Mi opinión
Acostumbrados a movernos a toda prisa por una ciudad caótica y poco amistosa, los limeños hemos dejado de percibir los sonidos y señales que nos llegan de la naturaleza. La nota que les presento da cuenta de una no tan corta lista de mamíferos y aves con las que compartimos territorios y que con un poco de atención podríamos conocer un poco más. Están allí nomás.
En Lima, la ciudad gris, es posible toparse con cardenales de rojísimos plumajes, con acrobáticas ardillas, con loros de testas coloradas y si manejas por la Costa Verde con delfines que corretean a las olas y a los surfistas.
Una verdadera sinfonía de la naturaleza a la vuelta de la esquina.
Lima es una gran urbe con más de 10 millones de personas que comparten el espacio con animales como gavilanes, serpientes, sapos, zorros, entre otros. De acuerdo con Jessica Gálvez-Durand, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), a las especies animales que habitan en las grandes metrópolis como la limeña se les denomina “fauna urbana”.
A los animales que se encuentran en la ciudad de Lima se les puede clasificar en dos grupos: los naturales o nativos, y las especies exóticas que trajeron los mismos seres humanos como mascotas o como parte de mercancía del comercio ilegal.
Aves y mamíferos
Entre las especies nativas de Lima encontramos a los mamíferos como los murciélagos fruteros (Artibeus fraterculus). Por otro lado está la ardilla nuca blanca (Sciurus stramineus) y el zorro andino (Lycalopex culpaeus) que son especies exóticas. “La ardilla nuca blanca es natural del Bosque Seco Ecuatorial, que se extiende desde la costa sudoeste de Ecuador y el noroeste del Perú, pero llegó aquí por los viajeros que a veces traen animales como mascotas o para venderlos. En el caso del zorro andino vino a Lima desde la sierra”, explica Gálvez-Durand.
Las ardillas, aunque no lo parezca, sí tienen un efecto negativo porque se alimentan de los huevos de los nidos de las aves y pueden dañar los cables telefónicos y de luz eléctrica en las calles. Además, es una especie transmisora de enfermedades, agrega la especialista.
Entre las enfermedades que podría transmitir la ardilla nuca blanca está la rabia, aunque no hay casos registrados hasta el momento en la ciudad.
Otra enfermedad es la leptospirosis, que es una infección que produce tos seca, dolor abdominal, vómito, diarrea y náuseas. El ser humano se contagia mediante el contacto con una bacteria que se encuentra en agua contaminada por la orina del animal, según información del Serfor.
Jessica Gálvez-Durand indica que la mayoría de especies animales presentes en Lima son las aves y son de origen exótico como el cardenal común (Paroaria coronata) y el botón de oro (Sicalis flaveola); la paloma castilla o doméstica (Columba livia); y el gavilán acanelado (Parabuteo unicinctus).
“A todas estas especies se les observa en los parques o en las mismas calles. Están ahí. Existen. Solo que la población a veces no se percata de su presencia hasta que hay algún tipo de encuentro o accidente”, explica.
Entre los lugares más comunes para encontrar aves están la mayoría de parques entre Miraflores, Lince, San Isidro y el centro de Lima, y es posible observar ardillas y gallinazos de cabeza negra en distrito como costeros como Barranco, de acuerdo a Gálvez-Durand.
Anfibios y reptiles
En las faldas de los cerros y en las lomas de Lima es común ver anfibios y reptiles. Mongabay Latam se comunicó con Pablo Venegas, curador de la división de Herpetología del Centro de Ornitología y Biodiversidad (Corbidi), quien explicó que debido al ecosistema rocoso de los cerros y la gran humedad en las lomas se crea un espacio ideal para este tipo de especies.
La serpiente Bothrops pictus es uno de los reptiles con mayor presencia en los cerros de Lima. Es endémica del territorio limeño y también se distribuye en las estribaciones andinas alrededor de la capital, según Venegas. Se alimenta de ratones, por eso es importante su presencia para controlar la población de estos roedores.
“Debido a que es un animal nocturno es fácil que ataque a los seres humanos, porque en la noche la gente no se percata de su presencia y lo puede pisar. Se encuentra en las lomas de Lachay, las lomas del Lúcumo o los cerros de La Molina. Si no se trata su veneno en el cuerpo humano a tiempo, puede ocasionar la muerte”, dice Venegas.
De acuerdo al experto de Corbidi, es común ver a esta especie de serpiente venenosa en época de invierno cuando las lomas, debido a la humedad, reverdecen. “Los musgos que crecen en los montes les otorgan un ambiente más propicio para trasladarse, lamentablemente, también les brinda el espacio para no reconocerlas”, alerta Venegas.
En las lomas y en los cerros es posible encontrar también serpientes no venenosas como la serpiente costeña (Pseudalsophis elegans) o anfibios no venenosos como el sapo de la costa (Rhinella poeppigii) o el sapo costero peruano (Rhinella limensis). Si bien los sapos mencionados no atacan a los seres humanos, sí tienen un mecanismo de defensa peligroso. “Expulsan unas secreciones de sus glándulas especiales que producen vómito, hipersensibilidad, arcadas y temblores a quien lo consuma”, explica el especialista de Corbidi. Y añade que la presencia de sapos y serpientes es importante porque reduce la población de roedores e insectos.
También es posible encontrar geckos (Phyllodactylus sentosus) en las huacas, pequeñas lagartijas que ante la expansión de la ciudad se ocultan es los espacios áridos y deshabitados de complejos arqueológicos. “Son inofensivos, pero abundan en Lima”, describe Venegas.
Jessica Gálvez-Durand advierte de que los problemas entre la fauna urbana y la población se producen en el contacto de la población con perros que pueden tener rabia. “Más allá de eso no hay peligro. Obviamente la gente afectada debe acudir al centro médico más cercano. Otro daño podría ser por las palomas, cuyas deposiciones en demasía originan un problema de salubridad en las plazas, por ejemplo. Las ardillas no atacan a la gente, no hay casos de ello”.
La experta en fauna silvestre informa que los encuentros violentos de gente con animales como zorros o perros en Lima son causados, principalmente, por el acercamiento de las personas hacia estos de manera irresponsable. Un caso especial es el de los zorros en los montes del distrito de La Molina, en el que existían vecinos del distrito que querían expulsar a estos animales porque a veces atacaban a sus mascotas o ingresan a las zonas residenciales.
Si bien los zorros viven en zonas áridas, como los cerros en el distrito de La Molina, la presencia de estos animales cerca de las residencias se debe a que muchas veces las familias los alimentan y los acostumbran al acceso de la comida fácil, explica Gálvez-Durand a Mongabay Latam. “La queja de los vecinos de La Molina se remonta al 2015. Los zorros no son mascotas. Además, cumplen un papel importante en la zona porque se alimentan de roedores. Por eso es importante mantenerlos en su hábitat natural, simplemente no se les debe dar comida ni acercarse”, señala.
Lo más recomendable en caso de que alguien encuentre alguna especie en la ciudad como una serpiente venenosa, un perro con rabia o alguna especie que podría ser dañina para el ser humano es comunicarse con Serfor para que personal de la institución puede trasladar al animal a un centro en cautiverio, dice Jessica Gálvez-Durand. “No nos debemos acercar, sean peligrosos o no. No es lo ideal. Los limeños a veces olvidamos que los invasores del espacio natural no son los animales sino nosotros”, finaliza.
17/7/2017