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Lorena Ladines, guardaparque del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, pasión por la naturaleza

Mi opinión

Lorena Ladines, 39 años, dos hijos que la esperan en casa, es guardaparques del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes desde hace cuatro años. Antes de asumir oficialmente funciones en el #Sernanp había sido guardaparques voluntaria la Parque Nacional Cerros de Amotape, otra #áreanaturalprotegida de la región Tumbes.
Su “travesía” personal tiene un solo motivo: trasladarles a las nuevas generaciones el legado natural que se ha empeñado en cuidar.
Seguimos conociendo a más guardianes de la naturaleza peruana, con ellos y con ellas estamos construyendo el futuro que queremos. Pronto les entregaremos más historias del #ProyectoGuardianes, más relatos de la vida de nuestros #héroresdelaconservación.


Lorena Ladines Cruz se siente orgullosa de ser la única guardaparque mujer del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, el área natural protegida de más de 3 mil hectáreas que el Estado peruano estableció en el año 1988 para conservar el último reducto de lo que alguna vez fue un ecosistema excepcionalmente rico en vida natural que se extendía desde el Golfo de California hasta el extremo norte de nuestro país.

Los manglares, la asociación de mangles, un árbol cuyas adaptaciones le permite vivir en ambientes de alta salinidad en esteros, lagunas y orillas marinas,  lo saben muy bien los extractores de conchas negras y cangrejos tumbesinos, y también los pescadores con los que conversamos en el Puesto de Vigilancia y Control El Algarrobo del Sernanp, son el hábitat apropiado y tal vez único para una amplia gama de especies residentes y migratorias de aves, peces, reptiles, mamíferos, moluscos y crustáceos que se movilizan a sus anchas en estas orillas de tanta singularidad del Mar Tropical del Perú.

Entre los objetivos del área natural protegida está el de proteger especies de fauna en extinción como el cocodrilo de Tumbes. Foto Gabriel Herrera / Viajeros.

De allí la importancia de preservar un ecosistema vital para la economía en las localidades que se arremolinan en estos parajes de calor sofocante y lluvias de otros trópicos, que además de brindar  servicios ambientales claves para sus habitantes, es la barrera natural más eficiente para detener los embates del mar que en estos tiempos de cambios en el clima y aumento del nivel de las aguas oceánicas resultan tan peligrosos.

De allí también  la trascendencia del trabajo de Lorena, guía oficial de Turismo y guardaparque voluntaria en el Parque Nacional Cerros de Amotape antes de obtener la plaza que ejerce en la actualidad con disciplina y pasión, dos componentes fundamentales en la formación de los guardaparques de nuestro país.

En una selva al lado del mar

Hemos dejado atrás el puesto de vigilancia cuyo nombre se relaciona con el algarrobo centenario bajo cuya sombra extractores y guardaparques del Santuario Nacional nos han referido los trabajos que los están uniendo por primera vez, las tareas que los han convertido en miembros del  mismo equipo: el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes desde hace algunos años es co-gestionado  el Sernanp, en
representación de todos los peruanos y el Consorcio Manglares del Noroeste, un conglomerado de seis asociaciones de pescadores y extractores de cangrejos y conchas negras de Zarumilla, Matapalo, la propia ciudad de Tumbes, Zorritos, Bocapán y otros centros poblados de la región.

Maravilloso, la población local y los trabajadores del Sernanp, guardaparques y especialistas, juntos, se han propuesto cuidar el área natural protegida y los logros de tan buena relación saltan a la vista: se ha logrado detener la tala ilegal que estaba haciendo estragos en las poblaciones del mangle tumbesino y los extractores de moluscos y crustáceos empiezan a hacer su trabajo con riguroso respeto de las tallas mínimas y las demás reglamentaciones que han elaborado los co-gestores del santuario.

En nuestro país, salvo un bosque relicto de 300 hectáreas en San Pedro, Piura, el hábita del mangle solo existe en la zona norte de Tumbes. Foto Gabriel Herrera / Viajeros.

La travesía de Lorena

La embarcación que conducen sus compañeros se ha detenido al borde de una copiosa formación de mangle en el corazón del santuario; ingresamos como podemos entre las raíces que ha ido formando, como estalactitas, edificios naturales en los que se esconden una infinidad de seres vivos, algunos visibles como los ibis y garzas de distintos plumajes que alzan delicado vuelo al vernos llegar y otros no tan
 observables, como los cangrejos y conchas que se mueven y viven  en el copioso fango.

