Solo Para Viajeros

Nacho Dean, el primer español en dar la vuelta al mundo caminando…

Mi opinión

Conocía la gesta viajera de Nacho Dean, el malagueño que se dio el gusto de dar la vuelta al mundo -a pata- entre el 2013 y el 2016 y que en los dos últimos años ha unido, a nado, cinco continentes. Qué bravo…

El español se ha convertido en una figura pública y en un fabricante de proyectos. Enhorabuena. Les dejo este picadito que la revista Oxígeno ha colgado en internet para solaz de los caminantes que el mundo habemos. Buen sábado para todos


Nacho Dean se convirtió en el 2016 en el primer español en dar la vuelta al mundo andando: durante tres años recorrió a pie y en solitario 4 continentes, 31 países y 33.000 kilómetros, documentando por el camino el cambio climático.

Como adelanto de la próxima entrevista en profundidad que tenemos preparada para publicar en la revista Oxígeno, tenemos cinco preguntas que le hicimos planteándole las emociones que vivió en su periplo, al más puro estilo de la película Inside Out.

Descubrir con tus propios ojos el mundo con la inocencia y la cara de sorpresa que lo haría un niño

¿Qué momento de tu viajes asocias más a la alegría?

Cada día me despertaba con mucha alegría. Los espectáculos de la naturaleza: comenzar a caminar cuando está despuntando el sol en el horizonte, escuchar el canto de los pájaros, leer las nubes, escuchar el rumor de las hojas en los árboles con el viento, contemplar los astros, la luna, las estrellas fugaces por las noches, las auroras boreales, descubrir como un niño multitud de especies animales que has visto en documentales: dingos, delfines, canguros, osos hormigueros, quetzales… En fin: descubrir con tus propios ojos el mundo con la inocencia y la cara de sorpresa que lo haría un niño.

¿Qué momento de tu viajes asocias más a la tristeza?

Cuando me tengo que despedir de gente me produce mucha tristeza, por motivos obvios. Y cuando veo muy castigada la naturaleza: incendios, contaminación… me provoca una profunda tristeza. Asia me chocó mucho, los slums (poblados chabolistas) de la India, esos barrios que son vertederos en los que ves niños buscando en las basuras… Eso es lo que más tristeza me ha provocado, hasta el punto de sentir un nudo en el pecho y querer llorar.

3 años de emociones caminando

 
 

¿Qué momento de tu viaje asocias a la rabia?

Cuando me han intentado engañar o estafar, cuando me han mentido. Cuando caminas  hay ocasiones en las que te intentan timar. Eso me da rabia. O cuando me han intentado asaltar. Que haya gente así… lugares en los que la vida no vale nada.

¿Qué momento de tu viajes asocias más a la calma?

Los cielos estrellados del desierto de Atacama, en Chile. Son impresionantes. Es una parte del globo terráqueo en el que la atmósfera no tiene ozono, hay mucha radiación solar, con tres días de nubes al año, y de noche se ven muchas estrellas…algunos de los mejores observatorios del mundo están allí. Y dormir en mitad del desierto, a dos mil metros de altitud, bajo los cielos estrellados, sencillamente acongoja. Te quedas sin palabras. Y entiendes lo alejados que estamos en las ciudades, por la contaminación lumínica, de las estrellas.

Porque la aventura está muy bien, el riesgo controlado; cruzar un desierto, subir una montaña, pasar frío, hambre… pero rebasar esa línea en la que tu vida está en juego, eso ya no hace ninguna gracia.

¿Qué momento de tu viajes asocias más al miedo?

Los momentos en los que mi vida ha estado en juego, no sé si han sido los más tristes o dramáticos. Porque la aventura está muy bien, el riesgo controlado; cruzar un desierto, subir una montaña, pasar frío, hambre… pero rebasar esa línea en la que tu vida está en juego, eso ya no hace ninguna gracia. El miedo, es algo que vives a diario. Las noches por ejemplo, son muy emocionantes. Porque son parte del viaje, parece que sólo le prestamos atención al día, pero todo día tiene su noche. ¿Y qué ocurre? Que en ocasiones acampas en lugares en los que hay osos, o en Australia dingos aullando cerca de la tienda de campaña… y da miedo, porque no ves y la imaginación se dispara, no sabes muy bien qué hay. Y casi hasta ansiedad, al atravesar regiones en los que la vida no vale nada. He pasado más miedo con los humanos que con los animales. El ser humano es capaz de lo mejor y lo peor. Por ejemplo El Salvador lo tuve que cruzar con escolta policial. Me intentaron asaltar con machetes varias veces, y entonces intenté el último recurso: me puse en contacto con la embajada. Y según iba pasando poblaciones escoltas de policía se iban relevando hasta que conseguí salir del país. La verdad que con cierta ansiedad y nervios.

Más información: nachodean.com
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