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¡Sonría! Cámara escondida. Un centro de investigación en Quincemil, selva del Cusco

Mi opinión

Conozco el distrito de Camanti. En sus entrañas hace mucho que se instalaron las dragas y se hicieron más broncos los ronquidos de las maquinarias traídas desde el otro lado de la cordillera para extraer el oro de las orillas del río Nusinascato y los demás cuerpos de agua que vivifican sus bosques extraordinarios. Extraordinarios, pero en franco proceso de degradación y muerte debido a la desmedida la actividad humana que no respeta los procesos naturales y la salud de las últimas selvas que nos quedan: por eso es que resulta maravilloso, un canto a la vida, la porfía de los impulsores del Centro de Investigación y Desarrollo de Soqtapata (CIDS) y la perseverancia de amigos tan queridos como Mario Ortiz de Zevallos, socio fundador de Kuporo Lodge en la localidad de Quincemil. La nota que presentamos nos la envía Marco Zileri, periodista de larga data y viajero frecuente por los intersticios de un país que lamentablemente no terminamos de conocer.


El subrepticio desplazamiento de un jaguar abre las puertas a la ciencia en la jungla de Soqtapata, Cusco.

El bosque de Soqtapata está ubicado en el corredor biológico Vilcabamba-Amboró, que se extiende desde el Perú hasta Bolivia, uno de los 35 hotspots de mayor biodiversidad del planeta.

Marco Zileri, especial para Solo para Viajeros

La columna de hormigas soldado desfiló desde el amanecer hasta la hora del ocaso ante los asombrados ojos de Mario Ortiz de Zevallos, administrador del hotel Kupuro – el árbol que da semillas donde las aves van a comer, en lengua nativa harakbut –, ubicado en las cercanías del pueblo de Quincemil, en el distrito de Camanti, provincia de Quispicanchi, Cusco.

Los Andes se elevan aquí desde el llano amazónico hasta los 6000 msnm en apenas 80 kilómetros. La vertiente oriental de la cordillera es un bosque feraz donde llueve a cántaros, 7000 mm al año, uno de los registros más altos del planeta. El abrupto levantamiento de la cordillera genera condiciones especiales de micro hábitat donde germinan especies de flora y fauna singulares. Un último censo registró 588 especies de aves en solo 45 días. “Según los biólogos, si se hace un censo por un periodo de 12 meses serían aproximadamente mil”, dice Ortiz de Zevallos.

El gobierno peruano recientemente concedió a Ortiz de Zevallos la custodia de un área de conservación de 15,000 hectáreas, por 40 años renovables, en la zona.

Más información en: En defensa del Rostro Harakbut: vigilancia comunal en Amarakaeri

El bosque de Soqtapata en el distrito de Camantí, provincia de Quispicanchis, Cuzco, se extiende desde
la llanura amazónica hasta las cumbres nevadas sobre los 5 000 msnm.

Soqtapata a la vuelta de la esquina

El Centro de Investigación y Desarrollo de Soqtapata (CIDS) en el mismo distrito de Camanti, cuenta con registros adicionales sobre la notable biodiversidad de flora y fauna del bosque. En 2018, el electrizante encuentro entre un hombre y un jaguar, filmado por la cámara GoPro de un guía de montaña, gatilló una cacería singular. En 2021, se instalaron ocho cámaras trampa en igual número de trochas en la jungla. La cámara trampa dispara el obturador cuando el sensor detecta un movimiento las 24 horas del día. Una de aquellas noches atravesó el cuadro fílmico con paso cansino, giró sobre sus ancas y husmeó el lente de la cámara trampa, el famoso jaguar o un pariente.

En el mismo cruce de caminos, las cámaras trampa han filmado en los últimos meses a pumas, tigrillos, añujes y pacas, hormigueros gigantes, osos de anteojos, huanganas y, siempre al acecho, un tigre jaguarindi (Herpailurus yagouaroundi). “Se trata un censo preliminar, pero la presencia de tantos animales dan cuenta de la salud del bosque”, dice Laura Abondano, 34, bióloga colombiana de la Universidad de los Andes, Bogotá, doctora en antropología biológica de la Universidad de Texas (EEUU), y directora del CIDS.

