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2048: el año en que nos quedaremos sin ballenas … y sin pesquerías

Mi opinión

En estos temas hay que ser exagerados. No sucumbir a la tentación de minimizar los acontecimientos que se vienen para sentirnos bien y seguir en lo mismo; en asuntos como éste tirar la basurita debajo de la alfombra resulta grotesco. Un estudio publicado por la revista Science, al menos eso es lo que indica la nota que hemos recogido de Play Ground Noticias, ha revelado que las pesquerías del planeta tienen los días contados, ya no dan más, agotaron su cuota de extracción, saquearon hasta matar irremediablemente el planeta océano.

El artículo menciona algo que he venido escuchando: el 90 por ciento de los grandes peces han desaparecido de nuestro mares y que cada año mueren 300 mil tortugas marinas y 250 mil cetáceos como consecuencia de las pesquerías que siguen operando como si nada estuviera pasando. Catastrófico, son las grandes especies –ballenas, orcas, tiburones, atunes- las que bio-indican la buena, o mala, salud de los océanos planetarios. Su presencia en nuestros mares garantizan la pervivencia de muchas otras especies, algunas tan agresivas como la nuestra. Así de sencillo, clarísimo.

(Y yo que venía feliz y entusiasmado con los coletazos y malabares de una ballena bebé y su madre frente a las costas de Vichayito, en el norte peruano. Fatal, seguimos destruyendo la casa de todos…)


Si no cambian las cosas, un estudio publicado en la prestigiosa revista Science estima que el conjunto de las pesquerías mundiales se agotarán mucho antes de lo que estaba previsto. Biólogos canadienses ponen sobre la mesa una fecha concreta: antes de 2048.

Evidentemente, el año no se ha elegido al azar. Los investigadores son conscientes que ofrecen una visión sombría de los océanos y la salud de la humanidad, pero se ha demostrado que la pérdida de biodiversidad está estrechamente vinculada a la disminución de la calidad del agua, la floración de algas nocivas, el crecimiento de zonas oceánicas muertas, el aumento de la muerte de peces y las graves inundaciones costeras.

En concreto, la desaparición acelerada de especies marinas en nuestros océanos está llegando al punto de dejar los mares sin pesca. Se ha calculado que el 90% de los grandes peces (atunes y tiburones) han desaparecido en el último siglo y cada año mueren 300.000 tortugas marinas y 250.000 cetáceos en artes de pesca.

Todo eso implica que el futuro de la industria pesquera esté en grave amenaza porque, en aguas comunitarias, más del 80 % de los caladeros se encuentran agotados o sobreexplotados.

La pérdida de biodiversidad de los océanos se está acelerando a un ritmo que no se preveía ni en las peores observaciones. El 29% de las especies marinas que consumimos ya han desaparecido. Si la tendencia a largo plazo sigue esta escalada, en 32 años habrá poco o ningún pez disponible para la pesca sostenible. De aquí que la pesca sostenible no sea la solución para muchos defensores de la biodiversidad marina.

«La biodiversidad es un recurso finito, y vamos a terminar con ella… si nada cambia», dijo Boris Worm, profesor asistente de biología de la conservación marina de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Canadá.

4/11/2016

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