Mi opinión
Reinventarse, esa es la palabra. Y eso es lo que está haciendo Sonaly Tuesta luego de su salida del canal oficial para asumir un cargo público en el gobierno del presidente Castillo y terminar de ganarse, me imagino, la antipatía de los que jamás vieron con buenos ojos su extraordinario trabajo de recuperación de la memoria oral y visual de los peruanos, esa tarea que el antropólogo Luis Millones, patriarca de los estudios sociales de nuestro país, sigue considerando imprescindible si de verdad queremos retomar el rumbo de la promesa de la vida peruana de la que nos habló Basadre. La hija predilecta de Lamud -y de tantos otros pueblos que la han hecho suya por méritos propios- ha vuelto a las andanzas viajeras para traernos un producto más de su ergo creativo: la película Misión Kipu, que se externa este 21 de marzo de la que ha sido la productora y directora cinematográfica. Estamos seguros que el film documental será un éxito, Sonaly sabe, es un comunicadora de polendas. Vamos a acompañarla a celebrar sus tantas reinvenciones.
Por Sonia del Aguila para El Comercio
En la vida de Sonaly Tuesta (Lámud, 1972), hay un antes y un después de aquellos días del 2016 en los que un virus raro la tuvo en cuidados intensivos al borde de la muerte. Al sentirse vulnerable -por primera vez-la comunicadora que durante dos décadas recorrió los pueblos y caminos del Perú con su programa de TV “Costumbres”, dejó de pensar en lo que le hace falta y empezó a disfrutar de lo que tiene. Sus pensamientos, actualmente, están enfocados en “Misión Kipi”, película documental que marca su debut en la producción y dirección cinematográfica.
Ahora estoy pensando en esta historia que al profesor Walter Velásquez y a mí nos encanta como quedó. Estoy apostando por el audiovisual en otro lenguaje, que es el cine”, comenta Tuesta Altamirano sobre el filme que llegará a las salas de cine el próximo 21 de marzo y que tiene como protagonistas a la ‘niña robot’ ecológica peruana Kipi (palabra en quechua que significa paquete o bulto que se lleva en la espalda) y a su creador.
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Durante la pandemia y ante la falta de acceso a internet en Huancavelica, el profesor de zonas rurales Walter Velásquez creó a Kipi utilizando chatarra informática, y la convirtió en una suerte de asistente para enseñar y motivar a sus alumnos. Desde entonces, juntos llevan aprendizaje y alegría a los menores de las diferentes comunidades del pueblo de Colcabamba.
Rodaje
La película se rodó en plena pandemia, entre agosto y noviembre del 2022. La postproducción se realizó un año después.
“Al principio fue virtual, luego tuvimos que conocer el lugar porque había que tener claro los tiempos para llegar, conocer la zona y lograr el compromiso con las comunidades. Algunas personas me conocían, pero igual había que hacer un trabajo de campo y darles tranquilidad y confianza para poder grabar. Mi comadre Zenobia Mendoza, con quien tengo un vínculo de más de quince años, fue quien nos recibió en su hogar, en Los Nogales. Ella nos introdujo a toda la comunidad. También compuso una canción para el cumpleaños de Kipi”, cuenta.
«Costumbres»
Alejada de la pantalla chica, Sonaly Tuesta no descarta en un futuro retomar “Costumbres”, para una etapa final, de despedida. Mientras tanto, continúa recorriendo el Perú, disfrutando de sus tiempos libres y siendo más amable con ella misma.
“Volvería para cederle el paso a alguien que pueda continuar con esta misión porque -considero- que un programa como este es necesario. Ayuda a entender la diversidad del Perú, nos acerca a su gente”, recuerda.
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“Cuando me recuperé, tenía terror de salir de la clínica, estaba muy asustada porque no se conocía exactamente de dónde venía el virus que me había atacado. Pero debía hacerlo para agradecer y abrazar a todas esas personas que habían postergado sus propios dolores, sus propios pedidos para pensar en mí. Así que decidí viajar a Livilcar, entre Arica y Chile, en el que hay que caminar más de cinco horas para llegar a una virgen. Sabía que si podía hacer eso, podía hacer todo lo demás. Si no volvía a viajar, si no hacía lo que me gusta, no hubiese valido la pena haber sobrevivido. Mi espíritu renació”, remarca.