Mi opinión
El de Yucay y los que engalanan la plaza de Andahuaylillas deben ser los pisonayes más célebres del Cusco. Los suelo admirar cada vez que recorro esos caminos. Junto al que se alza en la plaza de Urquillos, en el Valle Sagrado, son los Erythrina falcata, más hermosos que conozco; de manera que hayan declarado al pisonay de la plaza Manco Cápac II, por acción popular y apoyo del Serfor, patrimonio arbóreo del distrito de Yucay, en la provincia de Urubamba, me llena de alegría.
El pisonay, pajuro, poroto o cedro rojo, lo he comentado en una monografía que escribí hace un tiempo para hoteles Explora, es un árbol común a las zonas templadas de los Andes de Perú y Ecuador donde es posible encontrarlo «hermoseando» con su porte altivo y desafiante las plazas principales de alguna de sus ciudades más conocidas. Su frondoso follaje, sus flores coloradas y su incomparable talla lo distinguen de los demás árboles nativos de los andes peruanos, por lo general pequeños y rugosos.
En la ruta que recorren los viajeros por el Cusco todavía se puede admirar algunos de ellos en las plazas de Andahuaylillas, Urquillos y Yucay.
Se sabe que fue cultivado y aprovechado por los Incas. Sus frutos, que son sabrosos, se siguen utilizando como alimento y sus hojas, flores, cortezas y raíces sirven para curar varios males y como anticonceptivo en las zonas rurales del Cusco más tradicional: la corteza, rallada e ingerida en infusión por la mujer después del coito, dicen algunos estudiosos de la especie, evita el embarazo.
Ruth Shady, arqueóloga e investigadora del asentamiento arqueológico Caral, menciona que en la Galgada, en la quebrada del Chuquicara, afluente del río Santa, se identificó tres fases de ocupación humana que datan desde 2540 años a.C. hasta el período formativo temprano; en alguna de ellas se recuperó abundante material diverso con presencia de Erythrina edulis (pajuro). Posteriormente, la investigadora señala haber encontrado en el valle de Supe plantas cultivadas destinadas a la alimentación y entre estas, nuevamente pajuro. Es posible entonces elucubrar que ambas especies están ligadas al hombre peruano desde los albores de la civilización. Y que ahora éste haya considerado a E. falcata patrimonio cultural, arbóreo, es justo y necesario. Tenemos la obligación de cuidar con esmero y promocionar hasta el cansancio los árboles nativos de nuestro país.
Espero que pronto nos lleguen noticias similares desde la ciudad de Abancay: en la progresista capital de Apurímac, hay varias intimpas que podrían adquirir el mismo estatus adquirido por cedros, cipreses y ahora pisonayes del Cusco . Buen domingo para todos, que la iniciativa del árbol patrimonio o patrimonial se extiende por todo el territorio peruano.
- Más info enMaravilloso: se reconocen los dos primeros árboles patrimoniales del Cusco
- Más en Árboles patrimoniales: ¿qué son, dónde se encuentran y cómo pueden ser identificados?
- Cualquier ciudadano o institución puede postular un árbol para que sea reconocido como árbol patrimonial. La información del proceso la podrá encontrar en el siguiente enlace: https://bit.ly/3i67mS5