Mi opinión
Las gaviotas de Franklin deben ser, de las aves migratorias que llegan a la costa peruana, las de más fácil identificación: se les encuentra por millares en las playas de Villa y en casi todos los humedales que se multiplican por nuestro extenso litoral. Son bellas, gráciles y bullangueras: en los cables del servicio eléctrico hacen gala, llegado el verano; de sus dotes de equilibrista seguramente aprendidos durante su magallánica migración y sus vuelos intimidantes al acercarse el tiempo de partir hacia sus refugios boreales nos advierten la llegada inminente de los friecitos del invierno limeño. Les dejo este simpático artículo que hemos recogido de Actualidad Ambiental para recordar que vivimos rodeados de aves maravillosas y que es tiempo de darles la protección que merecen y nos merecemos.
Adriana Velasquez / Actualidad Ambiental
- Durante el verano austral, estas aves migratorias parten de Estados Unidos y Canadá hacia los humedales costeros de Perú, Ecuador y Chile. La conservación de estos ecosistemas es clave para garantizar que esta y otras especies encuentren refugio y alimento en su largo viaje.

Cada año, cuando el invierno llega al hemisferio norte, miles de aves emprenden una travesía hacia el sur a fin de evitar el frío intenso y buscar alimento. Entre estas aves se encuentra la gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan), una de las especies migratorias más emblemáticas del continente americano. Esta ave de tamaño mediano inicia su ruta desde los extensos pantanos del interior de Canadá y Estados Unidos hasta las costas de Sudamérica.
En su viaje, esta especie recorre más de 14 mil kilómetros, atravesando cielos abiertos, cordilleras y costas hasta alcanzar los humedales de Ecuador, Perú y Chile. Su presencia es un indicador de que los humedales se mantienen como ecosistemas saludables, capaces de sostener a quienes viajan grandes distancias para llegar hasta ellos. No obstante, las amenazas que enfrentan estos ecosistemas ponen en riesgo estas paradas migratorias.
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Características
El tamaño de la gaviota de Franklin varía entre los 33 a 38 centímetros, comparable al cuervo, según detalla la National Audubon Society de Estados Unidos. Durante su etapa adulta, esta especie suele confundirse con la gaviota reidora americana (Leucophaeus atricilla); sin embargo, se distingue por las puntas de las alas mayormente blancas, atravesadas por una franja negra irregular.
Además de las franjas en las alas, los ejemplares adultos presentan una capucha negra y un pico visiblemente más pequeño que el de la especie similar. Las alas son puntiagudas y afiladas, mientras que la cola es corta, redondeada y de punta cuadrada. Durante la época reproductiva, los adultos se distinguen por tener el pico y las patas de color rojizo, según describe la Autoridad Municipal de los Pantanos de Villa (Prohvilla).
Esta especie se reproduce durante la primavera y el verano boreal en los humedales del hemisferio norte. De acuerdo con la iniciativa “Humedales Costeros”, el ave construye su nido sobre una base flotante hecha de vegetación húmeda, ubicada entre plantas que emergen del agua. Una vez concluido este ciclo reproductivo, se prepara para migrar en grandes bandadas hacia el sur, comenzando su ruta desde el interior de Norteamérica, atravesando México y Centroamérica, hasta llegar a la franja costera árida y semiárida de Sudamérica.
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Un tour por Sudamérica
De octubre a mayo, la gaviota de Franklin emprende su ruta migratoria hacia el sur. Empieza en Ecuador, donde frecuenta manglares ricos en biodiversidad, principalmente el Canal de Jambelí, en la provincia de Guayas, como indica “Humedales Costeros”.
En Perú, es común observarla en humedales y desembocaduras de ríos como el Virú, al noroeste, y el Pisco, en la costa sur-central. Además, acostumbra hacer paradas en áreas naturales protegidas como la Reserva Nacional de Paracas y los Pantanos de Villa, en Chorrillos.
Según un censo de noviembre de 2023, la Reserva Nacional de Paracas albergó una población de alrededor de 36 mil ejemplares de esta especie. Además, en diciembre de 2024, se registró la visita de 10 mil individuos en los Pantanos de Villa. Estos espacios les ofrecen alimento abundante en forma de peces pequeños e insectos.
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Finalmente, en Chile, estas aves continúan su trayecto por lagunas costeras, estuarios y hasta llegar a Magallanes, uno de sus puntos más australes conocidos. Este viaje no solo es impresionante por su longitud, sino también por su función ecológica, ya que esta gaviota actúa como un conector entre ecosistemas lejanos.

Importancia ecológica de los humedales
Los humedales costeros que visita la gaviota de Franklin no solo son esenciales para su supervivencia, sino también para una gran variedad de especies acuáticas, anfibios, reptiles y aves. Asimismo, estos ecosistemas filtran contaminantes como metales pesados y reducen el impacto de inundaciones y sequías.
En el Perú existen 14 humedales reconocidos como sitios Ramsar, una categoría internacional que destaca a los ecosistemas importantes por su biodiversidad y características únicas. De ellos, 10 están ubicados dentro de nueve áreas naturales protegidas, de acuerdo con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
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