¿Se acuerdan de Greta Thumberg? ¿no? Yo sí, la COP16 en tiempo real (3)

Por Guillermo Reaño desde Lima hablando de la COP16 de Cali

Día 3

Marc Dourojeanni, que es un capo, un maestro de maestros, me deja un comentario por wasap sobre mi nota de ayer, la segunda de esta conversación cumbreclimática: “Me parece que, lamentablemente, estás muy cerca de la realidad. Pero, tengamos fe”.

Y la tengo y a raudales. Fe y esperanza. Ambas.

La fe, según la Biblia, es la total confianza en algo. La esperanza, en cambio, es la expectativa ferviente de creer que algo bueno va a pasar.

Una, la primera, mira al pasado; la otra al futuro, se complementan.

Debo decir en este punto que he sido maestro de púberes y adolescentes durante casi treinta años. Carezco, entonces, del sentido de la ingenuidad.  Tengo fe y esperanza pero desconfío y a veces en extremo de lo que parece evidente. Se trata de un antídoto eficiente contra el mal de escuela; ósea contra esa  constante pedagógica que ha convertido al maestro en un apacible  lector  de lo tribial. Nunca de lo que se dice desde las gónadas. O de lo que se hace a hurtadillas.

¿Recuerdan a Greta Thunberg, la adolescente sueca tantas veces vilipendiada por los negacionismos y la vulgaridad? ¿No? Yo  sí. La muchachita se encargó de espetarle a los líderes del mundo una verdad incómoda con discursos como éste:

“Durante más de 30 años, la ciencia ha sido muy clara [se refería a lo alevoso  del Cambio Climático]. ¿Cómo se atreven a seguir mirando hacia otro lado y venir aquí diciendo que están haciendo lo suficiente, cuando la política y las soluciones necesarias todavía no están a la vista? (…)  Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición. Los ojos de todas las generaciones futuras están sobre ustedes [los líderes mundiales]. Y si eligen fallarnos, les digo: Nunca los perdonaremos. No dejaremos que se salgan con la suya. Aquí mismo, ahora mismo es donde trazamos el límite. El mundo está despertando. Y el cambio va a venir, les guste o no”.

O como este otro del 2022, poco antes de la COP26 en Glasgow: ““Las cumbres pudieron tener sentido hace veinte o treinta años. Pero lo cierto es que han fallado a la humanidad a la hora de propiciar grandes cambios y los avances han sido muy lentos”.

El año anterior, dirigiéndose también  a los líderes del planeta, había dicho: “No más bla, bla, bla, no más explotación de la naturaleza, las personas y el planeta”

Los gobernantes incrédulos, los estrategas de las grandes corporaciones y negocios mundiales, me imagino, y sus antípodas, los líderes del negacionismo climático y la vulgaridad, la borraron del mapa. Su voz se extinguió.

Pero no sus razones.

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De allí la necesidad de ser críticos. En todo caso, de seguir apostando por las soluciones consensuadas en foros como el que se está llevando a cabo en Colombia o como el que se va a realizar en Brasil el año próximo (la esperada COP30), pero desde una paciente impaciencia, sabiendo que hay muchísimas buenas intenciones de parte de los conferenciantes y poco, poquísimo, sentido de la realidad de parte de los tomadores de decisiones globales.

Así que a llenarnos también de autocrítica y a seguir buscando en esta COP y en las que vienen los espacios, los que se puedan, que nos permitan  insistir en la urgencia de encontrar las soluciones que detengan de una vez la crisis ambiental. Sabiendo que el pensamiento contemporáneo, el yo interno de la civilización que puso en jaque al planeta, se niega a aceptar lo que la ciencia y todos los paneles intergubernamentales creados para analizar el colapso que vivimos nos dicen desde hace mucho.

