Mi opinión
Acabo de leer con entusiasmo las buenas nuevas que los compañeros de Conservación del Oso Andino (SBC-Perú), la ONG fundada por Robyn Appleton para proteger a los osos de anteojos del bosque seco y los páramos del norte del país, presentan en su cada vez más entretenido boletín institucional. La campaña de la décimo tercera temporada de trabajo de campo ha sido más que halagüeña, comentan los técnicos de la organización: se ha registrado el nacimiento de por lo menos cinco nuevas crías en la zona donde vienen trabajando, la cuenca del río La Leche, en Lambayeque, señales evidentes de que las acciones de conservación aplicadas están dando los frutos esperados.
¡Qué bueno!, los osos de anteojos de nuestro país han sufrido por décadas el mismo abandono que padecen otras especies emblemáticas de nuestros bosques montanos y amazónicos y tamaño desdén tenía que parar. Nos alegra muchísimo estos éxitos. Sabemos que todavía queda mucho pan por rebanar en materia de osos de anteojos y protección de los bosques secos del norte peruano, un ecosistema que va deteriorándose a pasos agigantados y que sigue siendo territorio fértil para el accionar de las mafias de la madera para carbón y la urbanización a la mala.
En el Grupo Viajeros hemos seguido desde el inicio de nuestro trabajo la gesta de un grupo de conservacionistas, amigos nuestros todos, por salvar de la extinción al embajador silencioso, Tremarctos ornatus, el rey de los bosques andinos de nuestro país. Larga vida a la especie y felicitaciones a sus esmerados guardianes: #otromundoesposible.
Es el comienzo del otoño en el bosque seco del norte de Perú y los osos de anteojos se están retirando a las montañas luego de alimentarse de los frutos silvestres que crecen en los valles durante el verano. Esto significa el final de nuestra temporada de campo número 13.
Cada año que estudiamos a estos osos vemos un incremento de las amenazas que enfrentan, principalmente la pérdida de hábitat. Pero al mismo tiempo recogemos más información sobre su comportamiento, salud y de los recursos que necesitan para sobrevivir. Así es como nuestro trabajo de campo y nuestro trabajo con las comunidades locales hacen una diferencia. Podemos encontrar más osos que necesitan de nuestra ayuda e identificamos más hábitats que necesitamos proteger.
El progreso que hacemos para proteger a los osos de anteojos nos pertenece a todos. Todos somos conservacionistas y tu ayuda hace que esto sea posible.
Una pausa de oso
Entre noviembre y marzo es primavera y verano en Perú. Es durante este periodo que podemos observar la mayor cantidad de actividad de los osos en el bosque seco. Luego de pasar un largo invierno en las cumbres montañosas en la cuenca del río La Leche, los osos bajan a los valles para alimentarse de los frutos de sapote y overo, que son muy ricos en calorías. Cada año nuestra temporada de campo coincide con este periodo.
En comparación con temporadas pasadas, hemos registrado un alto número de crías recién nacidas y de crías independizándose de sus madres. Ver a estas crías sobrevivir hasta su independencia es una señal extremadamente positiva de que nuestras acciones de conservación están funcionando. En la última década la tasa de sobrevivencia de las crías ha sido solo de 30-40% por año.
Hemos registrado 5 nuevas crías. Típicamente, las crías permanecen con sus madres por aproximadamente 18 meses aprendiendo las habilidades necesarias que necesitan para sobrevivir por su cuenta.
La alta tasa de mortalidad de las crías se debe a la deforestación y a la fragmentación del hábitat que impiden que muchas hembras accedan a los frutos de sapote. En consecuencia, las hembras no pueden ganar peso para continuar lactando y alimentando a sus crías durante el invierno.
Observar 4 osos que se independizaron de sus madres el año pasado es muy esperanzador. Los osos que mostramos abajo han logrado sobrevivir el periodo más duro de sus vidas, pero aún les queda un largo camino por recorrer.
Estas crías son el futuro de esta población de osos tan vulnerable. Observarlos nos inspira para seguir haciendo todo lo posible para asegurar que tengan una oportunidad de sobrevivir en la naturaleza.
Robyn Appleton, presidenta de Conservación del Oso de Anteojos-SBC, se dio cuenta de la necesidad de investigar a los osos de anteojos, la especie de oso menos conocida a nivel mundial y cuyo hábitat se encuentra severamente amenazado. En 2007, Robyn se contactó con el ex cazador y conservacionista Javier Vallejos en el norte de Perú y juntos caminaron por el bosque seco ecuatorial durante ocho meses antes de ver a Laura, la primera osa de anteojos que estudió su institución y también la que utilizó por primera vez un collar GPS en Perú. Durante los años que pasaron con Laura en el campo, obtuvieron una increíble cantidad de información sobre los osos de anteojos en la naturaleza y desarrollaron un vínculo especial con ella. Laura murió prematuramente en 2013 de desnutrición y enfermedad, pero sigue siendo la inspiración detrás del trabajo que la institución realiza cada día.
Más noticias sobre el trabajo de Conservación del Oso de Anteojos-SBC en https://sbc-peru.org/es/casa/
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