Mi opinión
Me alegra que el deseo y los sueños de mis amigos en el Purús –Arsenio Calle y Rafael Pino, del Sernanp, los asociados a MABOSINFRON y los líderes de las comunidades nativas que he visitado- se empiecen a cristalizar: ellos saben mejor que nadie que los arrebatos carreteros y el uso indebido de los recursos de sus bosques que alientan los de siempre, se sosegarán cuando el binomio protección-producción se haga fuerte en la que podría ser sin temor a equivocarme la provincia más biodiversa de nuestro país. Y también la más alejada de todas.
Acabo de hablar por teléfono con los biólogos Calle y Rafael Pino, jefes del Parque Nacional Alto Purús y de la Reserva Comunal Purús, respectivamente, ambos se encuentran en Pucallpa a la espera del visto bueno de su oficina matriz para volver al campo a seguir impulsando el trabajo productivo con la gente de las comunidades; me adelantaron los dos que los emprendimientos basados en los cultivos de huasaí, cacao y plantas medicinales se han fortalecido y ya están a la caza de mercados para su apropiada comercialización. Si a esto le sumamos el trabajo de sus artesanas y las propuestas de turismo de naturaleza que se vienen preparando con antelación la revolución productiva que queremos empieza a tomar forma, qué bueno…
Los bosques son nuestra principal fuente de insumos para elaborar artesanías y, según el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático, ocupan casi el 60% de nuestro territorio a lo largo de nuestra costa, sierra y selva. Por ello, existen áreas protegidas que buscan garantizar la conservación de especies en situación de riesgo que habitan en estas zonas y el territorio ancestral de comunidades nativas vecinas.
Así, es importante la capacitación y realización de actividades que permitan el crecimiento económico de las familias mientras se conservan estos espacios. Esta vez, se ha llevado a cabo un acuerdo con las comunidades aledañas al Parque Nacional Alto Purús para mejorar la calidad de vida de las familias artesanas del distrito de Sepahua, en Ucayali.
Esta iniciativa beneficia a ocho familias de los pueblos yine, amahuaca, yaminahua, machiguenga y asháninka dedicadas a la elaboración de artesanías desde hace más de una década. “La gestión de las áreas naturales protegidas es más exitosa si se van sumando actores, como es el caso de las mujeres artesanas de Sepahua. Ellas son nuestras principales aliadas para la conservación, que además aportan a los ingresos familiares, y sus productos deben ser reconocidos por su calidad en el país y en el mundo”, destacó Pedro Gamboa, jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
El Parque Nacional Alto Purús es el área natural protegida con mayor extensión dentro del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE), siendo equivalente al tamaño del departamento de La Libertad.
La iniciativa busca fortalecer emprendimientos locales a través de la mejora de capacidades de 31 artesanas (treinta mujeres y un varón) en la elaboración de productos como textilería en algodón, arpillería, así como objetos utilitarios a base de cestería y cerámicas, bijutería y tallados en madera. Además, cabe resaltar que la Asociación de Trabajadores Artesanos del Distrito de Sepahua es la única organización de artesanas en Ucayali que cuenta con el registro de sus diseños en Indecopi para revalorar las técnicas de producción textil indígena, y el uso de plantas tintóreas y fibras naturales.
Es así como el trabajo articulado entre el Sernanp y el PNUD, a través del proyecto “Amazonía Resiliente” del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, va logrando que las comunidades locales lleven a cabo actividades económicas sostenibles con pertinencia intercultural y con participación efectiva de mujeres y hombres.
Actualmente, el Sernanp mantiene seis acuerdos de conservación en el Parque Nacional Alto Purús y las comunidades aledañas, mediante los cuales se realizan actividades de conservación de la biodiversidad y producción sostenible, integrando estrategias resilientes al cambio climático y soluciones basadas en la naturaleza.
La palmera huasaí, un recurso del bosque amazónico para las comunidades del Purús