Moyobamba. «En Montevideo las paredes solo saben hablar de política. De política y de Lula, un héroe popular en franca caída libre”, apunté hace unos meses en mi bitácora viajera.
En junio los barrios inconfundiblemente grises de la Ciudad Vieja de Montevideo parecieran continuar de pie con el insólito propósito de complacer el gusto de los paseantes, de las pocas siluetas que se atreven a desafiar los vientos gélidos que van llegando en esta época del año desde el cercano polo sur.
En la peatonal Sarandí me topé sin querer queriendo con la librería #Puro Verso, un barco a la deriva cuyo cargamento en libros vale tanto como todo el oro de un galeón hundido frente a las costas de Colonia deSacramento, allicito nomás.
Las librerías, sobre todo si son de viejo, definen el alma de una ciudad. Y la Puro Verso –o mejor dicho, la Más Puro Verso, la espaciosa librería que hace las veces de ateneo, describe con prontitud el carácter íntimo de una urbe, Montevideo, que exuda nostalgia y aromas de otros tiempos.
Me encantó la ciudad de Isabelino Gradín y Parra del Riego.
Los dejo con esta estampa montevideana que acabo de leer en uno de los mágicos especiales 360° de Altaïr.
[URUGUAY] La librería Puro Verso, un refugio de libros en el centro de Montevideo