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Bosques Productivos: una esperanza para la Amazonía

Mi opinión

En tiempos en los que el mercado global exige enormes volúmenes para abastecer grandes demandas productivas, el desarrollo económico y la conservación de la naturaleza parecieran conceptos divergentes. Sin embargo, Arbio Perú viene aplicando conocimientos sobre procesos ecológicos naturales a fin de generar bosques productivos bajo los principios de la forestería análoga. El reportaje es de Pável Cartagena, hombre fuerte del Grupo Viajeros en Madre de Dios.


La Forestería Análoga es una técnica de manejo forestal que se sustenta en los conocimientos de la ecología y de sus procesos naturales, y que tiene como objetivo primordial la conservación de la biodiversidad y el suministro de alimentos, medicina y productos comercializables, que benefician directamente a los agricultores. Esta técnica restaura la estructura de un bosque y, con ello, las funciones ecológicas que favorecen la productividad del suelo y el incremento de su biodiversidad. Para conseguir una producción diversificada se emplean especies nativas y exóticas a fin de disminuir la dependencia de los agricultores al mercado de los monocultivos.

Bosques Productivos

La propuesta es, por tanto, extraordinaria. Procura nada menos que la restauración de ecosistemas análogos a los de un bosque Clímax (en apogeo), tanto en su estructura como en sus funciones ecológicas pero, esta vez, en forma de bosques productivos de largo plazo, atenuantes directos de la deforestación y sus efectos adversos.

Los bosques productivos o jardines forestales permiten la fusión entre conservación y desarrollo, además albergan a depredadores naturales y proveen un mejor entorno de adaptación para numerosas especies polinizadoras y dispersoras de semillas.

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La forestería análoga restaura el bosque y mejora la productividad de sus suelos.

¿Y cómo lo hacen?

La creación de bosques productivos requiere de la transferencia tecnológica, del fortalecimiento organizacional comunal rural y de la promoción del uso de especies comercializables, en coherencia con los aspectos socioeconómicos y ecológicos

Arbio Perú viene trabajando en la adaptación de un modelo de conservación productiva bajo los principios de la Forestería Análoga en la Amazonía de Madre de Dios. El emprendimiento es posible gracias al financiamiento del Programa Innóvate Perú del Ministerio de la Producción, iniciativa de financiamiento digna de resaltar, al ser el mismo gobierno del Perú el que apuesta por la conservación productiva pionera en el país.

Gracias a este proyecto, un grupo de agricultores locales seleccionaron las especies cultivadas habitualmente en la región y, con la ayuda de los líderes del sector académico, institucional y de la sociedad civil, se consiguió evaluar las variables determinantes de su potencial productivo (usos, ventajas comparativas, facilidad de manejo, interacción asociante, tolerancia edáfica, estrato, productividad, temporada de cosecha, precio y demanda en el mercado).

Así, se eligieron cincuenta y dos especies para su asociación según el tipo de terreno, proyectando así su productividad y rentabilidad anual por hectárea. La instalación de un vivero en la ChacraMama de Arbio, ubicada en el Corredor Turístico Tambopata, permitió la producción de plantones sembrados en dos parcelas demostrativas, una para especies frutales y la otra para especies medicinales.

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Los bosques productivos permiten la fusión entre conservación y desarrollo. Foto Arbio.

¿Cuál es el negocio?

La importancia social y económica de los bosques amazónicos es decisiva, de ellos depende el rendimiento de las grandes industrias agrícolas y pecuarias del país, inclusive en regiones muy alejadas, más allá de los valles interandinos de la cuenca oriental y occidental de la Cordillera de los Andes. En términos políticos, la Forestería Análoga propone convertirse en una de las herramientas para la planificación del uso de la tierra y la conservación de cuencas hidrográficas, incrementando biodiversidad y la resiliencia de los paisajes degradados, que, al ser restaurados, favorecen la adaptación de sus ecosistemas y comunidades a los efectos del cambio climático global.

La buena nueva la da el desarrollo de un sistema de certificación internacional de Productos de Jardines Forestales o Forest Garden Product (FGP), que ha significado una gran ventaja al quebrantar la gran barrera comercial para el ingreso de productos de bosques productivos y permitir su ingreso al mercado global.

¿Por qué en la Amazonía?

Los boques tropicales cubren tan solo el 7% de la superficie del planeta; sin embargo, son capaces de albergar más del 50% de las especies existentes. Permiten, además, el control biológico de especies, la regulación del clima y la conservación de los recursos genéticos (flora y fauna).

La Amazonía ocupa el 60% del territorio peruano, es decir, el 13% de su extensión continental total, la mayor después del Brasil. Su conservación es de vital importancia para nuestro planeta y tiene repercusión sobre el clima continental, la mitigación del calentamiento global y el cambio climático. Además, los bosques amazónicos son responsables del mantenimiento de las cuencas hidrográficas, la disminución de la erosión y la descontaminación (fitorremediación) de los suelos; y brindan sustento a numerosas etnias en aislamiento voluntario y en contacto inicial, poblaciones nativas milenarias y muchas otras migrantes.

En la Amazonía del Perú contamos con vastas regiones de bosques que están destinados a desaparecer en un periodo relativamente corto de continuar la tasa actual de deforestación,que es la principal causa de la pérdida precipitada de diversidad biológica en el planeta..

La Amazonía alberga el 25% de especies de flora y fauna planetaria. Más de dos mil especies de peces surcan sus ríos serpenteantes, sus quebradas mágicas y sus lagos y cochas paradisiacas; cifra diez veces mayor a la existente en toda Europa. Bajo su manto se interconectan diez mil especies de plantas vasculares y mil seiscientas plantas de uso medicinal conocido.

