Solo Para Viajeros

Calatos en el bosque

Puerto Maldonado. Me alivia y mucho el comentario de Patricia Balbuena, viceministra de Intercuturalidad aparecido el día de hoy en diario El Comercio sobre la situación de los mashco piros de Madre de Dios. Primero porque se trata de una comunicación directa, sumamente clara y pública hecha por un funcionario del más alto nivel en respuesta a interrogantes surgidos en algunos sectores de la opinión pública con respecto al anunciado inicio del contacto con un grupo de indígenas en aislamiento del río Alto Madre de Dios.

Me queda claro que el Ministerio de Cultura está empeñado en salvaguardar la vida de los peruanos que se están enfrentando en las inmediaciones de Shipetiari en defensa de sus medios de vida y territorios. También que se trata de un esfuerzo por contactar a un grupo específico de treinta indígenas mashco piro que han manifestado en los hechos un deseo inusual por el contacto con los pobladores que viven en las proximidades de sus rutas de trashumancia.

Como dice la viceministra, su despacho inicia un proceso complicado de acercamiento cultural que no tiene precedentes en la historia amazónica y que puede, de comprobarse su eficiencia, servir de punto de partida para dar solución integral a fenómenos similares que se están produciendo en otros lugares de la selva peruana.

Y que van a ser mucho más dramáticos en los próximos años.

La Amazonía virginal, inhollada, prístina se está extinguiendo a pasos agigantados. En la actualidad, lo digo con mucha pena y sin ninguna duda, las mesnadas de migrantes de la “ciudad al campo” están terminando de ocupar, pulgada tras pulgada, su otrora “infinito” territorio. De norte a sur, de quebrada a quebrada, en todos sus confines.

Donde uno pone el visor, en cualquier región amazónica, encontrará la presencia de un invasor o un simple colono clavando su pica en Flandes. Así de sencillo, así de dramático, así de real.

Van quedando pocos bolsones naturales que son precisamente los que sirven de refugio para que estos últimos indígenas en aislamiento voluntario persistan en su indómita decisión. Por eso es que resulta muy importante la defensa de las reservas indígenas que el Estado estableció y seguir implementando las reglamentaciones necesarias que los protejan de la invasión “occidental”.

Saludo las buenas intenciones de la viceministra. Me sumo a su llamado para que las entidades públicas directamente involucradas, las organizaciones indígenas, la academia y la sociedad civil acompañen al ministerio es tan delicado proceso.

Y felicito a El Comercio por colocar los cintillos en el rostro que la ley peruana exige cuando se utiliza una fotografía en la que aparece un menor de edad. Qué importa que éste sea un peruano en la condición en la que se encuentran los indígenas en aislamiento voluntario de nuestro territorio.