Solo Para Viajeros

Pisac de por sí, es un encanto: haya o no haya turistas.  Y sentarse a contemplar el jardín botánico que algún día cuidara, también con encanto, el botánico cusqueño Felipe Marín Moreno, rector de la Universidad Nacional San Antonio Abad y paciente coleccionista de cactus, orquídeas,  papas, plantas que curan y de casi todas las especies de la extraordinaria flora de su terruño, resulta un sueño. La cereza que le faltaba a la torta –histórica, cultural, natural,espiritual- que la villa de callecitas empedradas suele invitar a los viajeros que llegan desde cualquier parte del mundo.

Unas semanas antes del inicio de la pandemia que seguimos soportando almorcé un par de veces en el Jardín El Encanto, un restaurante-cafetería-punto de encuentro a dos cuadras de la plaza y mercado artesanal de Pisac, al lado del museo y jardín botánico del doctor Marín Moreno, patriarca de estos lares y abuelo de Úrsula Valdez Loayza, bióloga peruana en los Estados Unidos. Hace unos días, poquísimos, volví para desayunar viendo las flores y el espectáculo natural que bulle en el Edén que los parroquianos al restaurante estamos obligados a espectar.

El Jardín El Encanto había sobrevivido a la crisis y seguía dando batalla a los lugares comunes y a la vacuidad.

Me he convertido en hincha de este local, se lo comenté a Gabriela, mi compañera de cuitas en esta enésima incursión al sur andino. Para quienes tenemos la necesidad de hacer una pausa para poder digerir toda la belleza y las emociones que se consumen en lugares tan mágicos como Pisac o el Valle Sagrado de los Incas, resulta indispensable tener a la mano una buhardilla como ésta: delicada, pulcra, bien atendida, personalísima, con una carta variada y los sillones mullidos que se necesitan para sentarse a agradecer a los dioses por tantas deferencias. Y este restaurancito frente a un jardín poblado de cactus, rosas, helechos, crisantemos, lirios de agua, árboles de saucos, taras, huaranhuayes, peras, higos, duraznos ycolibríes de todos los vuelos y chiguancos de tallas sobresalientes, tiene todos esos ingredientes.

Bon apettit

Empecemos por el desayuno. Opté por el jugo de naranjas frescas, traídas de los valles cálidos más próximos y el sánguche caprese con queso andino en lugar de mozzarella, tomates muy jugosos y albahaca a discreción. En el mismo plato del caprese, el chef de El Encanto premia a sus comensales con una porción de papas serranas matizadas con romero y aceite de oliva que están en lo suyo. Buenísimo. Hay que sumarle al desayuno la infaltable tacita de café de La Convención, la provincia cafetalera del Cusco por excelencia y el cake de plátano, casero y en su punto.

La carta, en materia de sánguches es variada: hay de queso, queso y jamón, vegetariano, vegano, queso y champiñones, pollo al estragón…

Para el almuerzo elegí el quinotto con pollo que me sugirió la amable señorita que nos atendió como si estuviéramos en casa: un buen filete espolvoreado con harto romero acompañado por tres tipos de quinua, la roja, la negra y la convencional. Me gustó en su simplicidad y buen tono. Al día siguiente volví por el lomo saltado de alpaca, otro clásico de la carta, que viene, urbi et orbi, con papitas nativas bien a la cáscara y todo, muy buena porción de carne, finísimas tiras de ají amarillo, tomate pelado y cebolla al gusto. Sorprendente. En los dos casos cerré la fiesta con un matecito de jengibre que recomiendo sí o sí. El jengibre o kión, lo dicen los que saben, es digestivo, combate las náuseas, ayuda a aumentar el calor corporal, previene las enfermedades cardiacas, las afecciones de garganta, le da duro a las migrañas, es antiinflamatorio, mejora la circulación y por si fuera poco es capas de poner KO al Covid-19, ese enemigo cruel que tanto daño nos está haciendo.

Recomiendo el Jardín El Encanto, un rinconcito de dicha y mucho encanto en uno de los pueblitos de aromas campesinos más lindos del planeta.

Jardín El Encanto Restaurant / Pisac
Restaurante de comida peruana, fusión e internacional, también cafetería, salón de estar. Jugos, smoothies, sánguches, dulces y tortas, infusiones de todos los sabores: membrillo, pera, jengibre, toronjil, airampo, romero, panty, lima, muña, anís, etc. Pet friendly, buen servicio de internet. Carta vegana y vegetariana. Atención personalizada y muy gentil. Precios cómodos. Ideal para tomar un descanso y continuar la ruta.

Calle San Francisco s/n (frente al Jardín Botánico de Pisac), Pisac
Abierto de 9:00 am a 7:45 pm
Teléfono +51 910 128 710


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