Mi opinión
Gastón siempre ha causado revuelo, y del positivo, entre el gremio empresarial; tanto que muchos de los capitanes de barco de las principales empresas peruanos lo consideran como uno de los suyos. Me gustaría saber qué van a decir del afamado cocinero limeños después de conocer su posición sobre el pretendido ingreso de los transgénicos a Perú.
Ayer estuve en Londres y hoy en San Francisco. En ambas ciudades, son los productos orgánicos los que tienen mayor precio, mayor valor, mayor imagen, mayor exposición protagónica en los supermercados. Son además productos que si suman otras marcas como faire trade, sustainable etc, añaden valor y rentabilidad porque el consumidor más exigente lo valora mucho. Esto quiere decir que el Perú tiene una inmensa oportunidad con su biodiversidad para apostar por estos mercados. Wilson Sucaticona con su cafe Tunky, la comunidad de Tocache con su cacao, los plátanos orgánicos de Tumbes, son solo tres de los miles de ejemplos que podemos dar. Pero esto es solo el inicio. Nuestra cocina lo que hace es mostrar toda esta biodiversidad. Una vitrina para nuestros productores.
En Londres como en San Francisco los productos de origen transgénico están relegados al final de los escaparates. Cuestan ni la cuarta parte de lo que cuestan los orgánicos y su prestigio es simplemente inexistente. Están allí por su precio y porque cumplen un rol en el mercado: el del producto barato. ES AHI QUE VIENE LA PREGUNTA ¿QUÉ QUEREMOS PARA EL PERU?
¿Queremos productos peruanos baratos, sin prestigio ni sabor, que no le añadan nada a la marca Peru, que empobrezcan eternamente a nuestros campesinos? ¿o queremos productos peruanos de calidad y prestigio mundial, que los saquen de la pobreza mientras vamos ganándonos el respeto internacional por la calidad de lo que hacemos? Como Suiza, Italia, Francia, Alemania, Japon, Estados Unidos. ¿Queremos ir adelante o detrás?
Los cocineros creemos que la respuesta es obvia. Tenemos una ventaja única. Nuestra biodiversidad. Con ella podemos producir miles de hermosos productos de altísima calidad, en pequeña cantidad, y obtener por ellos un gran precio. Además, con ellos producir la marca mas valiosa del mundo, Peruvian nature, peruvian organics, peruvian flavors, peruvian foods o la que sea, pero que nos represente con liderazgo.
POR ELLO NO DESMAYAREMOS, en defender nuestra biodiversidad y sobretodo no dudaremos en enfrentarnos a aquellos que intenten difamarnos con las más absurdas tácticas. LOS COCINEROS ASI COMO LOS CONSUMIDORES, a diferencia de lo que sucede en Londres o en San francisco, no podemos saber que producto contiene trans y cual no. Porque de momento no nos dejan saberlo.
Esto hace que siempre estemos todos expuestos a consumir pancitos calientitos, chips crocantitos, jugosos tamalitos, papitas fritas sabrositas hechas con aceites, harinas y maíz trans, no porque queramos sino porque así no queramos nunca los podremos saber. Me sucede a mi y a todos. La trasabilidad no es fácil. Pero asi como sucede esto sin quererlo, los cocineros salimos cada mañana queriéndolo con convicción a buscar los pollos orgánicos de Igreda, los cabritos orgánicos de Carlos, los quesos a mano, el café de Wilson, los pescados de Freddy, el cacao de Tocache, las chirimoyas de Cumbe, y todos esos productos orgánicos con nombre y apellido porque sabemos que todo será más rico y porque estamos construyendo un futuro de inclusión para todos.
Así que no vengan ahora con ese cuento de que el que esté libre de todo pecado tire la primera piedra. Si consumimos productos trans es porque no nos dejan saber cual tiene y cual no. Si consumimos y promovemos orgánicos es porque creemos firmemente en ellos. Si defienden los trans es porque tienen intereses personales, económicos, subalternos. Nosotros, la Patria.
FINALMENTE: No sabemos si los productos hechos con insumos trans son malos para la salud. Pero si sabemos que nuestra biodiversidad es un tesoro de los peruanos. Y si hay la minima posibilidad de que semillas trans puedan atentar contra este tesoro, lo defenderemos siempre. Querer distraer el debate de las semillas por el de los productos embarrando a una persona publica es una practica tan mafiosa como torpe.”