Mi opinión
José Balbín ha recorrido todas las costas de Huarmey y alrededores, una a una, conoce los recutecus de este litoral poco frecuentado por los visitantes de la aprehensiva Lima. Con él, con Sonaly Tuesta, Zsa Zsa Frayssinet, Charlie Rangel y una simpática comitiva de periodistas y blogers de viajes recorrí la zona para cumplir con una generosa invitación de los organizadores del último Festival Porteño de Huarmey, una fiesta popular organizada por los hombres –y también mujeres- de mar que convocó a las masas hace un par de semanas y fue un éxito de sol a sol.
Le pregunté a José Balbín, fotógrafo y promotor turístico de Huarmey, por una playa al pie de la carretera -la recuerdo de aguas verdes y una soledad lujuriosa – que conocí en el año nuevo del 2000, hace tanto tiempo.
Caviló solo un momento, el suficiente como para pedirme un par de detalles y acertar a la primera: Tamborero, kilómetro 258.
Allí, le fui contando, me topé con un pescador que fungía de cuidante cuya pinta de matarife impidió que desempacara mis cosas para quedarme a vivir para siempre. Broncano se apellidaba el personaje, como el boxeador de aquella época. Un tal Broncano cuidando las aguas broncas de una postal de ensueño. Buenas razones tuve entonces, le dije, para evitar aquella playa espléndida al pie del acantilado, invadida como estaba de garumas y otras aves propias de la costa peruana.
Balbín ha recorrido todas las playas de Huarmey y alrededores, una a una, conoce los recutecus de este litoral poco frecuentado por los visitantes de la aprehensiva Lima. Con él, con Sonaly Tuesta, Zsa Zsa Frayssinet, Charlie Rangel y una simpática comitiva de periodistas y bloggers de viajes recorrí la zona para cumplir con una generosa invitación de los organizadores del último Festival Porteño de Huarmey, una fiesta popular organizada por los hombres –y también mujeres- de mar que convocó a las masas hace un par de semanas y que fuera un éxito de sol a sol.
Vamos a la playa…
Ni bien terminaba de auparme del bus que nos trajo de Lima en un recorrido de cuatro horas de duración -cerquita nomás- y ya estaba saludando a viejos amigos de mi estancia en la Cordillera Blanca: Guillermo Rojas, de minera Antamina y Benquelo Morales, empresario y aventurero huaracino.
Al día siguiente, luego del reparador descanso en el tradicional hotel La Posada de Huarmey, un alojamiento salido de “Los años maravillosos”, la serie gringa que espero hayan visto, salimos a conocer un potpurrí de puntas guaneras y playas que merece la pena presentar:
Las loberas de Huarmey
Paseo obligado si se llegó al puerto de Huarmey, las loberías de la provincia no tienen los pergaminos que han adquirido las islas Palomino, en el Callao o las Ballestas, en Paracas pero el paseo bien vale el esfuerzo. Se trata de una navegación de una hora y media por un mar proceloso, agitado, que puede asustar al neófito en estas lides pero que sin duda permite al turista de naturaleza observar la fauna más característica de este sector del norte chico.
Pelícanos como cancha y en muy buen estado de conservación; chuitas vigorosas, piqueros de patas azules, gaviotas peruanas, pingüinos de Humboldt y, por supuesto, una bulliciosa colonia de lobos que gritan y se agitan con la presencia de los siempre incómodos humanos (ya saben mi opinión en relación al creciente turismo de fastidiar a los seres vivos tratando de nadar/bucear con ellos y demás tonterías).
Ver Turismo de Naturaleza en las islas Palomino y El Ñuro.
La Olla
En el kilómetro 305. Más que una playa, un borde marino espectacular, generoso en detalles orográficos, mismo Paracas o Marcona. La Olla es una “playa” incatalogable de esta costa tan especial, una suerte de taza en medio del continente. Una isla al revés. Difícil describirla, en casos como éste las imágenes dicen mucho más que el verbo. El Caminante, o sea Ricardo Espinosa para los que no recuerdan “Los años maravillosos” dice de este exceso de la naturaleza lo siguiente: “el nombre tan solo pretende describir una playa cuya forma es única en todo el litoral”.
Desde La Olla se empieza a comprender la belleza indómita de estos parajes
La Catedral
A unos trescientos metros al sur o un poco más de La Olla, digamos que en el kilómetro 304, en el mismo borde que acabamos de dejar atrás, se encuentra La Catedral, una formación rocosa muy parecida a la que el terremoto del 2007 tiró abajo en la Reserva Nacional Paracas. Vuelvo al Caminante, “todo el lugar es muy hermoso, como para hacer puentes entre los islotes, rompeolas y ensenadas”.
La Princesa
En el kilómetro 303, una playa, playón, muy parecida a Embajadores, en Lima, de mar aparentemente calmo y arena hasta decir basta. Con acceso para vehículos de todo tipo. El día que la visitamos, una familia local le sacaba el juego a su suerte. En las playas de Huarmey y Casma el sol se hace presente todos los días.
Tuquillo
El balneario más primoroso y célebre del norte chico, un lugar de encuentro para visitantes de todas partes. Ubicado en el kilómetro 310, el balneario de Tuquillo destaca por su mar turquesa y calmo, los servicios turísticos que ofrece y la presencia – a poco de ingresar- de uno de los restaurantes más bravos de todo el litoral: el restaurante de Guille, me animo a decirlo: un integrante de lujo del top ten de marisquerías/pescaderías peruanas.
