Mi opinión
Me muero por Malú Núñez, la niña que fue mi alumna en Los Reyes Rojos mientras se daba maña para jugar fútbol con sus compañeritas de patio y que un buen día, siempre como jugando, se propuso practicar kickboxing, un deporte de combate para bravos, y así, como quien no quiere la cosa, se convirtió en campeona mundial de la World Kickboxing Federation (WFK).
¡Qué muchacha, por dios !, qué envidiable capacidad la suya para cumplir metas, matalascallando, sin que se entere la tribuna, como deseando amagar los halagos inmerecidos y el bullicio, que muchas veces confunden, de la tribuna. No me importa que le de roche lo que digo. Lo siento. Los aplausos, cuando son merecidos, abrigan el alma y estimulan la inventiva de quien los recibe. Eso queremos los que la admiramos: que el reconocimiento le sirva a la artista por naturaleza –ADN incluido- que lleva dentro para seguir regalándonos las ilustraciones de animales que ha empezado a hacer mientras sueña con nuevos propósitos.
El diario El Comercio le dedicó hace unos días una bonita semblanza, la comparto con ustedes henchido de orgullo y evidente complicidad.
El silencio del confinamiento fue propicio para que la artista María Lucía Núñez Malachowski siguiera el recorrido de las aves que visitaban parques y jardines limeños. Pronto lanzará un poster que reúne las ilustraciones de esa etapa junto a otros trabajos suyos.
María Lucía Núñez, Malú, se declara amante de los animales. Desde niña sintió atracción por la naturaleza y la fauna, sobre todo por los animales grandes e imponentes. Su sueño entonces era irse de safari a África, nadar con tiburones y ver ballenas. Luego, llegó la adolescencia y la hora de tomar decisiones sobre su futuro. “Yo quería ser como el cazador de cocodrilos, formar parte de Greenpeace, ser guía de safari o algo así”. Finalmente, entre estudiar zoología, zootecnia o veterinaria –las carreras que más se relacionaban a sus gustos–, prefirió el arte, que también le gustaba. Estudió diseño gráfico en la Pontificia Universidad Católica del Perú y fue aquí, durante un concurso de ilustración de la vida animal, que el interés de Malú por las aves y por la ilustración naturalista despertó.
Más adelante, a partir de un pedido de ilustraciones de aves del Perú para uno de los ambientes del Aeropuerto Jorge Chávez y otro del Museo Antonio Raimondi, Malú se animó a compartir su trabajo en redes sociales. Lo que en principio fue espontáneo, se transformó en una tarea constante, disciplinada y rigurosa. Fue por eso que durante la cuarentena, su afición se convirtió en obsesión. Dedicó largas horas al ejercicio de la observación para captar los detalles mínimos de todas las aves que circulaban por los parques cercanos a su casa, básicamente entre Miraflores y Surco. “Debo haber parecido loca mirando el recorrido de las aves ‘de aquí para allá’. Durante meses intenté atraerlas con comida a mi pequeño patio de uno por uno, pero ninguna se acercó. Aunque hace dos meses unos tordos descubrieron la comida y vienen a visitarme todos los días. Me sorprendí de lo inteligentes y comunicativas que son estos animalitos”.
Malú admite que no es una gran conocedora del tema y se ha visto en la necesidad de investigar sobre cada una de estas aves para hacer ilustraciones lo más realistas y veraces posible. “Igor Lazo y Mario Rosina sí son expertos y he recurrido a ellos para despejar dudas y brindar datos reales. Me han ayudado mucho”. La belleza de los dibujos sumada a la información seria han hecho que Malú reciba cada vez más pedidos de ilustraciones “creo que tiene que ver con estar más tiempo en casa y observar más lo que nos rodea. Uno de los más pedidos es el galán del turtupilín macho”.
Finalmente, agrega: “No pensé que mi trabajo de aves de Lima iba a tener tanta acogida. Estoy sorprendida y agradecida. Muchas personas me han pedido un póster, así que próximamente lo lanzaré. También tengo pendiente hacer otro que retrate a las aves playeras. Hay muchas aves que registrar”.
Turtupilin (Pyrocephalus rubinus). Una vez que encuentran un lugar en el que se sienten cómodos y donde puedan observar todo, es muy probable que vuelvan varias veces.
Colibrí (Amazilia amazilia). Es el colibrí que se deja ver más fácilmente. Se puede apreciar en diferentes parques y jardines de la ciudad. Este trabajo fue hecho con lápices de colores.
También conocido como loro de Pesquet o loro aguileño (Psitrichas fulgidus). Esta es una especie que no habita en nuestro país, pero ha sido clasificada como especie vulnerable. Fue trabajada con lápices de colores.
Cortarramas. (PythotomaRaimondii). Habita en los bosque secos del norte del país. Es una especie vulnerable en peligro de extinción.
Datos
El Perú tiene más de 1,800 especies diferentes de aves, el 85% de ellas son endémicas.
Para más información sobre el lanzamiento del poster de la artista, puedes visitar https://www.facebook.com/malunmalachowski y https://www.instagram.com/malunmalachowski/