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Fotógrafo asturiano Chema Formentí y el Ausangate en Oviedo, España.

MONTAÑAS DE COLORES. APUS, DESIERTOS Y VOLCANES DEL ALTIPLANO ANDINOConferencia con diapositivas que impartiré en las Jornadas de la XIX Semana de Montañismo “Ciudad de Oviedo”. Si os interesa, la expondré este martes 14 de noviembre, a las 19:30 horas en el Palacio de Congresos de Oviedo (Asturias). La entrada es libre y gratuita. Os adjunto una síntesis del recorrido que ofreceré:

El Altiplano andino es una extensa meseta situada a gran altitud media (3800 metros sobre el nivel del mar) en el corazón de la cordillera de los Andes, interpuesto entre sus cadenas montañosas. Se extiende desde el sur del Perú hasta el noroeste de Argentina, cruzando Bolivia de norte a sur en la zona en la que la cordillera de los Andes alcanza su mayor anchura.

Su herencia cultural, con fuerte componente indígena mestizado con el español, se manifiesta por doquier, y ha dejado al mundo herencias tan notables como la domesticación de la papa y de otras plantas extraordinarias aunque menos conocidas. El Altiplano se rodea de impresionantes paisajes, que son el tema central de esta conferencia. Legado del enorme lago interior que fue hace miles de años, queda hoy el lago Titicaca y el inmenso salar de Uyuni. Grandes montañas nevadas se divisan en el horizonte, muchas de las cuales tuvieron un carácter sagrado (“Apus”) para las culturas indígenas, que siguen hoy venerándolas.

Es una zona de intensa actividad sísmica, que se traduce en la existencia de numerosos volcanes y paisajes de ese origen, con rocas y laderas de sorprendentes estratos de color, lagunas cuyas aguas varían de color, que a veces dan alimento a miles de flamencos de tres especies, y otras contienen sales tan tóxicas que prácticamente imposibilitan la vida. Paisajes infinitos de salinas cristalizadas, rocas solitarias esculpidas por el viento, en un ambiente casi carente de vegetación por la dureza de su clima y altitud. El resultado son paisajes surrealistas, evocadores de otro planeta o de un estado primigenio del nuestro.

En la proyección comenzaremos mostrando los nevados Salkantay y Ausangate, cercanos a Cusco (Perú), que fueron dos montañas sagradas muy importantes para los Incas. Del multicolor entorno del Ausangate nos adentramos en Bolivia, viajando al Parque Nacional Sajama, dominado por su impresionante volcán homónimo. Haciendo frontera con este parque existe otro muy similar, esta vez en Chile: se trata del Parque Nacional Lauca, con evolcanes nevados de más de 6000 m, a cuyos pies se extienden lagunas y pantanos frecuentados por alpacas y vicuñas. El valle del Lluta desciende desde estas alturas a más de 4000 m hasta el océano Pacífico cruzando el desierto de Atacama, el más árido del mundo, con zonas en las que jamás se registró precipitación alguna. Desde Arica nos dirigimos a San Pedro de Atacama, donde mostraremos los paisajes del Valle de la Muerte y el campo de géiseres del Tatio.

Volcanes en el horizonte como el imponente Licancabur o el activo Ollagüe hacen frontera entre estas tierras atacameñas y las de la surrealista puna boliviana al sur del Salar de Uyuni. Este último es el más grande del planeta (como la provincia de Salamanca), fuente de litio para el mundo y referencia de calibración de satélites. Desde el mismo nos adentramos en los paisajes casi extraterrestres de la provincia potosina de Sud Lípez: son desiertos volcánicos multicolores, con campos geotermales y lagunas de sorprendentes colores.

En su extremo sur volvemos a entrar en Chile, tomando la carretera que desde San Pedro de Atacama cruza el paso de Jama y entra en Argentina, atravesando la puna jujeña para llegar a Purmamarca. Estamos en la Quebrada de Humahuaca, último destino de nuestro recorrido. Se trata de un gran valle subdesértico que desde hace diez mil años actúa de autopista de comunicación entre las punas y altiplanos de Bolivia, los boscosos valles subtropicales argentinos y el desierto de Atacama y litoral chileno. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mostraremos su asombrosa geología y sus “cerros pintarrajeados”, como describe una canción local.

Con Chema Formentí en el Ausangate.

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