Mi opinión
Saludo el trabajo que viene realizando la Asociación Pachamama Raymi en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco, al poner su experticia al servicio de los municipios interesados en patrimonializar los árboles más emblemáticos de sus jurisdicciones. La iniciativa gubernamental que busca reconocer los árboles patrimoniales –o monumentales- del Perú ha logrado incorporar más de 85 abuelos de casi diez regiones al index nacional. Saludo también el esfuerzo de la municipalidad de Calca que con estas cinco incorporaciones en el registro que lleva el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) debe ser la provincia peruana con más árboles patrimoniales.
Que los alcaldes del interior estén incorporando a la agenda local actividades como ésta, de hondo contenido ambiental, resulta muy reconfortante. La lucha contra el calentamiento global y sus estragos, lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo, no se agota en las cumbres que cada cierto tiempo convocan los poderosos. En esos cónclaves las soluciones que se plantean, lamentablemente, no nos comprometen directamente. Sí, en cambio, las acciones que cada uno de nosotros llevemos a cabo en casa, en nuestros barrios, en los distritos que habitamos.
Hace unos días entrevisté a Darwin Baca, alcalde de Machu Picchu y me sorprendió la solidez de sus propuestas para descontaminar el distrito que lidera para convertirlo en un destino Carbono Cero; vale decir, en un distrito con capacidad para borrar la huella ambiental que producen las actividades humanas de residentes a partir del compromiso y la participación de la vecindad en su conjunto. Ese es el camino, de allí la importancia de visibilizar estos pasos adelante. El cuidado de un árbol, los esfuerzos que hacemos para que siga pie, el reconocimiento de sus contribuciones a la salud de quienes vivimos en su entorno, si son bien explicadas, resultan un combo potente para auparnos bajo la misma idea-fuerza, el mismo compromiso: sanar lo que otros destruyeron.
Felicitaciones a los hombres y mujeres detrás de estas batallas que vamos ganando y son tan significativas, hay que repetirlo hasta el hartazgo: #otromundoesposible
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