también como reguladores en épocas de lluvias. 
El ceibo, el prodigioso árbol que forma parte del bosque seco piurano
Foto: El Regional de Piura
Viajar hacia o desde Huancabamba o Morropón, por un lado, Sullana zona alta y Ayabaca, conforme se va ascendiendo o descendiendo las laderas de los cerros se observa el verde de los voluminosos troncos y las ramas que lo conforman. Muchos se encuentran juntos y otros, consecuencia de la acción humana yacen solos y quizá, esperando el milagro de no ser talados para dar paso a la ampliación de la frontera agrícola.
El ceibo, el prodigioso árbol que forma parte del bosque seco piurano
Foto: El Regional de Piura
Considerando los diversos pisos ecológicos de la región Piura, encontrarlos es muy común. Particularmente, conocimos el ceibo hace muchos años en Sondorillo, un ecosistema muy original en la provincia de Huancabamba, en las elevaciones de Canchaque, Serrán, Malacasí, en los cerros rumbo de Sapillica o en las laderas de Paimas, en la provincia de Ayabaca. 

El ceibo, el prodigioso árbol que forma parte del bosque seco piurano
Foto: El Regional de Piura

Igualmente, ir hacia Suyo tiene sus atractivos sobre todo en períodos lluviosos. No solo es la floresta que reverdece las elevaciones de la geografía, sino igualmente los ceibos, asumen un colorido espectacular. Este mismo panorama, se observa recorriendo el bosque seco de Lancones y sobre todo cuando se parte desde el Alamor hasta Macará en el Ecuador, donde existen iguales características a las peruanas. 

El ceibo, el prodigioso árbol que forma parte del bosque seco piurano
Foto: El Regional de Piura 

Lo cierto, que el ceibo es común desde los 500 hasta los 1000 metros; Piura, que tiene costa sierra y selva, es un ejemplo de pisos ecológicos y de la diversidad de flora y fauna que la caracteriza. Un ceibo bien desarrollado podría llegar hasta un diámetro de 4 metros y es justamente la forma de su tronco, la que le da la singularidad a este llamativo árbol que podría llegar hasta los 40 metros de altura.

Podrían lograr unos 150 años de vida y por lo tanto, ser percibido por diversas generaciones de seres humanos si se le mantiene o si se les conserva. Regularmente no es así, pese a la existencia de los mismos en algunas partes, en otras son árboles que existen en el recuerdo y quizá en alguna narración de los cronistas del lugar. 

Su amplia y alta estructura, también permite que se reproduzcan y vivan otras especies de seres vivientes. La utilidad económica se fue perdiendo con el tiempo y era generalmente el uso de la fibra de sus hojas o conocida como lana del ceibo, permitirían que en algunos lugares se confeccionen colchones o almohadas. Este tipo de actividad se conoció en el distrito de Sondorillo en la provincia de Huancabamba.

En una época, donde se habla mucho en la necesidad de cautelar las cuencas sobre todo del río Piura y del Chira, mantener los ceibos permitirá que el agua de lluvias tenga aposentos circunstanciales y almacenaje necesario, suficiente y gratuito para disminuir escorrentías. Su ancho tronco, puede almacenar gran parte de precipitaciones para regularlas después. Es una utilidad que se viene perdiendo y por lo tanto, exponiendo a las poblaciones de la parte baja de la costa, que debe soportar ingentes masas de agua.

Tiene muchísima protección y mecanismos de conservación que garantizan su crecimiento y son sus fuertes espinas cónicas, cortas y gruesas que le son características. Esto impide que sean vulnerables a la acción de algunos roedores que podrían perjudicar sus raíces y por lo tanto, afectarlo en su consistencia. Esto permite, que sea el lugar preferido para madrigueras de mamíferos, en parte de su larga vida. 

También es usado para murciélagos y otros animales, como aves a quienes les sirve de hogar. En realidad, su forma brinda protección y abrigo a muchas especies que lo utilizan como parte de su hábitat natural.

El ceibo, el prodigioso árbol que forma parte del bosque seco piurano
Foto: El Regional de Piura 

Las semillas brotan del fruto de este árbol, el cual se parece mucho a una cápsula de color café, luego se dispersan para reproducirse, por supuesto, si algún humano lo permite. Hemos visto, como muchos pobladores proceden al quemado de las especies para incorporar la frontera agrícola y por lo tanto, quitarles posibilidad de reproducción. Son los aspectos que caracterizan a una sociedad consumista.

Este artículo, se inspira en nuestro recorrido por el distrito de Paimas en la provincia de Ayabaca, donde se mantienen enhiestos y dominantes en las laderas de los cerros. No tienen una canción como «Mis algarrobos» y de igual manera no existe una pintura que lo retrate con su imponencia, pero su presencia en el bosque seco, es común y su importancia es determinante para regular las aguas de lluvia.

El algarrobo en la costa hasta los 200 metros es el árbol de la identidad piurana; el ceibo debería serlo para aquellas poblaciones que lo tienen en su territorio. .


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