Mi opinión
Me alegra sobremanera el establecimiento de la Reserva Indígena Yavarí Tapiche, en Loreto, una antigua y muy justa reivindicación de ORPIO, la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente y el grupo combativo de organizaciones que los acompañaron en la brega. Un millón de hectáreas y algo más servirán desde ahora como espacio vital para un grupo numeroso de indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial de nuestra golpeada Amazonía.
Así de sencillo: el Estado peruano atendiendo el pedido de las federaciones indígenas y cumpliendo con el marco legal existente ha decidido proteger del extractivismo petrolero y la tala ilegal una porción significativa de nuestro territorio amenazado desde todos sus flancos por los que siguen creyendo que los recursos naturales pueden ser saqueados a mansalva.
Con el establecimiento de la Reserva Indígena Yavari Tapiche se está dando un paso gigantesco en la salvaguarda de la vida de siete mil indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial que viven y se desplazan por los bosques amazónicos de nuestro país. Entre tantas malas noticias está sí que es una noticia magnífica que estamos en la obligación de celebrar.
El Ministerio de Cultura estableció hoy, mediante Decreto Supremo, la Reserva Indígena Yavarí Tapiche, en beneficio de la protección de los derechos, hábitat y condiciones que aseguren la existencia e integridad de los pueblos indígenas en situación de aislamiento matsés, remo (isconahua), marubo y otros cuya pertenencia étnica no ha sido posible identificar.