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Bárbara D’Achille: la mujer que subió la cordillera y navegó en la selva por su amor a la ecología y al Perú

Mi opinión

Ayer fue el natalicio de Bárbara D’Achille, la eterna periodista de viajes y peruanista a tiempo completo que ofrendara su vida en los años más siniestros del terrorismo mientras ejercía su oficio en las montañas de Huancavelica. El Comercio, que fue su casa durante los años de su maravilloso magisterio, la ha querido recordar con esta nota de Miguel Villegas que les dejo para seguir celebrando su presencia. Buen miércoles para todos…


Fotos de su adolescencia en la lejana Dobele, Letonia, cuando montaba a caballo. Fotos de una tarde en su casa a la hora del té. Fotos en una reunión de periodistas, donde se brinda en vasos descartables y es interminable la alegría. Fotos en la redacción de El Comercio, donde fue la editora de la página de Ecología, pionera en defensa del patrimonio natural del Perú. Y por eso mismo, fotos de ella, Bárbara D’Achille, en lo más alto de la cordillera, luego de ascender horas a pie o en burro, sin más compañía que sus lentes ahumados, su poncho de lana y su eterna, ambiciosa, curiosidad.

Fotos de nuestro Archivo Histórico. Así era Bárbara D’Achille, la tenaz periodista que siempre miró al Perú desde las alturas., que es donde se ve mejor.

Aquí se hablaba de fútbol, de política, de seguridad vial, pero muy pocos entendían que nada se podría discutir si antes no hay un planeta conservado para ello. Y si no se cuidaba para mañana. En 1983, Alejandro Miró Quesada Garland, ex director del diario, aceptó el proyecto de Bárbara y dieron marcha a una serie de artículos sobre la selva peruana, ese Edén. Sus reportajes a toda página se leen pero también se imaginan, como películas. En diciembre del 86 llegó en camión y luego en bote, hasta el Manu. En el verano del 88 encontró en Madre de Dios, y fue el soundtrack de su viaje, el sonido del Psophia leucoptera, el ave Trompetero, que ya estaba en peligro de extinción. Luego escribió sobre el plan de reforestación del árbol tornillo en Loreto, en mayo del 89.

Su corazón era un libro de geografía.

 

Bárbara d’Achille y la sonrisa que iluminaba toda la redacción antigua de El Comercio.
Bárbara d’Achille y la sonrisa que iluminaba toda la redacción antigua de El Comercio.

"Los enormes peces de la Amazonía", uno de los trabajos más elogias de Bárbara, para la página Ecología de El Comercio.
«Los enormes peces de la Amazonía», uno de los trabajos más elogias de Bárbara, para la página Ecología de El Comercio.

LEE: ¿Quién fue Bárbara D’Achille y qué textos publicó en El Comercio?

Hasta que a finales de mes, el 31 de mayo de 1989, una columna terrorista de Sendero Luminoso la asesinó en las aturas de Huancavelica. Los detalles hoy importan menos que su trascendencia. La violencia con que fue atacada ya no es más que el recuerdo de su vida entregada al periodismo.

Silvia Miró Quesada es periodista, editora y jefa de servicios periodísticos de El Comercio. Le sobra curiosidad, siempre tiene preguntas, nunca le ha perdido la fe al Perú. Por eso, entre otras cosas, recuerda las interminables charlas con Bárbara, a finales de los 80, sobre este país que tiene tantos caminos por transitar. Y querer. ”Atesoro nuestra última conversa antes de su último viaje. Ahora ella está en otra dimensión. Recordarla hoy es, además, importantísimo: más que nunca se necesita resaltar a las personas que tienen un propósito. Y que, a través de él, nos inspiran”.

Por eso hoy la recordamos, en el día de su cumpleaños. Y miramos su fotografía en la cima tratando de encontrar allí qué es lo que ella veía que nosotros no. Ese país que ella admiraba y ante el cual, tantas veces, cerramos los ojos.


Bárbara D’Achille, veintiséis años después…

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