Mi opinión
Alejandra Herrera y Stefano Cárdenas, del equipo de Viajeros, visitaron el Parque Nacional de Doñana, en España, corazón de los trabajos pioneros de Félix Rodríguez de la Fuente, uno de los fundadores del movimiento ambiental contemporáneo y artífice, junto a José Antonio Valverde, Tono, del establecimiento del área natural protegida en 1969 sobre las marismas que el río Guadalquivir forma a su llegada al Atlántico. Alejandra y Stefano tuvieron la oportunidad de entrevistarse con los científicos de la icónica Estación Biológica de Doñana – CSIC y recorrer con ellos buena parte de sus más de ciento veinte mil hectáreas de extensión. Doñana es un mosaico de ecosistemas que alberga una biodiversidad única en Europa: sus célebres marismas, que en el verano europeo explotan de vida, son de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas. En el parque viven especies muy valiosas y en serio peligro de extinción como el águila imperial ibérica y el lince ibérico. Aunque el Parque Nacional de Doñana, hay que decirlo también, no atraviesa su mejor momento de conservación, sigue siendo en la actualidad el mayor humedal de Europa y un refugio y acampada imprescindible para un sinnúmero de especies que durante todo el año frecuentan sus marismas, playas, dunas, arenales y demás ecosistemas. Valioso trabajo el realizado por nuestros jóvenes colaboradores y viajeros incansables; solo agregar que Alejandra Herrera, estudiante de ingeniería ambiental a punto de graduarse en la Universidad Científica del Sur saltó de la Estación Biológica de Doñana, en Andalucía, a la Estación Biológica Manu, en el Parque Nacional del Manu, Fabuloso.
Alejandra Herrera y Stefano Cárdenas, especial para Solo para Viajeros. Fotos: Jorge Monge
Entre crisis hídricas y especies en peligro, el Parque Nacional de Doñana, simboliza la batalla por la conservación ambiental en Europa.

Ubicado en el suroeste de España, el Parque Nacional Doñana es un símbolo de la biodiversidad europea, reconocido por su extraordinaria riqueza natural. Este espacio alberga más de 120,000 hectáreas de humedales, marismas, bosques mediterráneos y dunas móviles que sostienen a más de 2,000 especies de flora y fauna. Sin embargo, el parque enfrenta desafíos críticos que amenazan su equilibrio.
Biodiversidad en riesgo
Doñana es un refugio crucial para especies icónicas como el lince ibérico y el águila imperial, además de ser una escalada vital para aves migratorias entre Europa y África. Pero el cambio climático, la sobreexplotación de recursos hídricos y la presión agrícola están poniendo en jaque a este ecosistema único.
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Los cultivos intensivos de berries y la proliferación de pozos ilegales están secando las marismas, mientras que la extracción indiscriminada de agua agrava aún más el problema. Según el Dr. Javier Bustamante, vicedirector de la Estación Biológica de Doñana (EBD), “el cambio de cobertura terrestre a causa del desnivel freático es la mayor amenaza para el futuro del parque. Sin una gestión hídrica adecuada, Doñana podría perder su esencia en cuestión de décadas”.

Crisis hídrica y conservación
Desde la década de 1970, el nivel de agua subterránea en Doñana ha disminuido significativamente. Los pozos ilegales, sumados al uso intensivo de acuíferos durante el verano para actividades recreativas, están acelerando el agotamiento de este recurso vital.
Sandra Ragel, encargada de comunicaciones de la EBD, enfatiza: “El problema del agua no solo afecta a Doñana, sino a toda la cuenca hidrológica que alimenta al parque. Es esencial tomar decisiones valientes: ¿seguimos cultivando berries y abasteciendo complejos turísticos o preservamos el ecosistema más frágil de Europa?”
Sin embargo, hay esfuerzos notables en marcha. La Estación Biológica de Doñana – CSIC, con 60 años de trayectoria, lidera investigaciones para comprender y mitigar los efectos del cambio climático en el parque. Los censos biológicos y los proyectos de monitoreo de especies permiten tomar decisiones basadas en datos científicos para proteger este patrimonio natural.
La visión de los conservacionistas
Jorge Monge, técnico de campo y monitor biológico en Doñana, recalca: “Muchos de los problemas que enfrenta el parque están relacionados con la falta de conocimiento. ¿Cómo puedes cuidar algo que no conoces? Es crucial acercar Doñana a la sociedad para fomentar su conservación”.
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Por su parte, Jairo Robla, entomólogo exinvestigador de la Estación biológica de Doñana, destaca: “La labor de conservación en Doñana es una entrega total. Aquí no se trata solo de proteger un espacio natural, sino de preservar un legado que define nuestra relación con la naturaleza”.
Esperanza en la conservación del lince ibérico
El lince ibérico (Lynx pardinus), emblema de Doñana, representa una historia de éxito en la conservación. Gracias a programas de cría en cautiverio y reintroducción, la población ha comenzado a recuperarse, aunque sigue enfrentando desafíos, como la escasez de conejos, su principal fuente de alimento.

El Dr. Bustamante añade: “El lince es una muestra de lo que podemos lograr con esfuerzo colectivo. España logró reintroducir con éxito a este felino único en el mundo, pero debemos mantener los esfuerzos para garantizar su supervivencia a largo plazo”.
Cecilia Gimeno, ornitóloga y colaboradora de la EBD, reflexiona sobre el lince desde su conocimiento del guirre o buitre egipcio, otra de las especies emblemáticas de la región: “Cada especie que protegemos es un recordatorio de nuestra capacidad para cambiar el curso de las cosas. La biodiversidad no solo es un valor ecológico, sino también cultural y emocional”.

Un llamado a la acción
Doñana necesita un compromiso colectivo para revertir su crisis. Organismos internacionales, gobiernos y ciudadanos deben unirse para garantizar que este santuario natural siga siendo un refugio de biodiversidad para las generaciones futuras.
“El futuro de Doñana depende de nuestra capacidad de actuar con decisión y urgencia”, concluye el Dr. Bustamante. “Proteger este parque es proteger el alma ecológica de Europa”.