No es verdad, o en todo caso no es totalmente cierto, que los jóvenes y las nuevas generaciones, como profetizaba Greta, hayan comprendido la traición de los mayores y estén coaligándose para romper de sopetón el statu quo: en este planeta loco que habito y miro desde mi comodidad limeña, jóvenes y no tan jóvenes seguimos enfrascados en lo cotidiano sin darnos cuenta, sin advertir. que estamos a punto de implosionar como civilización y con ello destruir el mundo tal como lo conocemos.

Esa es la verdad monda y lironda, liberales y conservadores, izquierdistas y derechistas, fachos y no tan tachos, caviares y no tan caviares no estamos dispuestos a renunciar a nuestro modus operandi para asumir de una vez por todas  que el #OtroMundoEsPosible con el que soñamos se va a construir desde otro paradigma social y/o  la asunción de una manera diferente, radicalmente distinta, de entender el desarrollo.

Así que, a seguir chimbando, es lo que hay y punto.

…

No los molesto más con estas peroratas, vayamos a lo nuestro. La COP16, a pesar de la lluvia torrencial que impidió el acceso fácil a Yumbo, Cali, donde se encuentra el Centro de Eventos Valle del Pacífico, zona de  las negociaciones de la cumbre, la zona azul, siguió su rumbo y ya tenemos confirmada la fecha de la presentación en sociedad de la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica (ENDB) al 2050 y su Plan de Acción al 2030 del Perú.

La estrategia  que ha elaborado el Ministerio del Ambiente peruano ha identificado cinco objetivos estratégicos, 29 metas nacionales  y 143 acciones  que iremos analizando en estos días. Aquí los cinco grandes ítems u objetivos estratégicos:

1. Reducir el cambio de uso del suelo y de los ambientes acuáticos.
2. Minimizar los impactos de la variación de los patrones climáticos en la diversidad biológica.
3. Reducir la contaminación en los ecosistemas.
4. Mejorar la gestión de las especies silvestres, recursos hidrobiológicos y las especies exóticas invasoras.
5. Fortalecer la gobernanza de la diversidad biológica.

Interesante. Recordar solamente que de aprobarse en el Consejo de Ministros la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica (ENDB) y  su Plan de Acción, las famosas NBSAP por sus siglas en inglés, la implementación de las mismas; vale decir, su puesta en marcha, tendría que ser un asunto de competencia nacional, en el que estén involucradas todas las instancias del Estado y la sociedad. Y aunque la elaboración de este primer documento con la estrategia propuesta, hay que ser claros en esto, fue realizada, según lo que manifiesta el MINAM, con mucho esfuerzo y a través de “un enfoque participativo, descentralizado e inclusivo”, lo cierto es que nos queda aún mucho trecho por recorrer para que estos instrumentos sean realmente de conocimiento, validación y aceptación públicos.

De hecho, como lo han mencionado los expertos en estos temas, entre ellos Karen Oliveira, de TNC Brasil, a Mongabay Latam, construir una estrategia nacional de este tipo lleva tiempo porque finalmente se trata de un acuerdo entre todos los actores de un país, no solamente de sus gobiernos: las NBSAP que se deben  implementar para detener el flagelo de la pérdida de la biodiversidad planetaria tienen que ser consecuencia de una negociación y adecuados consensos entre la sociedad civil, el sector privado, el sector financiero,  la academia, una discusión y un diálogo con todas las partes que componen el cuerpo social de una nación para que esta herramienta sea realmente eficiente.

No un saludo a la bandera.

Y allí siento que estamos a años-luz en nuestro país para que se cumpla ese ideal.

Mañana les comento un par de ideas que desarrollamos en el Grupo Viajeros con respecto a este último (o primer) paso que tenemos que dar, sí o sí, más allá de lo que se decida en la COP16.

Sigamos avanzando, sigamos discutiendo.

Nos vemos mañana

Día 2, martes 22/10: Lindo todo. Sin embargo, lo que se requiere es más acción, la COP16 en tiempo real (2)
Día 1, lunes 21/10: Una oportunidad más para enmendar el rumbo del planeta, la COP16 en tiempo real (1)

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