Mi opinión
Los ojos de gran parte de la población del planeta están puestos en estos tiempos violentos en la trágica expectación de guerras y muertes espantosas en el Medio Oriente, Europa Oriental, Asia y otras partes del mundo donde las catástrofes se viralizan. A pesar de esa triste realidad, de esa espantosa realidad, tenemos que poner nuestra atención al tema del cambio climático que empieza a enviarnos pruebas a diario de sus consecuencias tan nefastas en la salud de todos los seres vivos del planeta. Y no lo estamos haciendo.
Guillermo Reaño
Qué desatino.La presidencia de la COP28, el foro más importante del planeta para discutir los problemas relativos al cambio climático que se va a llevar a cabo a finales de este mes en Emiratos Árabes Unidos, recaerá en las manos del sultán Ahmed Al Jaber, alto funcionario de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, la capital de uno de los estados líderes en la explotación de petróleo de la Tierra. La decisión ha despertado, no podía ser de otra manera, las críticas y la oposición de amplios sectores del movimiento ambientalista mundial que viene brindando dura batalla contra la cada vez más dominante industria de los combustibles fósiles, responsable, como lo señalan los reportes científicos sobre el particular, de buena parte de la crisis que está poniendo en grave riesgo la vida tal como la concebíamos hasta ahora.
Algo así, lo he pensado toda la mañana, como colocar al gato de despensero. O como lo han dicho los activistas de una ONG muy comprometida con el problema que comentamos: “tener a un barón del petróleo dirigiendo las negociaciones mundiales sobre el clima es como poner a un teórico de la conspiración antivacunas a cargo de la respuesta al Covid-19”.
Así están las cosas en el planeta, con los ojos de gran parte de su población puestos en medianías o en la trágica expectación de guerras y muertes espantosas en el Medio Oriente, Europa Oriental, Asia y otras partes donde las catástrofes se viralizan. A pesar de esa triste realidad, espantosa realidad, tenemos la obligación de persistir en la tarea de buscar soluciones donde quiera que estas se encuentren. En estos últimos días hemos asumido el encargo, desde Viajeros Consulting, una de las compañías del Grupo Viajeros, de elaborar con los técnicos del Ministerio del Ambiente y una ONG local, la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica(ENDB), una herramienta importantísima, si es que se hace bien y la llevamos a la práctica, para convencer a los peruanos de actuar decididamente en la protección de nuestro patrimonio natural y cultural de cara a los compromisos que el país viene asumiendo en el marco de las convenciones y acuerdos, uno de ellos el de Paris 2015, que se han venido dando para enfrentar el Armagedón ambiental.
Asumimos el reto con entusiasmo y sabiendo que la tarea es inmensa y que lo que por hacer es muchísimo y ya. Les voy a ir contando por aquí como vamos caminando. Por ahora he puesto en mi cuaderno de notas los nombres de Manuel Pulgar Vidal, Pepe Alvarez, Mariano Castro, María Luisa del Río, Roxana Solís, Ernesto Ráez y otros buenos amigos que en su momento y desde sus puestos de trabajo se esforzaron en elaborar la primera ENDB que hoy nis toca rectualizar de cara a los nuevos retos y desafíos. Los voy a visitar.
Buen viaje…