En un claro de este bosque de insólitas figuras Lorena nos va contando parte de su historia: “Soy
guardaparque oficial desde hace cuatro años, sí, pero sobre todo soy madre de familia, comparto mi vida en el manglar con mi vida en casa, con mi familia. ¿Es difícil? Claro que sí, ser guardaparque mujer en un mundo de varones es mucho más que un reto. Por eso es que trato de hacer todo lo que los hombres hacen yhacerlo bien: ya sé que hay un tema físico pero las mujeres podemos hacer lo mismo, obviamente con menos fuerza. En casa esa misma energía y pasión la pongo en la educación de mis  hijos”.

De los cinco guardaparques del SNLMN una sola es mujer. En la foto, Lorena Ladines y el guardaparque Carlos Ricardi. Foto Gabriel Herrera / Viajeros.

Lorena es  madre de familia de dos muchachos, el mayor terminando la carrera de Ingeniería Agrícola en una universidad de Tumbes, el menor, de siete añitos solamente, iniciando su escolaridad en un colegio de la ciudad.

En el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, a pocos metros de la frontera con el Ecuador, la guardaparque Ladines hace su trabajo con firmeza y convencimiento  y como nos va comentado, su “travesía” particular, la aventura de su vida, la complace. Finalmente, como ella mismo lo dice, hacer lo que a uno más le gusta más que un trabajo resulta un placer. “Cuando uno ingresa a un área natural protegida, confiesa, se desconecta de todo y en mi caso estar aquí me ha permitido valorar aún más lo que tenemos: para amar lo nuestro hay que conocerlo bien, definitivamente”.

Diversos estudios han logrado identificar 148 especies de aves en el ecosistema manglar. El SNLMT es un sitio Ramsar desde el año 1997. Foto Gabriel Herrera / Viajeros.

Vamos volviendo de nuevo a El Algarrobo, en uno de los canales de este estuario tan hermoso nos topamos con un pacazo enorme, un habitante de otros siglos cuya especie ha vuelto a encontrar la calma para reproducirse. En estas riadas que van y vienen desde el océano para juntarse con las aguas que descienden del bosque tropical húmedo del Pacífico sudamericano la vida ha vuelto a recuperar los pálpitos de siempre. Y sus guardianes, los guardaparques del Sernanp y los pobladores de las inmediaciones del Santuario Nacional, juntos, están mostrándole al mundo que es posible administrar de manera apropiada los recursos naturales que tenemos.

“Me gusta lo que hago, termina de decirnos Lorena Ladines Cruz, 39 años, tumbesina, madre de familia y guardaparque oficial del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, los arbolitos que cuido le brindan a la gente los recursos que les permite vivir, son además importantísimos para mitigar el cambio climático, actúan como una barrera de contención para frenar el avance del mar. Esos mangles que ustedes ven -los va señalando- retienen mucho más carbono que cualquier otro árbol, ¿cómo no va a ser importante lo que estamos haciendo por aquí?”.

Cuánta razón tiene, cuidar lo que es de todos, y en armonía con la naturaleza, es tarea de cada uno de nosotros. Los guardaparques que vamos conociendo en las áreas naturales protegidas que estamos recorriendo lo están haciendo.

«Hay que tener amor a la naturaleza y ponerle pasión a lo que hacemos», Lorena Ladines. Foto Gabriel Herrera / Viajeros.

Las seis organizaciones de pescadores y extractores artesanales que conforman el Consorcio Manglares del Noroeste, que es el ente que ejecuta el contrato de  administración  del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes desde el 2018, se encargan de proteger, con el Sernanp, la mayor área de bosque de manglares que existe en el Perú. El Santuario Nacional  es un importante sitio Ramsar para las aves residentes y migratorias que habitan en sus 2,972 ha. y alrededores. El proyecto Carbono Azul, una de las iniciativas que impulsa el consorcio,  hace alusión a la captura de carbono que se lleva a cabo en el manglar tumbesino, uno de los ecosistemas oceánicos costeros más apropiados para este tipo de acción ecológica.

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