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Tatiana García, la joven que ayuda a conservar la Amazonía con su estudio en aves

Mi opinión

Me entusiasma saber que este mismo Estado incapaz de dar solución a los problemas que todos los años generan las lluvias de temporada en gran parte de la costa peruana esté dando la talla en la ejecución de programas sociales no alimentarios tan importantes como Beca 18, la subvención integral que desde el 2011 se le entrega a jóvenes de nuestro país con escasos recursos económicos para que el excelente rendimiento académico obtenido durante su etapa escolar les permita proseguir una carrera técnica o profesional con el dinero de todos los contribuyentes.

Precisamente hoy 20 de marzo PRONABEC, el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo del Ministerio de Educación, publicará la lista de los primeros becarios seleccionados en el concurso 2023 de Beca 18, iniciativa que saludo de pie que hará posible que 5 mil estudiantes mayormente provincianos como Tatiana García, la joven loretana que cursa el décimo ciclo de la carrera de ciencias biológicas en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP), puedan cumplir sus sueños contribuyendo al desarrollo de la ciencia y la tecnología de este país tan necesitado de sus talentos.

La historia de Tatiana, tan parecida a la de Cristine Quispe de Patria, en el distrito de Kosñipata, en Paucartambo, estudiante del cuarto año de secundaria en el Colegio de Alto Rendimiento del Cusco, otro gran esfuerzo por estrechar las distancias sociales que separan a los más pobres del resto de habitantes del país, es maravillosa: la niña que oteaba atenta el batir de las alas de las aves de su comunidad es en la actualidad una científica calificada tratando de hallar las pistas que nos permitan conservar la biodiversidad de nuestra maltrecha Amazonía. Y lo es gracias al dinero bien invertido de
los peruanos.

La Beca 18, añado, permite a sus beneficiarios costear una carrera profesional completa en universidades o institutos superiores, nacionales y particulares, en la Cayetano Heredia o en San Marcos, en el Tecsup o en Cenfotur, al cubrir el costo del examen de admisión, la matrícula, las pensiones de estudio, la adquisición de una laptop, los útiles de escritorio, la movilidad local, la alimentación, el alojamiento (cuando corresponda), entre otras cuestiones, a condición del compromiso de los becarios de trabajar en el Perú por un periodo mínimo de un año, ya sea en el ámbito público o privado.

Qué maravilloso, ese es el Perú que podemos dentro del #OTRoMundoesPosible que estamos en la obligación de construir. Linda semana para todos, sí se puede.


Agencia Andina

Desde muy pequeña Tatiana García Vela disfrutaba de los hermosos paisajes que rodean su comunidad natal en Loreto. Se sentía parte de ella y le atraía, en especial, el canto de las aves. Luego ese gusto fue cambiando por una creciente pasión por conocer más de estas especies, Así fue como creció su amor por la naturaleza. Conozcamos en esta crónica su fascinante historia.

Cada vez que Tatiana García Vela caminaba por las chacras de su comunidad natal en La Libertad, Loreto, solía escuchar un canto agudo que a su corta edad le causaba una mezcla de temor y curiosidad. Algunos le decían que se trataba del tunche, un fantasma según las tradiciones amazónicas, pero años después ella descubrió que el sonido provenía de una especie de ave denominada científicamente Tapera naevia.

La primera especie que le llamó la atención a la estudiantes de biología de la UNAP fue el Cuclillo crespín.

Así fue conociendo que su fascinación por la melodía respondía a su pasión por explorar el mundo de los animales que vuelan. Hoy ha iniciado una investigación sobre parásitos externos (ectoparásitos) en aves, que contribuirá a conservar la biodiversidad de la Amazonía peruana.

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Durante los meses de setiembre y octubre del año pasado, la estudiante del décimo ciclo de la carrera de Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) recolectó y estudió 22 especies de aves, entre colibríes y otras de tamaño pequeño, para conocer la prevalencia de ectoparásitos en su piel o plumas. El fin de la investigación es la conservación de las aves y, a su vez, del medioambiente, a través del reconocimiento de los parásitos externos que las atacan para evitarles enfermedades, infecciones, mala reproducción o incluso su extinción.

