Mi opinión
En estos momentos el archipiélago de Chiloé, una de las geografías más extraordinarias que conozco, es escenario de una gran protesta de pescadores artesanales y pobladores locales convencidos que son las grandes empresas salmoneras las que han convertido el mar que les da sustento en un gigantesco centro de contaminación.
Miles de toneladas de peces han muerto en el archipiélago de Chiloé, al sur de Chile, y aunque en los medios responsabilizan a la «marea roja», los pescadores artesanales aseguran que se debe a la contaminación producida por las empresas salmoneras, que han tenido malas prácticas de cultivo desde que están en el país.
Este viernes, los habitantes de Chiloé radicalizaron sus protestas tras el fracaso de las negociaciones con el Gobierno que propuso entregarles un bono para paliar la caída de ingresos a raíz de la prohibición de extraer mariscos, la principal actividad económica del archipiélago.
Esto, después de que hace unas semanas las autoridades de la zona detectaran altas concentraciones de toxinas paralizantes en los mariscos de la isla e indicaran que el fenómeno causante de la contaminación es la marea roja que se debe al florecimiento de una excesiva proliferación de microalgas con elevadas concentraciones de toxinas que enferma a la persona que lo consume.
La contaminación en estas costas no se debe a una marea roja normal, sino por las empresas salmoneras que han tenido malas prácticas de cultivos desde que están instaladas al centro-sur de Chile.
El periodista argentino Carlos Aznarez señala que estos hechos es por culpa de las grandes empresas salmoneras que han convertido al archipiélago en un gigantesco centro de contaminación, «la impunidad y el desprecio por quienes trabajan y viven en las islas ha provocado que muchas de estas compañías que habitualmente comercializan el salmón, arrojen al mar toneladas de nutrientes de los desechos de pescados».
Esto ha provocado un aumento desproporcionado de la cantidad de algas, generando así la denominada marea roja, que actualmente amenaza numerosos puntos pesqueros del Pacífico.
Las consecuencias
El consumo de mariscos contaminados puede afectar seriamente la salud de las personas, incluso generar la muerte, alertó el ministerio de Salud chileno.
Chiloé vive una catástrofe medioambiental en toda línea, y que como consecuencia de la misma, los pescadores son los que llevan la peor parte. Al no echarse a la mar, no pescan y por lo tanto no cobran ni pueden alimentar a sus familias.
Las autoridades chilenas han llamado a la población a comprar estos productos solo en lugares autorizados, además de limitar al máximo la pesca hasta que el mal remita.
«Los trabajadores y trabajadoras de Chiloé venían advirtiendo al gobierno de Michelle Bachelet sobre la actitud criminal de las grandes empresas salmoneras, al irrespetar las normas básicas para no contaminar, pero no fueron escuchados, dejando a los empresarios haciendo dinero y multiplicando sus maniobras de destruir el medioambiente», expresó Aznarez.
Más de dos mil pescadores artesanales en los últimos días han bloqueado algunas de las principales rutas de la Isla, para mostrar su rechazo al bono de 100 mil pesos por familia (unos 151 dólares) que les ha ofrecido el Gobierno para paliar la caída de ingresos a raíz de la prohibición de extraer mariscos en la zona, contaminada, reseña EFE.
«Los 100 mil pesos no los aceptamos, hace dos meses que estamos parados exigimos al menos 400 mil pesos (unos 600 dólares). Queremos que el Gobierno nos apoye porque estamos en una zona de catástrofe», señaló a la agencia EFE Pedro Pairo, presidente de uno de los sindicatos de pescadores.
El dato: La marea roja es un fenómeno que se da de manera periódica en Chile desde 1827, pero que en Chiloé se dio por primera vez el año 2002, cuando las salmoneras ya estaban instaladas.
6/5/2016