Mi opinión
Desde una de las ventanas de la casa del abuelo materno en Ocongate, un esforzado maestro rural que solía acogerla con infinito cariño durante sus vacaciones escolares, la pequeña Lixayda Vásquez, Lichi, aprendió a observar con devoción y respeto al apu Ausangate y a la corte de montañas sagradas que lo protegen desde el inicio de los tiempos. Ese vínculo tan particular con esos gigantes que ordenan el mundo es lo que le ha permitido tocar con sus propias manos y con el alma las cimas de los gigantes que ha escalado. Lichi Vásquez es nuestra mujer montaña, la valiente ausangateruna que se ha propuesto ascender a las alturas siderales de los Himalayas para decirnos que son las montañas reverenciadas por los hombres y mujeres que pueblan las alturas las deidades que nos reconcilian con la Pachamama y nos sanan.
¿Qué olor te devuelve a la infancia?
El olor a leña quemada del fogón de mi abuela, ese olor más la brisa fría de la puna me transportan a la casa de mis abuelos inmediatamente, en la majestuosa Cordillera de Vilcanota, tan cerca de mi apu Ausangate.
¿Cuál fue tu primer viaje?
Recuerdo mucho esos viajes en camión, en carretera, para visitar a los abuelos. Y como primer trekking a los 9 años caminé con mi mamá y tíos más de 40 kilómetros para celebrar la Semana Santa con ellos. Era temporada de lluvias y la carretera estaba en muy malas condiciones, pero la familia en pleno no quiso dejar de celebrar esos días pueblo y se animaron a caminar hasta allá.
¿Costa, sierra o selva?
Nuestro país es maravilloso, disfruto la naturaleza ya sea en la costa, la selva o en las montañas, pero me quedo con las montañas, la sierra.
¿Cuál es tu comida favorita?
Cualquier comida peruana hecha en casa, con amor, pero si tuviese que elegir un solo plato me quedo con los rocotos rellenos.
¿Un peruano que te llene de orgullo?
Todos los agricultores del país por mantener tanto conocimiento vivo y por el trabajo tan duro que realizan para que nosotros podamos disfrutar los alimentos.
¿Qué ave propondrías como ave símbolo del Perú?
El cóndor andino con su vuelo tan elegante que domina los cielos de la sierra.
¿Y qué flor?
La flor del tarwi, me encanta la gama de colores que una sola de sus flores puede tener.
¿Un libro de viajes o aventura?
Con mi hijo leemos muchos libros de viajes para niños, pero el que más le gusta y me gusta también es el Mago de Oz.
¿Tú escritor favorito?
Disfruto mucho las novelas de Isabel Allende, me encanta la narrativa tan detallista y con tanto carácter que tienen sus obras. Y sobre historia me quedo con María Rostworowski, admiro y aprecio mucho su labor de toda la vida dedicada al estudio de la historia de nuestros ancestros.
¿Qué te hace sentir orgulloso de nuestro país?
Son muchos aspectos que mencionaría, pero entre los más importantes están:
1. La cultura, tan variada y rica que se siente en su comida, sus bebidas, sus paisajes, tradiciones, danzas, vestimenta, música, idiomas e incluso en el carácter de las personas.
2. La variedad de productos que podemos encontrar en todo el país, poder ofrecer a mi hijo una gran variedad de frutas y verduras me llena de orgullo y de hecho es lo que más extraño cuando estoy fuera del país.
¿Qué personaje te haría cambiar de acera?
Cualquier personaje ligado a la política.
¿Un lugar del Perú o del mundo para vivir el resto de tu vida?
Una montaña inexplorada.
¿Una canción?
Ufff, la lista no acabaría nunca.
¿Qué es lo que nunca falta en tu equipaje?
Mi cámara fotográfica.
¿Un viaje soñado?
Una montaña inexplorada.
¿Cuál es el objeto que más valoras?
Mis botas de montañismo y mi cámara fotográfica.
¿Una ruta o destino que recomiendas?
Cualquier lugar que lo conecte a uno con su infancia o en general un lugar donde se fue alguna feliz, pienso que todo adulto debería volver cuántas veces sea necesario a ese lugar y recargarse de energía.
¿En dónde queda el paraíso?
Donde esté mi familia y existan montañas para escalar.
Leer más en Lichi Vásquez, mujer montaña, mujer coraje…/Guillemo Reaño




Lixayda Vásquez Escobar es licenciada en turismo, técnica en emergencias médicas en zonas urbanas y agrestes, escaladora en roca, rescatista y guía de montaña, desde niña exploró con sus abuelos las montañas de la cordillera de Vilcanota y siendo universitaria tomó sus primeros cursos de montañismo, refundando con otros deportistas más el Club de Andinismo Cusco. Participó en el proyecto “Del arriero al guía de montaña”, una iniciativa social que buscaba convertir a los arrieros de Quispicanchi en guías prácticos de montaña. Ha sido la primera mujer en hacer cumbre en el Ausangate. Luego de haber ascendido a las principales cimas de Sudamérica participó en el proyecto Mujer Montaña y en la actualidad es una de las lideresas de Hijas de la Montaña, un colectivo de montañistas peruanas que ha logrado llevar hasta los Himalayas a la primera cordada compuesta por escaladoras de nuestro país. Es madre de familia de un niño que ya está haciendo sus pininos en la montaña. Vive en el Cusco.