Mi opinión
La rutina, el sentir que la vida ha perdido trascendencia en las ciudades y que el tedio impone condiciones se ha convertido en una tendencia en todas partes. Que los jóvenes chinos, los millennials detrás de la muralla más impenetrable de todos los tiempos, estén buscando respuestas fuera de las urbes que se multiplican por el país confirma lo que, en otras partes, jóvenes y no tan jóvenes, hemos empezado a hacer. Huir del ruido de las multitudes, alejarnos del progreso que todo lo estropea para encontrar la paz el buen vivir en comunión con la naturaleza. Buen fin de semana para todos, saludos desde el Yoga Mandala Sacred Valley, un templo dedicado a la salud y al retiro espiritual.
La nueva tendencia entre los jóvenes asiáticos se dio a conocer gracias al documental, Summoning the Recluse, realizado por Ellen Xu.
En la muestra plantea la historia de la nueva generación de jóvenes que ahora ha tomado por moda mudarse solos a los parajes más remotos de China.
Si bien esta nación tiene una importante población de clase media, que aun así, cuenta con las posibilidades económicas para emerger de rango social, al parecer, la nueva tendencia es dejar la tecnología y el capitalismo atrás para vivir tal como el inicio de los tiempos.
Con anterioridad se conocía que enChina existían comunidades ermitañas, llamados Inmortales Taoístas o Santos del Bosque, quienes tenían como costumbres vivir de la alquimia para poder dejar el lado mundo atrás.
Como si se tratase de un escape del vertiginoso ajetreo humano en el que cada vez se hunde más el ser humano promedio.
Sin embargo, este tipo de perfiles ha sido popularizado entre sectores más jóvenes.
«Todos en algún momento desean irse a vivir a las montañas, escapar de la frenética vida moderna y encontrar paz” asegura uno de los testimonios recabados por Xu.
De igual manera, elegir este tipo de vida sería un salvavidas para las raíces culturales y religiosas de China.
Actualmente, comentan, la juventud oriental se siente extraviada. Desconoce si su educación sigue siendo oriental o es más occidental. “
Han perdido sus tradiciones. No conocen el taoísmo, el confucionismo y el budismo”, pese a que estas son las tres grandes religiones que por siglos se ha profesado en China.
“Sienten una desconexión con la naturaleza, no tienen ya fe y la vida sin fe es difícil. Quieren retomar la sabiduría y la tranquilidad de los antiguos, recobrar la herencia que les pertenece.”
Pero, ¿cómo es vivir en una ermita? Al parecer es un contraste remarcado de la vida moderna. “Esta última es repetitiva, llena de restricciones, todo preestablecido. Pero en una ermita puedes meditar, leer, y ser completamente libre”.
Sea una tendencia cultural o un salvamento para el bienestar mental, la vida de ermitaño ha logrado extenderse a otros países, donde muy posiblemente, se convierta enuna nueva manera de ver la bella naturaleza y darle vacaciones a la exasperante vida moderna.