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Mañana se inicia el Santurantikuy 2022, la tradicional feria navideña del Cusco

Mi opinión

El culto al Niño Jesús, al Nino Manuelito, identifica, hermana, a los cusqueños de todos los estratos sociales y en diciembre, por ello, la ciudad se entrega a su recuerdo y la imaginación de sus artesanos se desborda para elaborar las piezas del misterio pascual que adornarán los nacimientos de las familias católicas. Entonces la plaza de armas se llena de tenderetes donde espontáneos vendedores y compradores llegados de allá y acullá se dedican a intercambiar desde el día 22 hasta poco antes de las doce de la noche del 24 las más fascinantes y hermosas figurillas navideñas. Es el Santurantikuy, en runa simi, “donde se compran santos”, el mercado de los santos.

Es tal la fascinación por el Niño nacido en un humilde pesebre hace más dos mil años que la inquebrantable Alfonsina Barrionuevo, a quien recuerdo con especial admiración cada vez que recorro la historia y las cosmogonías de su fabulosa región, llegó a decir que la adoración al Niño Dios fue lo único amable del arribo de las huestes de Pizarro a estas tierras del Sol pues la presencia de la criatura milagrosa no ha hecho otra cosa que generar arte, imaginación, amor y sueños entre los indianos.

La fina escritora y cusqueñista supone, como la mayoría de los historiadores que se han ocupado de la vida cultural en tiempos de la dominación española en América, que el culto al Niños Jesús debió nacer en las postrimerías del siglo XVI y que la fascinación por su figura milagrosa debió ser una de las primeras manifestaciones del sincretismo religioso que al ganar fuerza en estas lejanías de la Metrópoli fue capaz de poner en jaque poder colonial.

El Santurantikuy es la fiesta de los imagineros, advierten los entendidos, esos artesanos indígenas que después de conocer el santoral y toda la parafernalia sacra empezaron a elaborar las imágenes que solían llegar desde España. Esas primeras estatuillas que fueron elaboradas en los troncos de los cedros andinos y el maguey, una madera sumamente liviana, en poco tiempo ganaron fama para convertirse en las preferidas de presbíteros y creyentes. Alfonsina menciona que fue Juan Tomás Tuyru Tupa (1580-1640), imaginero de sangre real y vecino de la parroquia de San Sebastián, distrito de artesanos, fue el primero de todos.

Y en un trabajo sobre el mercadillo popular se menciona a una pléyade de ellos: Antonio Olave, Santiago Rojas, Hilario Mendívil y familia, así como a Edilberto Mérida. Precisamente Olave, nativo de Pisac, descendiente de una familia de alarifes ayacuchanos, es quien ha dejado uno de los testimonios más hermosos del Santurantikuy. Saboréenlo mientras terminan de leer esta nota:

“El mercado de los santos es más apasionante que cualquiera de las galerías donde ahora suelo ir. Hay más vida en la plaza donde los artistas compiten y el público evalúa las obras y compra las mejores. En 1946, cuando entré por primera vez, era un chico que abría los ojos deslumbrado por cuanto veía a mí alrededor. Mis primeros trabajos fueron muy sencillos, unas tropillas de ovejas, vacas y burros que puse a la venta con un poco de miedo. Cierro los ojos y todavía puedo ver aquel santurantikuy. Los imagineros en sus puestos de los portales de Belén y Carrizos que eran los más concurridos. Las ‘hojalatas’ en el portal de Carnes, al otro lado de la Catedral, con sus mesas llenas de candelabros y baterías de cocina para las niñas que podían caber en la palma de la mano. En el portal de Harinas, las cartonerías y los juguetes, papel para los cerros, casitas de cartón, estrellas de Belén con escarcha en las puntas y enormes mariposas de palo que abrían y cerraban las alas, lagartijas de madera pintadas de verde y rojo, también gallos de pelea que saltaban hacia adelante, toreros con toros hocicando en sus capas y saltimbanquis. En el portal de Sastres, de la Universidad, las señoras que vendían los ‘dulces del Niño’ en ollitas y platitos de greda, arroz con leche, mazamorra, guisado de durazno, compota de manzana con membrillo, maicillos, suspiros, bizcochuelos, y melcochas jaladas y pastelitos de mil hojas. En el portal Comercio estaban las ‘velas’ las flores de papel y también las latas con maíces y trigos recién brotados, las ch’anpas y los atados de salvajina o qaqasunka, el pelo o barba de las piedras”.

