Mi opinión
Las campañas de reforestación con árboles nativos se multiplican por todo el país, qué buena noticia, hay que compartirla con todos los que se pueda para que la “enfermedad” se vuelva pandémica. Claro que es posible, tenemos la obligación de sanar los paisajes que por siglos fueron diezmados por nuestra especie y llenar de árboles las cabeceras de las cuencas hidrográficas donde se genera y se almacena el agua que nos es tan escaza a pesar del descongelamiento agresivo de los nevados andinos. A las campañas de ECOAN y su fabuloso Queuña Raymi, al trabajo encomiable de los amigos de Valle Sagrado Verde en Ollantaytambo y al ímpetu del gobierno del Cusco por acompañar a las comunidades altoandinas de las provincias de Acomayo, Canas y Espinar debo agregar la ofensiva verde lambayecana que comparto con esta nota llevada a cabo en diciembre pasado en los distritos de Incahuasi y Kañaris. En esa campiña serrana tan singular, a pocas horas de Chiclayo, se ha proseguido con la siembra de queuñas, quinas y alisos en las áreas que nuestro desdén terminó por destruir. Celebremos estos golazos y pásennos la voz de eventos similares, en esta plataforma queremos aplaudir y de pie todas las iniciativas, chiquitas o más grandes, en esta dirección. No nos vamos a cansar de repetirlo: #otromundoesposible.
Con una inversión de alrededor de 8 millones de soles, la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión Ambiental de Lambayeque ejecuta dos proyectos de reforestación en el distrito altoandino de Incahuasi.
San Juan de Kañaris
El segundo proyecto se denomina «Recuperación del servicio ecosistémico bosque Cinchona en la Comunidad Campesina San Juan de Kañaris» y está presupuestado en 3 millones 909,006 soles.
Su objetivo es recuperar 1,000 hectáreas degradadas, por medio de la reforestación de 800,000 plantones de especies nativas como la quina o cascarilla y el aliso en áreas de la comunidad campesina San Juan de Kañaris. Se estima 5,000 beneficiarios directos y 9,000 indirectos.