Solo Para Viajeros

Mi opinión

Difícil resumir en una palabra lo que La Casa de Gloria es. ¿Acaso un bed and breakfast, un salón lounge, una dulcería de primera o una fuente de soda? ¿ O una cafetería que se desdobla para convertirse en un bar de tapas llegado el crepúsculo y la hora de buscar la adrenalina de la noche? ¿O una trattoría con pastas artesanales y otros artilugios? ¿O simplemente un punto de encuentro para los que aman los lomos saltados, las sopas criollas y acriolladas, los pescados y los mariscos? ¿O las carnes? ¿O es un point para mirar pasar las horas mientras se prueba una copa, se escucha un poco de música y se come como dios manda? Yo diría que es todo eso y mucho más: un restaurante boutique-salón de estar, de bien estar, para los que creemos en la espontaneidad y viva la buena cocina.


Gloria Sayán y los suyos fueron los primeros vecinos en asentarse en ese descampado que rozaba el infinito océano entre el balneario de Punta Hermosa y la playa Caballeros  que ahora conocemos como La Planicie. Marco León, su esposo, y ella, también los cuatro niños que entonces formaban el clan, habían decidido dejar atrás la ciudad hostil para establecerse en una tierra prometida al sur de Lima y vivir enteramente de los sueños. 

Marco, todo terreno y buzo de muchísimo recorrido, se sumergía cada mañana en el mar de Punta Hermosa para robarle algunos de sus frutos y tratar de sufragar con ellos los gastos de la aventura familiar. Gloria, la encargada de los críos, lo esperaba en casa para distribuir juntos la pesca del día entre los pocos, entonces, conocidos.

Claro, división del trabajo de por medio, ella era la responsable de aliviar los arrebatos y el hambre de la prole. De la prole, de los amigos del barrio que los chicos iban ganando y de los que llegaban en tropel cuando el sol alumbraba más de la cuenta la casita que estaban construyendo en La Planicie.

Así, hace más de treinta años, casi treinta y cinco, preparando un tentempié para mitigar el hambre de la barra brava o elaborando un postrecito casero que les devolviera la sonrisa a los chicos nació La Casa de Gloria, un huarique de postres caseros para la familia y las amistades en un inicio y ahora, toda una vida de esfuerzos y muchísimo saudade por delante, un restaurante gourmet de primerísimo nivel, un refugio ad hoc, cariñoso, para los que amamos la vida mirando el mar y la fiesta de los veranos sin fin, esos que duran todo el año y nos energizan para siempre.

En la Gloria

“Mi casa era una cocina”, me cuenta mientras voy ordenando mi pedido. “Y yo una feliz cocinera tratando de aliviar el hambre de toda la familia”. A los postres le sucedieron los desayunos y después las cenas que algunos huéspedes del hostal que los León habían acondicionado les pedían con disimulada afición. Punta Hermosa se empezaba a llenar de surfers, los campeonatos de tabla y también los campeones se sucedían uno tras otros, Allison, la hija mayor y los demás integrantes de la camada seguían creciendo, los amigos del colegio ya eran multitud, La Planicie, se había convertido sin que nadie se diera cuenta en un barrio poblado por vecinos dispuestos a quedarse para siempre en esta parte de la ruta.

De pronto, terquedad a prueba de balas, la ramadita familiar devino en un restaurante con cierta nombradía entre los locales del distrito. Y fue en ese momento cuando hizo su aparición Gastón Acurio, el rey Midas de la comida peruana. A Gastón le entusiasmo la propuesta que se había armado en la casa de Gloria y se lo comentó, por tele, a su numerosa audiencia. Ver para creer, como por arte de magia la mesa de los León-Sayán se llenó de comensales y empezó la fiesta.

Difícil resumir en una palabra lo que La Casa de Gloria es. ¿Acaso un bed and breakfast, un salón lounge, una dulcería de primera o una fuente de soda? ¿ O una cafetería que se desdobla para convertirse en un bar de tapas llegado el crepúsculo y la hora de buscar la adrenalina de la noche? ¿O una trattoría con pastas artesanales y otros artilugios? ¿O simplemente un punto de encuentro para los que aman los lomos saltados, las sopas criollas y acriolladas, los pescados y los mariscos? ¿O una buena carne?  ¿O es un point para mirar pasar las horas mientras se prueba una copa, se escucha un poco de música y se come como dios manda? Yo diría que es todo eso y mucho más: un restaurante boutiquesalón de estar, de bien estar, para los que creemos en la espontaneidad y viva la buena cocina.