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Laura Abondano, bióloga colombiana, dirige el CIDS.

El CIDS tiene interés en la ecología, el comportamiento y la evolución de la fauna silvestre del bosque. Como parte de la investigación se colectan las heces de los animales para estudios genéticos y fisiológicos, además de escalar hasta las alturas de los árboles en busca de más novedades. Recientemente Abondano participó en el Parque Natural Chicaque, Cundinamarca, Colombia, en un curso internacional de ascenso al dosel liderado por Canopy Watch International y la Fundación Alianza Natural para capacitar a biólogos, ecólogos, ingenieros forestales y profesionales afines en técnicas novedosas, eficientes y seguras para trepa de árboles.

Centro de investigación

En la última incursión a Soqtapata, la colombiana fue recibida con gran alharaca por una tropilla de monos prendidos al dosel de los árboles; luego se impuso el silencio. “Salieron corriendo como locos, es difícil seguirlos en la jungla, las bromelias te llegan hasta la cintura, tan pronto te encuentras con una cascada, uno no puede arriesgar la vida”, narró Abondano. La bióloga es especialista en el acróbata mono choro (Lagothirx lagotricha spp.) presente en muchas partes de América Latina. Viven en grupos de hasta 30 individuos y comen frutos, insectos, hojas, ranas y pequeñas lagartijas. “Requieren como los jaguares de bosques bien conservados pues su demanda energética es alta”, explicó la bióloga.

El bosque de Soqtapata también es custodiado bajo el régimen de concesión de naturaleza a favor de Rafael Pilares, exoficial de la Armada Peruana, otorgado por el gobierno peruano hace un lustro. La creación de la CIDS es una iniciativa privada.

Ana Cecilia Robles y Rafael Pilares administran el bosque bajo el régimen de concesión de naturaleza. El Centro de Investigación y Desarrollo de Soqtapata es su plataforma científica.



El centro investigación y desarrollo trabaja de la mano con las comunidades locales para preservar el ecosistema. “¿De qué sirven las investigaciones científicas si esas especies no van a existir en el futuro?”, explica Abondano. “Para esto es importante entender la problemática socio ambiental en la región y, en conjunto con las comunidades, desarrollar estrategias de conservación adecuadas. ¿Cuál es la conexión del poblador con el bosque? ¿Qué siembran? ¿Qué cazan? Se trata de buscar puntos en común para que las actividades de las comunidades sean sostenibles”, dice Abondano.

Mega corredor biológico

El bosque de Soqtapata está ubicado en el corredor biológico Vilcabamba-Amboró, que se extiende desde el Perú hasta Bolivia en los Andes Tropicales, uno de los 35 hotspots de mayor biodiversidad del planeta. Pero la construcción de la carretera Interoceánica que une a Perú con Brasil desde la década del 2000 ha multiplicado la migración de personas, potenciado la minería ilegal de oro e intensificado extracción ilegal de madera.

Ana Cecilia Robles con estudiantes de la localidad, sembrando la semilla.



El CIDS reasumió la tarea de creación de capacidades entre los pobladores para que aprendan a usar los binoculares, cambiar las baterías de las cámaras trampa, trepar al dosel de los árboles, transmitir su profundo conocimiento del territorio y sean ellos mismos los guardianes del bosque, tras el receso forzoso de la pandemia del COVID-19. Las salidas al campo con los estudiantes de los colegios vecinos ya siembra la semilla de la conservación entre los jóvenes talentos locales en esta insólita región de la Amazonía peruana.

En plena foresta se dejó escuchar un rugido victorioso.

¡El jaguar!

Atento al rugido. Una GoPro adherida a la cabeza de un guía filmó el encuentro de un grupo de
excursionistas en el bosque de Soqtapata con el jaguar.
Se instalaron ocho cámaras trampa en igual número de senderos.

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