Juan Diego Shoobridge, biólogo limeño y director científico de Wired Amazon, la iniciativa de ciencia ciudadana que Rainforest Expeditions impulsa en uno de sus albergues del Tambopata, revisa con minuciosidad y merecida satisfacción las cámaras trampas que la empresa acaba de adquirir para reforzar las tareas de monitoreo de fauna silvestre, en especial de mamíferos, que su programa realiza desde el 2016 en un área de 300 km2 en uno de los bordes más notables de la Reserva Nacional Tambopata.
¡Treinta mil hectáreas monitoreadas al detalle entre el albergue Refugio Amazonas y el Tambopata Research Center (TRC), el centro de investigación fundado en 1989 en las proximidades de la collpa Colorado!
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He vuelto después de varios meses a Refugio Amazonas, el segundo lodge de Rainforest a orillas del río Baawaja, para conocer el renovado espacio de ciencias que han habilitado en los altos de la maloca principal del albergue para que sus visitantes puedan conocer los avances de un programa científico que ha logrado conjugar el trabajo de los investigadores convocados con los aportes de los turistas que llegan al Tambopata y los aficionados a la ciencia alrededor del mundo.
Wired Amazon es una iniciativa alentadora que recopila proyectos científicos poco convencionales diseñados e implementados por Rainforest Expeditions , en Tambopata, Perú, con el objetivo principal de tener un impacto positivo en la experiencia de los turistas que vienen a la selva amazónica.Apostando por la tecnología actual, Wired Amazon crea conciencia y difunde la importancia de la selva tropical amazónica y la urgencia de su conservación y preservación con la ayuda de ciudadanos científicos de todo el mundo.
Conozco a Juan Diego desde hace buen tiempo, es un biólogo muy estudioso con una especialidad en ecología por la Universidad Cayetano Heredia que recorre la zona del Tambopata desde que era un niño.
Shoobridge vuelve a darme una clase maestra de ecología tropical y ciencia ciudadana, los dos conceptos que han llenado sus días en estos últimos años. Para el joven científico residente en Refugio Amazonas, los viajeros responsables, aquellos que no quieren dejar una huella tóxica en la faz de la tierra, son mayoría. Y convocarlos para que apoyen los avances de la ciencia resulta un imperativo en estos tiempos de smarthphones y tecnologías al alcance de cualquier bolsillo. Eso es Wired Amazon, una iniciativa de participación ciudadana que enlaza las necesidades de la ciencia contemporánea con el deseo que sentimos todos de construir el futuro que queremos.
Jaguares a buen recaudo
Los jaguares (Panthera onca) son los campeones del bosque tropical americano. Su estampa extraordinaria y sus dotes de cazador implacable e impredecible lo colocan, de facto, en el puesto número uno de todas las listas que se elaboran para distinguir la fauna más emblemática de esta parte del planeta. Nadie parece sustraerse a su belleza y singular dominio escénico.
Presente desde tiempos inmemoriales en las cosmogonías de numerosos pueblos de nuestro continente el elusivo felino habita dieciocho países del mapa latinoamericano.
En Madre de Dios es común encontrarlo en las playas del río Tambopata o en las proximidades de las collpas de mamíferos donde suele cazar a sus presas más apetecibles. Aun así, poco es lo que se sabía hasta ahora sobre sus poblaciones y el estado de conservación de la especie.
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En la extensa cuadrícula que monitorean los científicos convocados por Rainforest Expeditions, las cámaras trampa del proyecto Amazon Cam, una de las tres iniciativas que componen el programa Wired Amazon, han logrado identificar plenamente a 20 de los posiblemente 25 individuos que habitan esta selva llena de vida.
La investigación que se viene realizando en los bosques del Tambopata es inédita y cuenta con el apoyo de asistentes ciudadanos en cada rincón del planeta. Juan Diego me comenta que las más de ciento cincuenta cámaras trampas colocadas en la cuadrícula monitoreada tienen capacidad y autonomía para captar miles de imágenes de lo que ocurre al interior del bosque. “Cada tres meses recogemos las memorias, apunta y nos damos tiempo de cambiar las baterías de las cámaras. Cada trimestre tenemos entre 20 y 25 mil fotos nuevas y por supuesto mucho trabajo por hacer”.
