Mi opinión
Me divertí más de la cuenta reseñando los veinte hoteles con estilo, que fácilmente pudieron haber sido cien, para visitar este fin de semana y el resto de la temporada alta del turismo peruano. Y no solo por la calidad de cada una de las propuestas seleccionadas, que por cierto he visitado una y más veces, sino por lo oportuno de la antología. Lo dije en su momento: apoyar la reactivación del sector en el que nos movemos que empieza a salir de a poquitos de una temporada muy dura (y larguísima) para sus operadores en todo el país debido a la crisis sanitaria y el estallido social y entre todos celebrar el tesón de quienes no han cejado en seguir dándole fuerte a la actividad era una obligación que no podíamos eludir. Así que nos subimos al coche de #elturismoayuda que han promovido Promperú y sus aliados para afrontar en positivo el feriado por Semana Santa que a pesar de los arteros golpes climáticos se ha vivido como se debe: con viajeros entusiastas por los caminos del Perú y anfitriones esperando el encuentro y el viva la fiesta del turismo peruano. Les dejo por aquí los diez primeros alojamientos de esta colección. Ya estamos trabajando una nueva propuesta para #mislugaresfavoritos, otra de las secciones de esta revista digital, estamos pensando seriamente reseñar los 50 destinos que recomendamos para visitar en el sur peruano. ¿Cómo la ven?, interesante, no? Lindo fin de semana, buen retorno a casa.
Wili Reaño, especial para Solo para Viajeros
1. Waqanki Lodge de Moyobamba, un jardín de ensueño
El Waqanki Lodge, el refugio de vida natural de la familia Altamirano Guerrero de Moyobamba, se encuentra a solo tres kilómetros de la capital de San Martín, a un lado de la quebrada de Mishquiyaquillo, uno de los rincones más bellos y con mayor facilidad para la observación de aves del departamento amazónico. Es un sueño. Diez habitaciones muy cómodas se acomodan junto a un espectacular jardín botánico con más de 250 variedades de orquídeas y un muy bien acondicionado observatorio para colibríes donde es posible atisbar más de veinte especies diferentes.
Más info en: https://soloparaviajeros.pe/waqanki-lodge-moyobamba/
2. Inotawa Amazon Lodge, ruge la selva del Tambopata
El Inotawa Amazon Lodge , inotawa en ese’eja, hilo verde, es un albergue amplio que ofrece habitaciones simples, triples, suites familiares y cabañas hechas respetando cuidadosamente el ambiente natural que cubre sus instalaciones. El lodge se encuentra en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, a cuatro horas por tierra y por río de la ciudad de Puerto Maldonado y lo tiene todo: confort, naturaleza viva, conservación, aventura plena y atención esmerada. El alojamiento con estilo de Ramón Delucchi es lo máximo, cuando lo visito me olvido de las preocupaciones y trato de alargar el retorno a casa.
Más info en: https://soloparaviajeros.pe/alojamiento/inotawa-amazon-lodge-tambopata/
3 Los Apus Hotel & Mirador, tradición, mucha historia y confort en el Cusco
Hospitalidad suiza en la Ciudad Sagrada de los Incas, Los Apus Hotel & Mirador resume lo que el Cusco de todos los tiempos tiene para darnos: historia, tradición y belleza a raudales. Un alojamiento implementado en una señorial casona construida en el siglo XVII en el ingreso al barrio de San Blas desde donde el viajero podrá tomar contacto con el centro histórico y con las propuestas culturales y comerciales de una ciudad cosmopolita que no quiere renunciar al glamour y la comodidad que caracterizan a su propuesta turística.
Más info en: https://soloparaviajeros.pe/los-apus-hotel-mirador-cusco/
4. Wasipunko Ecolodge, la casa y taller de Olivia Sejuro en Nasca
Wasipunko Ecolodge, es mucho más que un alojamiento rural. En principio, es la casa de Olivia Sejuro, una delicada artista nacida (y crecida) en estos pagos de canícula eterna, que ha recorrido su geografía al milímetro para guardar en su refugio/museo/taller de alquimista todos los recuerdos -materiales e inmateriales- de una zona del Perú riquísima en historia y tradiciones. Hablo del valle de Nasca, una campiña cercada por el desierto más áspero del Perú donde se desarrolló una de las civilizaciones más extraordinarias del planeta.