“Hemos encontrado ácaros, piojos y garrapatas, aunque aún estamos en la etapa de identificación de las especies de estos, para conocer cuáles son más prevalentes por edad, por lugares y por temporadas. Hay muy pocos estudios a nivel mundial sobre este tema”, dice Tatiana, ganadora de Beca 18 del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.

Con su estudio sobre las aves, Tatiana García, una joven estudiante loretana becada por Pronabec, ayuda a la conservación de la biodiversidad de la Amazonía peruana. 

El biólogo Arturo Acosta Díaz, quien enseña el curso de Diversidad de Vertebrados a Tatiana en la UNAP, explica un beneficio más de la investigación que viene desarrollando su alumna: “El parasitismo es un tipo de simbiosis (asociación de individuos de distintas especies en la que ambos sacan provecho de la vida en común) que es importante conocer porque los parásitos pueden traer enfermedades a otras especies, e incluso transmitirlas al ser humano. Es decir, mientras más investiguemos, de presentarse una enfermedad en el mundo cuyo origen son los ectoparásitos, tendremos herramientas para curarlas”.

¿Cómo realiza su investigación?

“El canto de las aves me libera, es como una terapia”, señala la joven de 24 años, mientras se encuentra en el área de monitoreo de aves de la comunidad de San Rafael, lugar al que acude una vez al mes para avistar e investigar a las especies avícolas. Es precisamente allí donde ha realizado su proyecto sobre ectoparásitos. ¿Cómo lo hizo?

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La joven se adentró en las zonas más verdes de la comunidad para instalar 12 redes de neblina (un sistema para capturar a los animales que vuelan). Cada día, recogía a las especies que habían quedado atrapadas en las redes y las llevaba hacia un lugar acondicionado para examinarlas.

Trabajo de campo y mucha investigación: Tatiana García sabe de qué se trata…

“De manera muy cuidadosa y rápida (un máximo de cinco minutos), ya que estoy preparada para esto, hice una búsqueda específica de ectoparásitos en el cuerpo, la cabeza y las plumas. Y finalmente les coloqué un anillo (proceso de anillamiento) para identificarlas en el monitoreo mensual. Luego las liberé”, explica Tatiana.

Los ectoparásitos hallados fueron introducidos en microtubos en los que previamente se habían llenado de alcohol. Ahora se encuentran en el laboratorio de la UNAP para ser analizados por Tatiana a través de un microscopio.

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La primera universitaria en su familia

Tatiana, la mayor de cinco hermanos, es la primera universitaria de su familia. Siempre mostró el interés de estudiar una carrera universitaria, así que al acabar el colegio inició su preparación académica para lograrlo. Ella carecía de recursos económicos, por lo que cuando se enteró de Beca 18, no dudó en postular.

“Yo no sabía prender una computadora, no manejaba Word, nunca había visto ejercicios de Química, eso no me lo enseñaban en el colegio de mi comunidad, pero no era una opción rendirme, así que me esforcé mucho para lograr mi meta”, recuerda la joven que se convirtió en una ganadora del concurso en su tercer intento.

Ya en la universidad, Tatiana se involucró en diversos grupos para tomar acción frente a los problemas que existen en la Amazonía peruana. Pese a que al inicio tuvo temor, ahora se ha convertido en una joven líder amazónica e integra cuatro asociaciones: Vita Amazónica, que capacita a más jóvenes de ciclos menores en investigación científica, conservación, educación ambiental y manejo de conflictos ambientales. Gracias a ello, también pudo ser parte del programa Jóvenes Líderes Amazónicos, en el que le enseñan cómo abordar los problemas ambientales de la Amazonía, como la deforestación, contaminación o la minería ilegal.

Tatiana es el orgullo de su familia y de su comunidad.

Asimismo, es voluntaria en el Observatorio de Aves Loreto, una institución orientada a realizar monitoreo a largo plazo de la avifauna de la zona, y en la Organización Evergreen Institute, en la que se capacita sobre temas ambientales, de investigación científica y conservación de la naturaleza, y a la vez enseña a jóvenes de otros países interesados en estas materias.

“Nosotros, los jóvenes, somos el presente y los que generaremos un cambio. Por eso, les digo, alcen su voz, las personas las van a escuchar. Nada es imposible si quieren lograrlo”, dice Tatiana, quien anima a más jóvenes a involucrarse en temas de investigación del medioambiente para tener un mundo mejor.

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