O para decirlo en buen romance: un monumento a la olla familiar y al placer de vivir al lado de los nuestros.

Urbi et orbi

Imposible recorrer la pantagruélica carta de La Casa de Gloria. Voy a tratar de intentarlo.

A la hora del desayuno las tostadas francesas, los waffles, las ensaladas de frutas, los huevos revueltos y los omelettes, los jugos y si prefiere los tamales con salsa de cebolla le hacen guiños a cualquiera. Claro, siempre acompañados por un buen café. ¿O prefiere una infusión que le alegre la mañanita? En La Casa de Gloria los hay de todos los talantes…

Para el almuerzo y la cena, allí sí que entramos en complicaciones. Si lo que le apetece son las sopas: el sancochado, el menestrón, la sopa criolla y la crema de zapallo son notables. Y como para dos. Ahora, si lo suyo son las pastas, las de Gloria son artesanales, hechas en casa y riquísimas; la carta le susurrará que escoja entre los ravioles rellenos de espinaca con queso ricota, los ravioles rellenos de camote con queso andino, los fetuccines a la huancaína con lomo saltado, los fetuccines a la crema con langostinos o los que vienen con un asado al jugo y champiñones salteados. O los spaghettis al pesto con bistec apanado o milanesa de pollo, los spaghettis a la bolognesa o a la carbonara. Guau.

Pero allí no acaban las propuestas. Gloria y los suyos, por ahora más de veinticinco esforzados trabajadores de la gula -antes de la pandemia eran más de cuarenta- están decididos a generarnos un síncope. Miren sino: arroz chaufa de pollo, vegetariano, de pescado, de langostinos o de pescado y langostinos; arroz con mariscos, pescado a lo macho; milanesas de pollo o de pescado; bistec a lo pobre, que es una eternidad; asado de pejerrey, el clásico y muy sabroso lomo saltado, el tacu-tacu de langostinos a lo pobre, uffff.

Hablemos ahora de los piqueos de Gloria: el clásico es el de langostinos al panco. ¿O es el tartar de atún? Difícil elección. En materia de piqueos y entradas la oferta también es cosmopolita: causas de pollo, de atún o de langostinos, tequeños, patacones con mariscos y una selección muy a gusto de pasteles de verduras y quiches. Claro, también puede pedir un ceviche de pescado atrapado el mismo día o uno de mariscos: en esta buhardilla de La Planicie los langostinos, conchas, calamares y pulpos dan la hora.

No me queda mucho espacio para reseñar el festival de sánguches y las ensaladas de los León-Sayán.  Solo mencionar un par de perlas: el sánguche de palta con langostisnos, ñumm, y la ensalada acevichada a base de atún, quinua, ají limo y toda la huerta imaginable al lado…

Otrosí digo

Mención aparte los postres. Recordemos que Gloria inició su singladura preparando los crocantes de manzana, brownies y helados que la hicieron famosa en el distrito. A esas delicias primigenias les ha sumado los alfajores de miel de chancaca y de manjarblanco, la delicia de mango que es un encanto, las bolitas de nuez, los tres leches –hay uno de café moka sensacional- los tradicionales suspiros a la limeña, la crema volteada, el pie de pecanas que combina muy bien con el helado de plátano de la casa que es todo un suceso en el sur chico, los cheese cakes de fresa y de Oreo, las galletas y las mil delicatesen más.

Para muchos de los concurrentes a las playas del sur, la mejor jornada playera es la que se debe cerrar con un postre o un helado en La Casa de Gloria. Doy fe de que se trata de una decisión que hay que tomar antes de volver a casa.

