Mi opinión
Por décimo quinto año consecutivo se otorga en nuestro país el Premio Carlos Ponce del Prado, justo reconocimiento a las personas que desde sus diferentes ámbitos profesionales y laborales contribuyen a la conservación del patrimonio natural del Perú. Este año la premiación tuvo un carácter excepcional pues tocaba despedir de alguna manera al profesor Pedro Vásquez Ruesta, artífice del ambientalismo peruano y figura destacadísima del magisterio nacional. Como Carlos Ponce, a quien tuvimos también la dicha de conocer, Pedro Vásquez fue un fervoroso creyente en el futuro que nos merecemos y un impulsor decidido de iniciativas como ésta. A los ganadores de las distintas categorías del premio y a los que se hicieron acreedores de las becas que ha donado la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental un abrazo fraterno y las más calurosas felicitaciones. Seguimos avanzando como lo hubieran querido Carlos Ponce del Prado y Pedro Vásquez Ruesta.
El Premio Carlos Ponce del Prado es un reconocimiento a los héroes y heroínas de la conservación en el Perú. En una ceremonia que tuvo la participación de autoridades y personalidades ambientales, se entregó el galardón a hombres y mujeres que trabajan por la protección del medio ambiente.
Los ganadores de la decimoquinta edición del Premio Carlos Ponce fueron Daniel Rivas Galindo, Joven Conservacionista Destacado; Roger Alvarado Isla, Guardaparque Destacado; Fanny Cornejo Fernández, defensora del mono choro de cola amarilla desde Yunkawasi y María Elena Paredes, Artífice de la Conservación; Pompeyo Guillen Huánuco, Guardaparque Ilustre.
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Además, la SPDA entregó las becas «Conservamos por Naturaleza» a Miguel Bellota (gestor junto a su familia del ACP Santuario de la Verónica que hemos recorrido últimamente) y Maribel Pacco (ACP Bosque de Pumataki) y la beca «Mar del Perú» a Luciano Pastorelli (investigación sobre la influencia de El Niño en los peces de la ZR Ancón) que financiará tres proyectos enfocados en la conservación de áreas naturales protegidas en el Perú.
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La ceremonia de premiación estuvo encabezada por la ministra del Ambiente, Albina Ruiz, quien junto a representantes de instituciones como el Sernanp, Profonanpe, Conservación Internacional y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, hicieron entrega de los diferentes premios.
“Para mi es un honor estar aquí, participar de esta nueva edición de los premios Carlos Ponce que reconoce los esfuerzos de conservación que se hace en nuestro país. El premio está dirigido a quienes trabajan por la conservación de la biodiversidad y cómo sus acciones y esfuerzos generan un impacto positivo. Es por ello que hoy quiero reconocer no solo a los ganadores sino también a los más de 70 nominados, e invitarlos a seguir adelante en su compromiso por el ambiente y la biodiversidad”, destacó la ministra Albina Ruiz.
El reconocimiento más resaltante fue otorgado por la ministra del Ambiente a dos personalidades distinguidas como Artífice de la Conservación: Fanny Cornejo Fernández y María Elena Paredes.
Fanny Cornejo Fernández es bióloga y antropóloga quien ha demostrado un gran compromiso con la conservación de la biodiversidad, principalmente de los primates. Como fundadora de Yunkawasi, no solo ha contribuido al conocimiento de las especies de primates en el Perú, sino también ha destacado al incluir nuevas especies en las listas amenazadas. Su compromiso ha sido reconocido a través de varios premios incluyendo el galardón más prestigioso en el mundo para la conservación de la vida silvestre, el Indianapolis Prize.
María Elena Paredes es una destacada lideresa indígena de la comunidad nativa Sawawo Hito 40, ubicada en la región fronteriza entre Perú y Brasil. Su labor incansable en la protección del territorio y la biodiversidad en medio de amenazas y desafíos demuestra su dedicación y compromiso con la conservación y los derechos indígenas. Sus conocimientos tradicionales y ancestrales son fundamentales para la protección de los recursos naturales de las cabeceras de cuenca en la Amazonía, lo que la llevo a implementar sistemas de manejo de recursos como el de quelonios comunales.
Como Guardaparque Ilustre se reconoció a Pompeyo Guillen Huánuco, guardaparque del Parque Nacional Huascarán desde 1974, año desde el que ha tenido un papel crucial en promover la conservación de diversos ecosistemas y el medioambiente, demostrando un compromiso inquebrantable con la conservación del patrimonio natural, cultural y de sus comunidades circundantes. Una de las contribuciones más significativas ha sido su trabajo para fortalecer el liderazgo juvenil en la conservación, buscando así asegurar las futuras generaciones de protectores ambientales.
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Este premio fue otorgado por el jefe del Sernanp José Carlos Nieto Navarrete, quien destacó el compromiso inquebrantable que ha demostrado Pompeyo en la conservación del Parque Nacional Huascarán y el trabajo articulado con las comunidades que se encuentran en su ámbito. En ese sentido, afirmó que la conservación tiene que acercarse más a las personas para que sienta de forma más directa los beneficios que les genera y se comprometan así a la protección de las áreas naturales protegidas.
Como Guardaparque Destacado fue reconocido Roger Alvarado Isla, guardaparque de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana (Loreto) quien ha demostrado ser un pilar fundamental en la preservación del entorno natural y la conciencia comunitaria desde sus inicios como voluntario en la Reserva Nacional Pacaya Samiria en donde lideró un proyecto de manejo de quelonios acuáticos y que, a través de talleres educativos en escuelas primarias y secundarias, transmitió el valor de preservar las taricayas. Además, ha liderado el desarrollo del Programa de Educación, Cultura y Ciudadanía Ambiental. El premio fue otorgado por el director ejecutivo de Profonanpe, Anton Willems.
El reconocimiento como Joven Conservacionista Destacado fue otorgado a Daniel Rivas Galindo por sus significativas contribuciones a la preservación de la biodiversidad a través de proyectos como «Muyuk» y «Receptor» que buscan impulsar soluciones concretas para desafíos ambientales como la concentración de microplásticos en los océanos y la contaminación de las aguas continentales. A través de su trabajo, ha logrado reunir a diversos grupos en pos de un objetivo común: la conservación de la biodiversidad, incluyendo la participación de mujeres y grupos de diversas edades. Su reconocimiento fue otorgado por el director ejecutivo de Conservación Internacional, Luis Espinel Cuba.
El momento más emotivo del evento fue el homenaje a Pedro Gonzalo Vásquez Ruesta, profesor de la Universidad Nacional Agraria e impulsor y gestor de la conservación de la biodiversidad peruana a quien se otorgó un merecido reconocimiento póstumo como Personalidad Ambiental.