Mejor dicho, una data en bruto difícil, por no decir imposible, de tabular en los plazos que el estudio requiere.
Por eso es que el material de cada campaña es subido inmediatamente a Zooniverse, la plataforma web que agrupa a más de un millón de voluntarios dispuestos a poner su granito de arena en aras del avance científico. Son estos aficionados a la ciencia los que se encargan de buscar en ese material los datos que Mark Bowler, especialista en mamíferos y Mathias Tobler, estudioso de los jaguares, ambos miembros de Wired Amazon, necesitan para seguir avanzando en sus pesquisas.
Por lo pronto se sabe que la densidad demográfica de los jaguares del Tambopata es menor, mucho menor que la del Pantanal brasileño, la meca del avistamiento de onças–pintadas de toda la Amazonía. Si en el inmenso humedal del Mato Grosso es posible encontrar un individuo cada 25-30 km2, los jaguares de la Reserva Nacional Tambopata necesitan 300 km para vivir. Aun así, los pasajeros del 35 por ciento de las embarcaciones de Rainforest Expeditions que se dirigieron el año pasado al albergue TRC se toparon con el coloso de estos bosques.
Tras los pasos del gigante
Pero que no se crea que las cámaras trampa que manipula Juan Diego solo captan el paso de los jaguares. No. Las imágenes que maneja el equipo Wired Amazon dan cuenta de la intensa vida en los bosques del Tambopata lejos de la mirada humana: pumas, armadillos, puerco espines, huanganas, maquisapas, perros de monte y también águilas harpías han sido capturados in fraganti en la espesura de la selva amazónica. “La identificación de las especies que vamos hallando y el monitoreo de la fauna del bosque que gestionamos, añade, ayuda al Estado a comprobar si la estrategia de conservación que aplica en el área natural protegida está funcionando. Trabajamos de la mano con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas – SERNANP y con AIDER, la ONG que ejecuta el contrato de administración de la Reserva Nacional Tambopata”.
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La tarde va cayendo en el laboratorio de ciencias del albergue Refugio Amazonas. Juan Diego se toma el tiempo para contarme más detalles de las otras iniciativas del programa Wired Amazon: Aerobotánica y Descubre especies, pero yo insisto en saber más detalles de la vida del rey de la selva del Tambopata. Ya tendré un momento para seguir escudriñando en el resto del trabajo científico que acometen los Rainforest Expeditions.
Los jaguares del Tambopata viven entre 15 y 20 años, a pesar de ser los depredadores top de este bosque enmarañado, los peligros que tiene que sortear son inmensos. Las imágenes de las cámaras trampa detallan con absoluto realismo las cicatrices y mutilaciones que han sufrido algunos de ellos como consecuencia de peleas por el territorio y otras escaramuzas. Pese a ello la población monitoreada se encuentra en muy buen estado de conservación, igual que las especies que conforman su despensa alimenticia: sajinos, huanganas, tapires, venados, perros de monte.
La identificación de cada jaguar requiere mucha paciencia y se realiza a partir de las manchas corporales. Le pregunto a Shoobridge si han tenido noticias de la presencia de algún jaguar melánico, el jaguar negro de tantas historias amazónicas. El biólogo sonríe y responde al vuelo: “Los jaguares de ese tipo hace mucho que fueron sacados de la selva, solo los ves en los grandes zoológicos”.
Qué importa, me queda claro que el trabajo suyo y de su equipo sigue siendo sensacional y que el turismo bien manejado e innovador puede financiar la investigación científica en nuestros bosques. Tanto en Refugio Amazonas como en el Tambopata Research Center decenas de investigadores viene estudiando el estado de la flora y fauna deesas selvas tan extraordinarios que estamos en la obligación de cuidar. Y esa sí es una buena noticia.