Tres cosas más de mi incursión por el territorio de La Planicie de de Punta Hermosa. Gloria es una cocinera hiperactiva que no le teme a las complicaciones de las comidas ajenas. Su carta es cosmopolita y los maridajes que asume entre una tradición y otra dan siempre en el clavo. Los entendidos podrán decir que se trata de una propuesta ecléctica, yo, que no lo soy, me animo a decir que lo suyo es una apuesta por lo nuevo, por esos platos que imponen condiciones por su singularidad. Ejemplo de ello, el plátano bellaco con mariscos en su salsa que tienen la obligación de probar.

La segunda es la capacidad de su negocio para innovar siempre y marcar pautas en una zona de Lima habitada por quienes amamos el juego y a veces la improvisación. Si el calendario exige celebrar las fiestas patrias o el día del criollismo Gloria y su ejército acomodan la parrilla para preparar unos anticuchos de rompe y raja. Si lo  que toca en cambio es festejar el día de la madre u otra efemérides así de importante y familiar, entonces llena sus bandejas con las cajitas de alfajorcitos, brownies y bolitas que entusiasman a cualquiera. O el festival de tortas. O de helados. O invita a su clientela a llevarse a casa los almuerzos familiares que abundan en sorpresas. O a irse con una de las inmensas fuentes que son un festín.

Innovación y asertividad. Los traguitos y las promociones que lanza en sus redes sociales suelen atemperar los nervios de los que se reunieron en su local para ver la copa América o para dedicarse al home office en un ambiente de relajo y obligada calma. De todo como en botica, La Casa de Gloria ofrece un servicio esmerado para todos los gustos de los que han convertido su casa en una extensión del domicilio propio.

Y por último una consideración necesaria en tiempos pandémicos. Gloria es una obsesionada, lo confiesa, del orden, la limpieza y los protocolos de bioseguridad que estamos en la obligación de cumplir. Su línea de producción es impecable desde la compra de los insumos hasta la atención en mesa o la entrega en casa. Fenomenal.

No digo más, al césar lo que es del cesar… qué buena la hicieron, muchachos de La Planicie, qué maravilla.

Buen viaje, buena mesa

La Casa de Gloria, comida casera
Calle Ricardo Palma 201 – La Planicie, Punta Hermosa
Atención:
domingo a jueves: 9:00AM – 9:00PM
Viernes y sábado de 9:00AM a 10:00PM

 2308066 / +51 959 190 932
http://www.lacasadegloria.com/
gloriasayan@gmail.com
Aforo reducido y todas las medidas y protocolos de bioseguridad.  Se aceptan todas las tarjetas. Desayunos, almuerzos y bocadillos ligeros; variada carta de ricos postres, sopas, ensaladas, bebidas y pasteles salados. Productos 100% caseros con insumos frescos y de primera calidad en un ambiente apacible y acogedor para que te sientas como en casa.

Misión: Satisfacer las necesidades de nuestros clientes a través de un buen servicio con productos de calidad y en un ambiente apacible y acogedor.
Visión: Llegar a ser reconocido como el restaurante sobresaliente en nuestra especialidad y ampliar nuestra marca.
Valores: Actitud de servicio, comunicación, honestidad, laboriosidad y responsabilidad.
Pedidos y consultas https://bit.ly/Gloriapedidos

-Desayunos: Waffles – Huevos – Sándwiches – Ensaladas de frutas
-Pasteles salados
-Piqueos
-Platos de fondo: Ensaladas – Carne, pollo y pescados – Pastas – Sopas
-Postres: 15 variedades
-Bebidas: Iced tea – Smoothies – Milkshakes – Infusiones y cafés – Jugos naturales de fruta – Extractos naturales. Cervezas, cócteles y licores.

Menú durante los días de semana: los lunes, arroz tapado con crema de zapallo; los martes, tallarín saltado de pollo con soufflé de verduras; los miércoles, filete de pollo a la plancha con arroz y papas fritas más ensalada fresca; los jueves, estofado de pollo con causita de verduras y los viernes, lasagna de carne con ensalada capresse.


Si quieres que visite el servicio que prestas en este destino (o cerca de él)  porque es de calidad y toda confianza o tienes interés en darnos algún dato que no hayamos considerado escríbeme a conwilireano@gmail.com

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