Qué maravilla. El último diciembre antes del inicio de la pandemia tuve la suerte de recorrer el Santurantikuy de ese año y pude observar algunas de las estampas que destacan en el relato de Antonio Olave. Claro, caminante ganado por la agenda ambiental, me detuve más de la cuenta en los estands (como se escribe ahora el anglicismo que tanto he usado) donde se expendía el musgos y la turba traída a la mala desde la altiplanicie circundante y rajé de lo lindo, disgustadísimo. Eso, parafraseando a un filósofo de mi barrio, es lo malo de lo bueno: en las navidades de nuestro país, se suelen derribar a mansalva intimpas (Podocarpus glomeratus), cuyos últimos bosques son arrasados por los incendios de “temporada” en Abancay y la materia viva de las turberas que almacenan el agua que tanta falta nos hace. Me alegra que este año se haya prohibido la venta de musgo y líquenes. Ojalá que los feriantes comprendan el motivo: se trata de preservar las costumbres que nos definen como lo que somos y también de cuidar el ambiente que nos legaron los que nos antecedieron.

Mientras tanto que viva el Santurantikuy 2022, el mercado ferial de figuras navideñas más extraordinario de Sudamérica.


Por Agencia Andina

La tradicional feria navideña Santurantikuy, o compra de santos, que cada año se realiza en la plaza de Armas de la ciudad del Cusco, contará con más de 1,200 artesanos cusqueños y del sur del país, para la última versión que será desde mañana jueves 22 al sábado 24 de diciembre.

La Empresa Municipal de Festejos de Cusco (Emufec) informó la presencia de reconocidos y destacados maestros y nuevos valores de la artesanía que buscarán la revaloración de esta actividad y reactivación económica de este sector, tras la crisis de la pandemia y la actual crisis política.

Serán trece líneas de arte popular, como son cerámica, imaginería, pintura, platería, hojalatería, textilería, madera, juguetería, entre otros, como las familias que elaboran ropita para el niño Jesús hasta los que preparan sahumerios, inciensos y ceras.

Fernando Santoyo, presidente ejecutivo de la Emufec, confirmó que cuentan con la aprobación del Plan Sol, seguridad, orden y limpieza por el Comité Provincial de Seguridad Ciudadana (Corprosec), integrado por autoridades multisectoriales de Cusco.

En esta ocasión, para la feria Santurantikuy ha ordenado y asignado estands por sectores a los artesanos para un mejor recorrido y apreciación de los visitantes, se sensibilizará la prevención del covid-19 con la instalación de estaciones de lavado de manos, los artesanos promoverán el uso de elementos de bioseguridad.

Habrá ambulancias de la Gerencia Regional de Salud (Geresa), móviles de Bomberos, patrulleros de la policía nacional y un espacio para las atenciones a emergencias. El Ministerio Público garantizará que prime el orden y la tranquilidad.

Plaza San Francisco

A diferencia de otros años, en esta ocasión no habrá venta de hierbas por hermanos del campo que se instalaban a un extremo de la plaza de Armas, según Fernando Santoyo, han recibido la notificación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) a fin de evitar la degradación del medio ambiente.

Explicó que han ingresado a un periodo de evaluación y analizar si la extracción de musgos y líquenes, generan daños al suelo y generan erosión. “Serfor tiene la intención del manejo responsable de este tipo de cultivos naturales. Este año se levantará un informe sobre los elementos que venden”, refirió.

La intención de ambos sectores, sería buscar la sostenibilidad bajo un programa que promovería la responsabilidad con el medio ambiente y si las plantas son renovables en el ciclo.

Para este año, la venta de las hierbas se ha establecido que será en la plaza San Francisco, a solo una cuadra y media de la plaza de armas.

Por último, Santoyo afirmó que trabajan con autoridades multisectoriales en la organización, planificación, ejecución y desactivación de la feria considerada la más grande del país y con bastante arraigo, que le permitió ser declarada como Patrimonio Cultura de la Nación desde octubre del 2009.

Más info en Te presentamos las 14 expresiones de arte popular que son Patrimonio Cultural de la Nación

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