Don Guille es una eminencia de la cocina huarmeyana, reputada por los dones que recoge del mar y de sus huertas. Me deleité más de la cuenta con dos clásicos de la mesa guillermina: la cabrilla a lo macho y el ceviche huarmeyano, un coctel primoroso de lapas, chanques, caracoles y otros bivalvos. Mis amigos apuraron un arroz con mariscos que se salía del plato y un cau-cau, también de mariscos, que no dejó de hacerme señas. Tour culinario, que le dicen.
El esplendor de Tuquillo también se puede apreciar por la tarde, en pleno ocaso, en las mesitas bien puestas del restobar Warma, una propuesta muy armoniosa que ha fructificado este verano. También, más tardecito (en realidad a cualquier hora), la diversión alcanza proporciones en los bien puestos altillos del restaurante Las olas nocturnas y la calidez y buen sabor de la pizzería Tuquillo Pizza Bar.
En Tuquillo se puede acampar, esa es una de las novedades que les dejo para planear su viaje a la costa norte.
Punta Patillos
Otra playa para pasar el día a lo grande, a la altura del km 318 de la Panamericana Norte, casi llegando a Culebras. Se accede a ella por un camino de más o menos cuatro kilómetros de largo que no presenta dificultades. Punta Patillos más que una punta es un playón de arena y poco viento poblado por una compacta multitud de pelicanos. Ideal para acampar, en la zona sur de Punta Patillos se levanta un ecolodge que invita a quedarse. Les dejo los datos líneas abajo.
La playa es de aguas calmas, relajadas. El nombre alude a un ave guanera que en San Bartolo solíamos llamar chuita, una especie emparentada con guanayes y cushuris. Lo triste de este recuento es que en Huarmey la extendida costumbre de comer ceviche de patillo (o de guanay) está diezmando a la especie. Miren si no esta noticia: “Denuncian atroz casería de chuitas y guanayes en playas de Huarmey” https://soloparaviajeros.pe/denuncian-atroz-caceria-de-guanayes-y-chuitas-en-playas-de-huarmey/
Dejamos Punta Patillos para conocer la cereza del pastel huarmeyano:
Pan de Azúcar
En el km 318. Se ingresa por un camino sinuoso, arenoso, difícil para un piloto novel; tal vez, de no prosperar las obras que ejecuta el alcalde de Culebras, diría que solo transitable en vehículo todo terreno. La playa es majestuosa, divina, sin duda el ícono de las playas del norte chico. La flanquean dos roqueríos simpáticos y accesibles. Frente a ella, se encuentra, a considerable distancia, la isla que le da el nombre: Pan de Azúcar. Yo, que soy cholo costeño antes que garoto, diría que la isla se asemeja al ave mítica de los antiguos tucumanos (de Túcume, Lambayeque) lanzándose en picada sobre el océano infranqueable.
El Caminante, que la recorrió en su célebre viaje de 1995, no le da mucha bola. ¿Quería evitar que caigan sobre ellas las huestes de viajeros imprudentes que empezaban a formar cuerpo cuando recorrió los tres mil kms de nuestro litoral? No lo sé, a mi Pan de Azúcar me conmovió, me dejó el sentimiento de haber llegado a una playa virgen, no hollada por urbanitas y poseros, en su plenitud.
La recomiendo. Zsa Zsa, Charlie, Andrés Agurto, Guillermo Rojas, yo y el resto de la jovial comitiva viajera fuimos felices nadando en sus aguas turquesas.Diez puntos sobre diez.
Me encantaron las playas de la costa huarmeyana-casmeña, desde ahora uno de #mislugaresfavoritos.
Buen viaje…
Data viajera:
Guía de playas / guía de naturaleza
José Balbín
https://www.facebook.com/josesp85?fref=ts
Alojamiento
La Posada de Huarmey
Panamericana Norte Km. 295 Huarmey
http://www.infohostal.com/guia/ancash/huarmey75245/alojamiento/215931/laposadadehuarmey.html
Miramar
Panamericana Norte Km. 298Huarmey,
http://miramar.com.pe/
Casa del Sol Tuquillo Lodge
Balneario Tuquillo Km. 303 Panamericana Norte, Huarmey
Eco-Lodge Punta Patillos
Altura del Km. 318 de la Panamericana Norte, Culebras
http://ecolodge-puntapatillos-contacto.blogspot.pe/
Restaurantes
Miramar
Panamericana Norte Km. 298Huarmey,
http://miramar.com.pe/
Guille
Panamericana Norte Km. 303, Tuquillo
https://www.facebook.com/pages/Restaurant-Don-Guille-Tuquillo/677371375608717
Warma Restobar
Balneario de Tuquillo
https://www.facebook.com/Warma-1390284994316976/?ref=page_internal&hc_ref=PAGES_TIMELINE&fref=nf
Las Olas Nocturnas
Balneario de Tuquillo
https://www.facebook.com/Restaurant-Cevicheria-Olas-Nocturnas-254482814725147/
Tuquillo Piza Bar
Balneario de Tuquillo
https://www.facebook.com/tuquillobar/
La Casa de Don Felipe
Cus Cus, Huarmey
https://www.facebook.com/lacasadedonfelipe/?fref=ts
Si quieres que incluyamos los datos del servicio que prestas en el destino porque es de calidad y toda confianza o tienes interés en darnos algún dato que no hayamos considerado escríbenos a revista@soloparaviajeros.pe
7/3/2017