Más info en: https://soloparaviajeros.pe/alojamiento/wasipunko-ecolodge-nasca/
5. Mamá Simona B & B, una casita en la pradera ollantina
En el Mamá Simona los cuartos son generosos en comodidad, limpios y muy bien cuidados. Desde sus ventanas se pueden otear las laderas donde se cuelgan las últimas moles del Ollantaytambo de los gentiles. Su jardín es un primor: un delicado espacio para llenarse de sol y agitar los brazos en señal de felicidad total y gracias a la vida. Sus camas son cómodas, invitan al descanso necesario y las buenas noches. Claro, alcanzar ese estado de gracia es consecuencia también del delicado murmullo que brota del Patacancha, el río que antes de ir a morir al Willcamayu, roza las piedras de la propiedad para llenar de música las noches y las mañanas de colores.
Más info en: https://soloparaviajeros.pe/alojamiento/mama-simona-hostel-ollantaytambo/
6. Ämak Iquitos: a un lado del Amazonas y el bosque tropical
El Ämak Iquitos se encuentra a orillas del río Yanayacu, en una explanada dominada por una maloca central, de techos de yarina y mucha, muchísima comodidad, que hace las veces de salita de estar, comedor, bar, punto de encuentro y socialización. Dieciocho bungalós de dos piezas y una acogedora terraza completan la propuesta. Minimalismo y comodidad, espacios amplios y cabañas bien puestas que intentan invisibilizarse para que el bosque haga lo suyo. En el Ämak la energía es solar y la comida tiene el sello de un chef que emplea muy bien las partituras que ha puesto de moda la espléndida cocina novoamazónica. Descanso a manos llenas y corazón contento.
Más info en: https://soloparaviajeros.pe/amak-iquitos-2/
7. Los Horcones de Túcume Rural Lodge, magia y celebración
La Ruta Moche, esa propuesta de turismo cultural que se va haciendo fuerte en el norte peruano, tiene en Túcume –su Museo, sus 26 pirámides, su artesanía renovada y sutil- y el ruralodge Los Horcones de Túcume a dos de sus productos más notables. Como para visitar la zona siempre y volver y volver. Y eso que no les he hablado de las caminatas que realicé por el caserío La Raya y la Huaca Las Balsas o de la tremenda comilona (cebiche de caballa y hornado de pavo incluidos) en el restaurante de Elena de La Cruz, reina y señora de un plato prehispánico, el hornado, que se cocina como la pachamanca, a pura piedra…
Más info en https://soloparaviajeros.pe/los-horcones-de-tucume-tucume/
8. Nunu Boutique Hotel de Lamay, descanso y bien estar en el Valle Sagrado
Así, como jugando, como quien lanza globos al aire, nació el Nunu Boutique Hotel, un alojamiento cariñoso, detallista, exageradamente hermoso ubicado en el universo que fructifica el río Urubamba a su paso por el maravilloso departamento-orbe del Cusco. Un hotel boutique, agrego, compuesto por seis habitaciones temáticas –La Costurera, El Zapatero, El Melómano, La Cocinera, El Té Inglés y El Explorador– llenas de luz y primorosamente decoradas con con objetos tradicionales y colores típicos de la zona, invitan a quedarse para siempre.
Más info en https://soloparaviajeros.pe/nunu-boutique-hotel-lamay/
9. Hotel Wasai de Puerto Maldonado, la selva a pocos metros de la plaza de armas
El Wasai Puerto Maldonado Hotel es un alojamiento construido en los predios de lo que alguna vez fue la propiedad de don Domingo Troncoso, el patriarca de uno de los clanes familiares más antiguos de una ciudad habitada por migrantes llegado de allende las montañas: Diez mil metros cuadrados de lujuriosa selva donde se esconden 32 habitaciones, algunas de madera, otras de concreto y comodidades propias de un hotel cinco estrellas, suspendidas todas sobre el acantilado para que sus huéspedes observen a placer la belleza impresionante del río Madre de Dios, el Amarumayo de los antiguos peruanos.
Más info en Wasai Puerto Maldonado Hotel / Puerto Maldonado
10. El icónico Hotel El Balcón del Cusco
El Balcón no es un hotel cualquiera. No. El Balcón es un hito, una referencia obligada para los que nos enamoramos del Cusco, de sus fiestas, de sus contrastes, de sus gentes despreocupadas y brutalmente ajenas a las hostilidades del nuevo milenio y todas las pandemias que nos ha traído. Un hotel jardín, con un balcón ingobernable y multitud de ventanitas desde donde se pueden ver las tejas de las casonas de siempre, la plaza de Armas y sus iglesias, el apu Ausangate, el barrio de San Blas y el resto de la ciudad. Un balcón hotel dispuesto a abrir sus puertas para acoger a quienes llegaron a la vieja capital de la audiencia colonial para llenarse de luces y ganas, muchas ganas, de seguir viviendo.
Más info en El Balcón / Cusco