Mi opinión
La noticia fue tendencia en Colombia. La muerte innecesaria de un oso de anteojos en el Parque Natural Chingaza, en Cundimarca, escandalizó a los colombianos que de inmediato se movilizaron para exigir sanción para los responsables de acabar con la vida de un animal cuya especie es de suma importancia para la salud de los ecosistemas que habita y que, lamentablemente, sigue siendo objeto de persecución y cacería ilegal en los bosques y páramos del hermano país. #NoalaMuertedeOsos fue el grito que se dejó escuchar en Bogotá. Y que debería extenderse hasta el Perú. Pese a ser una especie protegida y ser más o menos conocido por su singular belleza, el oso de anteojos sigue estando en peligro en nuestro país. Les recomiendo visitar en Twitter el hashtag de la espontánea campaña ciudadana en torno a la emblemática especie de úrsido, hay muy buena info sobre su conducta y estado de conservación.
La Policía Nacional está dispuesta a pagar hasta 10 millones de pesos de recompensa por información que permita dar con el paradero del cazador o cazadores que mataron de dos disparos a un oso de anteojos de 3 años de edad, en el Parque Natural Chingaza.
El cuerpo sin vida del osezno andino fue encontrado en el sector de Chuzcales, vereda Córdoba, del municipio de Junín, en Cundinamarca, que es una zona de amortiguación del Parque Natural Chingaza. Es la única especie de osos en América del Sur, explica Carolina Jarro, subdirectora de gestión ambiental de Parques Nacionales Naturales de Colombia.
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Se cree que el animal murió el miércoles y las autoridades recibieron información del hecho el jueves en la mañana. Desde ese momento, la investigación la asumió la Fiscalía, que determinó el caso como un acto urgente. Se creó un equipo interinstitucional con la Policía Nacional y su grupo de investigadores, el Ministerio de Ambiente, personal de Corpoguavio, agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) y un fiscal especializado.
Expertos en balística aseguraron que el oso recibió dos impactos de arma de fuego y que uno de los tiros lo hicieron a una distancia no superior a los 100 metros y el otro, a corta distancia. Es decir que el oso fue rematado estando herido. La Policía repartió unos 3.000 volantes en la zona.
El Ministerio de Ambiente estima que la población de osos de anteojos no supera los 50 individuos en la región, por lo cual se considera una especie en peligro.
Es por esa razón que para las autoridades ambientales la muerte de este oso constituye un crimen contra el medioambiente y están dispuestas a llevar la investigación hasta dar con los responsables.
El hecho generó repudio en redes sociales y entre ambientalistas. El sábado #noalamuertedeosos fue tendencia en Bogotá.
Jarro explicó que el oso muerto era un macho de unos 56 kilos y descartó un ataque contra el ganado en la vereda en donde fue encontrado, entre otras razones porque este animal es un 90 por ciento vegetariano y el 10 por ciento de proteína que tiene su alimentación lo consigue en la zona de páramo donde habita.
El Ministerio de Ambiente dijo que el oso de anteojos “es uno de los principales regeneradores de bosques y páramos, puesto que dispersa semillas, derribando arbustos que permiten el paso a la luz para renovar los bosques”. Al páramo de Chingaza se le conoce como la fábrica de agua de la que se surte Bogotá.
26/1/2016