En su espesura conviven más de doscientas especies de mamíferos, mil doscientas especies de mariposas y ciento cincuenta y una especies de libélulas.

En su húmedo aire se suspenden más de mil trescientas especies de aves. Más allá de toda fascinación, las cifras revelan una elevada especificidad de hábitat y nichos ecológicos propios de cada especie, muchas de las cuales son endémicas. Todo lo dicho, explica la extrema fragilidad de la biodiversidad (vida) frente a la deforestación (muerte).

Chacra integrada en un bosque productivo. Foto: Arbio,
Chacra integrada en un bosque productivo. Foto: Arbio,

ANPES, un sistema imprescindible

Aun cuando la pérdida de diversidad biológica viene siendo contrarrestada de manera creciente gracias a la creación de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (ANPES) y la configuración de su Sistema (SINAMPE), la deforestación avanza a pasos agigantados y la agricultura migratoria se instala cada vez más cerca de sus zonas de amortiguamiento e incluso dentro de algunas de ellas. La creciente demanda de madera, flora y fauna silvestre viva, carne y otros productos alimenticios y medicinales provenientes de los bosques que estimulan su extracción ilegal. Estas amenazas son crecientes, restringen cada vez más la distribución natural de las especies de flora y fauna y afectan peligrosamente a las especies endémicas, sin ofrecer garantía real para su supervivencia en el largo plazo.

 Monocultivos: Agricultura insostenible

Es el sistema agrícola especializado y de gran escala que viene siendo la principal causa de la desaparición de los bosques en la Amazonía, genera impactos ambientales negativos críticos e irreversibles como el agotamiento y contaminación de los suelos y del agua, así como el descenso de los niveles freáticos. Genera, además, elevada dependencia de insumos exógenos tales como semillas híbridas y transgénicas, pesticidas químicos y fertilizantes altamente contaminantes.

Este sistema impone condiciones desfavorables para los agricultores en el mercado de grandes volúmenes productivos, los somete a despiadadas manipulaciones de precios e incrementa su vulnerabilidad frente a pérdidas de cosechas por sequía, inundación y plagas generadas en su mayoría por el mismo sistema ineficiente. Este panorama desalentador, nos obliga a revisar los paradigmas que el desarrollo productivo plantea y virar nuestra atención hacia los conocimientos ancestrales tradicionales, hacia la puesta en valor de sus prácticas productivas diversificadas y de pequeña escala. 

Crisis hídrica inminente

Los bosques reciben el agua de las lluvias, la almacenan, la filtran, la absorben y la integran en la napa freática, evitan así las inundaciones y la erosión del suelo. Los bosques amazónicos son capaces de devolver a la atmósfera entre el 50% y 90% del volumen hídrico captado, lo hacen en forma de vapor de agua. En comparación; los suelos sin bosque retornan a la atmósfera tan solo el 30% del volumen recibido, el 70% restante se pierde como escorrentía responsable de su erosión.

Los bosques generan la humedad en el aire gracias al proceso de evapotranspiración y la elevada temperatura, la formación de nubes provoca lluvias locales y regionales, evitando sequías. Dicho de otro modo, el agua que bebemos y gran parte de los alimentos que ingerimos, provienen del servicio ambiental que los bosques de la Amazonía nos brindan.

De continuar las tendencias, nos encontramos al borde de la mayor crisis de recursos hídricos jamás registrada en el planeta, por ello es indispensable conocer de cerca la importancia de la conservación productiva de los bosques amazónicos.

Arbio Perú viene trabajando un modelo de conservación productiva bajo los principios de la Forestería Análoga en Madre de Dios.
Arbio Perú viene trabajando un modelo de conservación productiva bajo los principios de la Forestería Análoga en Madre de Dios.

Cambio climático irreversible

Sabemos que el CO2 es uno de los principales gases que provocan el efecto invernadero, el calentamiento global y el cambio climático. Para entender la real dimensión de la contribución de la Amazonía a la mitigación del efecto invernadero y del calentamiento global, debemos entender que sus bosques almacenan entre doscientas y seiscientas toneladas de Dióxido de Carbono (CO2) por hectárea, en forma de biomasa (madera, follaje y suelo).

Siendo 782 mil las hectáreas que conforman la Amazonía, podemos calcular que su superficie sería apta para almacenar la descomunal cantidad de entre 150 y 470 millones de toneladas de CO2; siempre y cuando, el modelo de desarrollo económico globalizado no fomente su deforestación para el establecimiento de monocultivos.

Datos

La Forestería Análoga fue concebida en Guatemala y Estados Unidos en 1975, y aplicada por primera vez para restaurar tierras en Sri Lanka. Las experiencias en ecosistemas de trópico y neo trópico de Guatemala, Filipinas, Vietnam, Honduras y Ecuador mejoraron los modelos; sin embargo, son de aplicación en casi la totalidad de bosques, tremenda oportunidad para la restauración en los disímiles pisos ecológicos de nuestro bello país. En el Perú, Arbio es pionero en la adaptación de un modelo de conservación productiva bajo los principios de Forestería Análoga en la Amazonía de Madre de Dios y busca replicar sus experiencias en diversos escenarios de la Amazonía.

Restaurar lo que hemos destruido. Foto: Arbio.
Restaurar lo que hemos destruido. Foto: Arbio.

11/10/2016

 

 

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