Mi opinión
Las islas Marshall se encuentran a medio camino entre Hawái y Australia, en el Océano Pacífico y sus más de mil islas, juntas, son parte de un estado independiente asociado a los Estados Unidos. Se trata de un archipiélago tristemente célebre por los niveles de radiación registrados en algunos de sus atolones que superan largamente los medidos en Chernóbil y Fukushima. Las Islas Marshall fueron utilizadas entre 1946 y 1958 por la inteligencia militar de los EE.UU. para evaluar el poder de su arsenal nuclear. Por si fuera poco, la nación corre el peligro de desaparecer como consecuencia del aumento del nivel del mar que está ocasionando el calentamiento global. De hecho, para el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático cuatro estados con atolones Kiribati, Tuvalu, las Maldivas y las islas Marshall correrán la misma suerte si es que no se detiene el Armagedón ambiental. Que se haya creado en los alrededores del archipiélago un área de protección cuya extensión supera la de Dinamarca es de extrema justicia. Claro, decisión que en nada borra la infame huella que hemos dejado como especie sobre estos territorios insulares y oceánicos. Somos de temer, verdaderamente. Les dejo la nota que hemos recogido de El Espectador de Colombia. En esta esquina del ciberespacio somos hincas de Enric Sala. Y como él, creemos a pie firme en las virtudes sanadoras de las reservas marinas. Que se multipliquen infinitamente por el vasto Océano es nuestro más caro anhelo.
Tomado de El Espectador / Colombia
Una nueva área marina del Océano Pacífico, mucho más grande que Dinamarca, ahora está protegida contra la la pesca. Se trata de 48 mil kilómetros cuadrados (km2) alrededor de las islas Marshall, que se encuentran entre Filipinas, Hawái y la Polinesia Francesa. La novedad estaría en que su ecosistema marino está casi tan preservado como en los tiempos en que el cambio climático y la actividad humana no habían afectado la biodiversidad del fondo del mar.
Más información en Enric Sala: «Cuando dejamos al océano en paz, se recupera”
Leer más en La población mundial de aves marinas ha caído casi un 70% en 60 años
En la área de protección se encuentran un tipo de pequeñas islas, científicamente llamadas atolones, llamadas Bidak y Bokak. En un comunicado, Enric Sala, fundador de National Geographic Pristine Seas, afirmó que los arrecifes de coral de ambas “son una máquina del tiempo, como bucear en el océano de hace 1.000 años. Son nuestras mejores referencias de cómo podría ser el océano si realmente lo permitiéramos”. Bidak y Bokak no están habitados por humanos, pero sí por avenas marinas, tiburones de aguas profundas, almejas, peces y corales, además de una colonia de tortugas marinas
National Geographic Pristine Seas es una organización que promueve la conservación de áreas marinas. De hecho, han logrado establecer 29 en todo el mundo. Entre ellas se encuentra la recientemente declarada en las islas Marshall, donde la investigación comenzó en 2023, con una expedición a los atolones. Los expertos realizaron 452 inmersiones, para un total de más de 600 horas bajo el agua, en Bikar y Bokak, además de otros de los atolones que componen las islas Marshall: Bikini y Rongerik. La expedición también se complementó con observaciones a través de cámaras y sumergibles que recogieron muestras para pruebas genéticas.
Más en Panamá creó una reserva marina casi tan grande como su territorio
Leer más en Kristine Tompkins: “Si un país declara un área como santuario y no la protege, marca un terrible precedente para el mundo”
En una entrevista con Radio Nueva Zelanda, Ryan Jenkinson, director de expediciones de National Geographic Pristine Seas, dijo que, de todos los atolones, “Bikar y Bokak eran, si no los más prístinos, algunos de los más prístinos en cuanto a aguas, arrecifes de coral y atolones de coral que jamás hayamos visto en la Tierra”.
Por su parte, la presidenta de la República de las Islas Marshall, Hilda Heine, también se pronunció en un comunicado en el que expresó una problemática ampliamente conocida en el nicho medioambiental: que el océano, tal y como lo conocían nuestros antepasados, está desapareciendo. “Sin ecosistemas marinos sostenibles, nuestra economía, estabilidad e identidad cultural se derrumbarán. La única forma de seguir beneficiándonos de sus tesoros es protegerlo”, afirmó Heine.